Ensalada y fabes con almejas: los menús de los centros de menores asturianos frente a las pizzas de Ayuso

La Voz

ASTURIAS

MARCOS MÍGUEZ

El Principado implantó en el 2017 una estrategia de alimentación saludable que se concretó en unos menús que ahora se recopilarán en un libro

09 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Vichyssoise, cachopo de pollo con ensalada y pera. Ensalada mixta, fabes con almejas y arroz con leche. Estos son dos ejemplos de lo que un día cualquiera se come en un centro de menores del Principado. Están extraídos de la programación del centro de alojamiento de menores del Humedal, en Gijón,pero podría ser el de cualquier otro. Todos los centros asturianos disponen de servicio propio de cocina, ninguno recurre al cátering, y desde el año 2017 disponen de unos menús saludables elaborados en colaboración con la Dirección General de Salud Pública. Las lentejas se cocinan con chorizo y sin chorizo, para aquellos que no comen cerdo, se tienen en cuenta todas las intolerancias y las divergencias culturales. Ahora mismo están inmersos en el Ramadán. Nada tiene que ver con la gestión que en plena crisis sanitaria por el coronavirus realiza la Comunidad de Madrid, salpicada por la polémica después de que su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, dijera que les daba menús de Telepizza y Rodilla.

 «El premio es comer bien y saludable o ir a ver una película al cine no comer una pizza o una hamburguesa», explica Marta del Arco, responsable de los centros de menores del Principado. Del Arco señala que los jóvenes que llegan a sus centros no tienen peores hábitos alimentarios que el resto de los chicos de su edad. «A los niños no les gustan las verduras y los pescados y a ellos tampoco, así que nos empeñamos en que coman bien», reconoce. Destaca la implicación de la plantilla en este aspecto pero, sobre todo, la de los cocineros, que ponen especial empeño en que «se coma como en casa».

Tan convencidos están en el Principado de la calidad de estos menús, que incluso se intercambian entre centros, que proyectan publicarlos en un libro. Este era el último paso de ese trabajo estratégico que comenzó en 2017. «Nosotros huimos de los menús de la señora Ayuso, nos va más la calidad», presumió la consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Melania Álvarez, en una sesión de trabajo telemática con la Junta General.

La comida

Ese año 2107 se reunieron todos los directores de los centros y decidieron de manera unánime revisar los menús de los centros y de la alimentación saludable. Tras contactar con Salud Pública, diseñaron conjuntamente un plan para los centros de menores de acuerdo a la estrategia NAOS de alimentación infantil. Primero se realizó un estudio nutricional de los menús, después de los técnicos de Sanidad fueron recorrieron los equipamientos y realizaron una evaluación con indicaciones. La propuesta pasó incluso por el Instituto Adolfo Posada, antes de elaborar e implantar el programa, que se incluyó como un objetivo dentro del desarrollo de la carrera profesional de todos los trabajadores.

Hay menús de verano e invierno y se han puesto por escrito los procesos de elaboración de los platos. Se respetan las dietas e intolerancias y todas las creencias. Una mala alimentación, por exceso o por defecto, se considera un indicador de negligencia en los cuidados. «En los centros se come muy, muy bien. El personal de cocina se esmera en la elaboración. Normalmente hacen hasta las masas de las empanadas y las tartas y postres de cumpleaños. Son todos caseros», indica Marta del Arco.

Un sábado al azar, del menú de primavera y verano en El Humedal se encuentra un desayuno a base de leche con cacao, pan con mantequilla, mermelada y fruta. Para comer, ese mismo día, hay crema de calabacín, carne guisada, ensalada y melón. La cena será una sopa, una tortilla con ensalada y un yogur. Si buscamos un sábado cualquier en el menú de otoño e invierno, también en El Humedal, aparece un desayuno de leche con cereales integrales y fruta; una ensalada, alubias estofadas y manzana asada, para comer; y en la cena, patatas fritas, huevos fritos, ensalada y macedonia de frutas.

Rastreando los platos, distribuidos a diario y por semanas, se encuentran desde coliflor con bechamel a salmón a la plancha, arroz con calamares en su tinta, garbanzos en vinagreta, pisto, albóndigas, empanada de verduras y atún, lasaña de verduras, jamón asado con puré de manzana, paella de pescado, un pote asturiano o un volován con ensaladilla rusa. También una pizza de queso para cenar un fin de semana cualquiera. De masa casera, eso sí.