Centros de salud con más autonomía y adaptados al entorno: la última reforma del Principado

Susana D. Machargo

ASTURIAS

Administrativas en un centro de salud
Administrativas en un centro de salud

El Gobierno ulltima un decreto que concede más independencia para gestionar los recursos pero exige más coordinación, investigar y formar. Diseña cupos de cartillas por equipos

29 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Más autonomía y, por tanto, más responsabilidad. La Consejería de Salud del Principado ultima la reforma organizativa de la Atención Primaria en Asturias, con un decreto que pretende que los propios centros de salud establezcan sus sistemas de trabajo y sus protocolos, reclamen los recursos que consideren necesarios para su funcionamiento, gestionen sus cuentas, se coordinen con los trabajadores sociales, implanten planes de promoción de la salud comunitaria y, además, asuman tareas de formación y de investigación. ¿Sobre quién reposará todo el peso? Cada equipo de atención primaria tendrá un director que será el responsable máximo de todas estas tareas, que tendrá que compaginar con su propia tarea asistencial. No estará solo. Tendrá que designar coordinadores de Medicina, de Enfermería y de la Unidad Administrativa y una comisión de gestión. Así aparece reflejado en el borrador que acaba de salir a exposición pública y al que se podrán presentar alegaciones hasta mediados del mes de enero. 

Justificación

El Principado confiere a la Atención Primaria, que está atravesando un momento de crisis por la falta de recursos, «una función primordial en la realización y coordinación de actividades y recursos destinados a la promoción de la salud, la atención a enfermos  la prevención de enfermedades o complicaciones, de una manera longitudinal, a lo largo de la vida y en el entorno más próximo». El decreto recuerda que los cambios sociodemográficos han supuesto un envejecimiento progresivo de su población y, un aumento de las personas con enfermedades crónicas y de las necesidades sociosanitarias y de los cuidados. Si además se suma el avance de los sistemas de información y la incorporación de nuevas tecnologías, la Consejería de Salud está convencida de que es necesario «reorientar el sistema sanitario público asturiano, en el cual la Atención Primaria ha demostrado tener un papel central y coordinador».

El enfoque consiste conceder más autonomía en la gestión, descentralizar la toma de decisiones de los profesionales y conseguir una continuidad asistencial. Se mantendrá las zonas básicas y especiales de salud en las que se divide el mapa sanitario del Principado, recientemente actualizado, y dentro de cada zona se coordinarán todos los servicios sociosanitarios. Señala el documento que así se podrá «alcanzar una homogeneidad de objetivos y un máximo aprovechamiento de los recursos».

Así que será responsable de tres tipos de relaciones con los pacientes. Tendrá que atender las consultas programas, las urgencias no programadas y las citas promovidas por los propios profesionales para seguimiento de casos o para realizar actividades de promoción de la salud.

La organización

La consejería crea tres categorías diferentes de equipos de atención primaria, con repercusión en su salario, en función del número de tarjetas sanitarias que tengan asignadas: menos de 5.000 cartillas, entre 5.001 y 15.000, y más de 15.000. El cupo es, por tanto, para el equipo, que contará con un director del que dependerá funcionalmente todo el personal. No libera  a este director de sus funciones asistenciales sino que tendrá que compaginar ambas tareas. Para ayudarle contará con responsables de Medicina, Enfermería y de la Unidad Administrativa, que tendrán que trabajar de manera coordinada. También habrá coordinadores de tres áreas: calidad asistencial y seguridad del paciente, atención comunitaria y promoción de la salud y, por último, formación e investigación.

Al igual que ya se hizo hace unos años con la Atención Especializada, el decreto señala que los equipos tienen que organizarse en unidades funcionales, en las que estará incluido todo el equipo, tanto los profesionales sanitarios como los no sanitarios. Cada una de estas unidades tendrá que asumir sus competencias durante la jornada ordinaria. También habrá otro órgano que denomina comisión de gestión, que estará presidida por el director y en la que se integrarán todo el resto de cargos.

Su primer paso tendrá que ser elaborar un proyecto de mejora continuada, con especial atención a las medidas organizativas y asistenciales, para potenciar la calidad asistencial y conseguir una mayor satisfacción de los usuarios. Deberá hacerlo de manera coordinada con los servicios sociales de sus zonas y con el hospital de referencia de su área sanitaria.

El director velará por la calidad asistencial y por el presupuesto. El borrador señala que será el máximo responsable de las vertientes asistencial, económica y administrativa. Será el encargado de proponer a la gerencia de su área sanitaria la contratación de los bienes y servicios necesarios, de organizar los permisos y las licencias profesionales de todos los trabajadores del centro de salud, de proponer los horarios, los turnos y las tareas. En paralelo, la comisión de gestión tendrá que elaborar y aprobar un reglamento de funcionamiento interno e implantar protocolos y guías clínicas. Toda esta tares abarca la atención en la consulta pero también la domiciliaria y la comunitaria. El Principado revisará toda esta tarea. El decreto recoge que elaborará unos indicadores de actividad para conocer el grado y la calidad de cumplimiento de toda la cartera de servicios.

La idea es que cada equipo esté apegado al territorio, conozca las necesidades de la zona e identifique los problemas sobre los que hay que trabajar de manera singular. A todos les reclama que desarrollen su tarea con una perspectiva de género, evitando las desigualdades y favoreciendo la equidad.

Humanizar

El borrador asigna las funciones concretas a cada miembro de los equipos del médico de familia, al pediatra, enfermero, celador, trabajador social... A todos los reclama que realicen la «acogida y acompañamiento de la persona y de su familia durante el proceso de pérdida de salud, contribuyendo eficazmente a la humanización del ámbito sanitario». En el caso del personal de enfermería les encomienda la realización de protocolos de atención domiciliaria, liderando la gestión de los casos complejos y con especial atención a los pacientes con dependencia. A los trabajadores sociales les pide que elaboren planes personales de atención social sanitaria consensuados con los usuarios a los que se destina. Los administrativos, además de gestionar las citas, las agendas y las derivaciones, serán sean los encargados de la gestión de mantenimiento, de la facturación a terceros y del control de suministros. 

Hay un amplio apartado destinado a la docencia. Quiere que todo el personal de los equipos se implique, tanto cuando se trata de pregraduados como de postgraduados. Busca la misma implicación en la cooperación activa con organizaciones y redes comunitarias, con asociaciones locales, con ayuntamientos... Pretende fomentar la participación.