La UE alerta de la polarización de sueldos en Asturias

ASTURIAS

Concentración de Corriente Sindical d'Izquierda en contra de Glovo
Concentración de Corriente Sindical d'Izquierda en contra de Glovo

Un informe de la comisión europea alerta de las consecuencia políticas del crecimiento del desequilibrio económico entre regiones

23 nov 2019 . Actualizado a las 10:21 h.

En lo que concierne a la cohesión territorial, a la convergencia económica de los distintos países que conforma la UE, el balance es a la vez una historia de éxito inédito y también un fracaso contundente con tendencia a cronificarse. Y no se trata de ninguna paradoja sino de que el fenómeno se produce en dos niveles distintos a la par. La UE ha logrado en décadas una convergencia notable entre los estados miembros pero dentro de cada uno de ellos, la desigualdad entre regiones no se ha atenuado sino que ha crecido. Es una de las conclusiones del estudio «European Jobs Monitor 2019: Shifts in the employment structure at regional level (Monitor de Trabajos Europeos 2019. Cambios en la entructura del empleo a nivel regional)», auspiciado por Comisión Europea y que en sus conclusiones advierte además de que esta brecha está suponiendo un caldo de cultivo para movimientos políticos que quieren minar la democracia.

El informe se detiene en valorar los cambios que ha habido, territorio a territorio, entre los años 2002 y 2017) respecto al auge de empleos bien remunerados o la extensión de trabajos peor pagados y más precarios, en muchas ocasiones, aunque dependiendo de la comunidad, siendo situaciones que ocurren a la vez, lo que hace crecer la polarización social. En el caso de España, el estudio destaca que hay una brecha entre comunidades del norte y del sur en la metamorfosis de una década en el mercado laboral, con trabajos peor pagados hacia el Mediterráneo. 

Sin embargo, Asturias aparece en peor lugar que el resto de las comunidades del norte. Frente a Galicia, País Vasco, Navarra o La Rioja y Cantabria, la expansión del empleo en el Principado tiene un movimiento mucho más acentuado hacia los empleos con menor remuneración, hay también un leve incremento de trabajos bien pagados (pero menor que en el resto de territorios de la cornisa cantábrica) y un desplome de los empleos que se encuentran en un término medio. Es decir, en una década y media, las diferencias sociales entre la gente que tiene un empleo en Asturias se han acrecentado, la brecha entre uno y otros se ha disparado sin el colchón intermedio de trabajos medianos, un vector que se ha hecho más rico y otro más pobre aún con trabajo. 

En toda la UE, en todos los países miembros, las capitales de los estados y las grandes áreas metropolitanas han mejorado mientras empeoraban las periferias. En el caso de España el crecimiento de Madrid no tiene parangón con ninguna otra comunidad. Así se destaca que todas las regiones de España, con la excepción de Madrid, tiene relativamente trabajos peor pagados que la media de los nueve estados analizados y, en un sentido más amplio, tiene menos trabajos altamente remunerados. Entre los años 2002 y 2017 la estructura laboral de Madrid creció (hasta el cuadrante más elevado que considera el estudio). Algunas de las regiones en el norte han mejorado su posición (con el aumento de trabajos mejor pagados y la disminución de peor pagados) por ejemplo País Vasco, Navarra, La Rioja y Galicia. Como contraste están las regiones del sur y Mediterráneo (Andalucía, Extremadura, Murcia y Baleares) que han vivido una expensión de trabajos peor pagados y han bajado de cuadrante.

De todas las regiones del norte, sólo Asturias ha experimentado un movimiento hacia trabajos peor pagados, aunque no con movimientos tan drásticos como en otras regiones. Hay un incremento de los peor pagados y un mucho menor de los mejor pagados. Pero hay una mengua de la franja media lo que habla de esa polarización

El estudio señala tres casos distintos en el capítulo dedicado a España y con menciones respecto a Madrid, Cataluña y Andalucía. Cataluña y Madrid crearon más trabajos mejor pagados y también peor pagados; no se han dado cambios de relevancia en en la franja intermedia en el caso catalán, aunque hay una bajada considerable en el caso de la capital del estado. En el caso de Andalucía el crecimiento es de trabajos peor pagados.

El estudio también recoge gráficas regionales con el Índice Krugman de disimiltud, que mide las diferencias de peso de la industria en cada territorio respecto a otra región o al conjunto del país. En el caso de Asturias, el dato es el más cercano a cero del conjunto ya que está en una estructura industrial (con un peso de alrededor del 20% del PIB) parecida a la media del país. Eso sí, destaca que se ha acrecentado esa similitud entre la década que abarca el estudio y una cierta especialización en la industria. En un apartado dedicado al empleo agrícola, los autores destacan que ha sido una variación muy pequeña en la mayoría de países si bien destaca «la excepción de regiones del norte de España» mucho más amplia que la media, y entre las que cita a Asturias (con un descenso de 2,9 puntos).

La polarización de salarios y el aumento de la desigualdad regional tiene consecuencias políticas, o al menos así lo advierten los investigadores. «Hay una evidencia importante de que se ha registrado un aumento de las diferencias económicas entre regiones dentro de la UE. En algunas regiones, generalmente los centros metropolitanos grandes urbes y capitales crecen mucho más que el resto. Estas divergencias, si no son contempladas, pueden minar loa cohesión social y territorial. El crecimiento de la desigualdad interregional es uno de los factores que puede llevar al desencanto respecto al sistema político que termina por debilitar los vínculos sociales que sustentan el sistema democrático».

Y en términos similares se recalca que «en años recientes se ha visto que la brecha entre la fortuna económica de las regiones ha aumentado dentro de los estados miembros. Los patrones electorales sugieren que este es uno de los factores que estimulan el desencanto ciudadano con la UE, con los partidos establecidos y la rápida emergencia de alternativas populistas».