Luanco se blinda, Luarca activa la alerta y Laviana pide cordura: el miedo a los botellones se extiende

Carmen Liedo

ASTURIAS

Carnaval de Luanco
Carnaval de Luanco

Los municipios con fiestas multitudinarias canceladas para los próximos días toman nota de lo ocurrido en Ribadesella. El carnaval del verano será la primera prueba de fuego

11 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Como consecuencia de la pandemia de la COVID-19, la palabra «cancelada» es la que acompaña este verano a casi todas las fiestas de Asturias, al igual que le ha sucedido a todo evento multitudinario, como pudiera ser la Feria de Muestras. A lo sumo, los programas festivos han quedado reducidos a celebrar algún que otro acto cultural y a hacer entrega, sin más, del tradicional bollu de la Cofradía, y siempre con las máximas medidas de seguridad para evitar la propagación del coronavirus. No ha habido la fiesta del Carmín en La Pola ni tampoco celebración de Les Piragües en Ribadesella, aunque parece que en este último caso ha habido gente que no se ha resignado a que no hubiera festejo y en la noche del sábado al domingo se congregaron en la villa riosellana decenas de grupos de jóvenes para hacer botellones, actividad prohibida por resolución de la Consejería de Salud del Principado. Según el alcalde de este municipio, las quedadas para beber se han venido sucediendo durante todo el verano, aunque todo hace indicar que el pasado fin de semana la situación se desbordó a tenor de los vídeos que circulan en redes sociales. En Salinas, Turón o Llanes también tuvieron que actuar las policías locales y la guardia civil para disolver fiestas privadas y botellones.

Estas actitudes irresponsables, sobre todo de jóvenes, extienden el miedo a la celebración de botellones a otros puntos de la región y mantienen en alerta a los municipios que hubieran celebrado fiestas de gran afluencia próximamente, como hubieran sido las de San Timoteo, en Luarca; el Carnaval de Verano, en Luanco; o el Descenso Folklórico del Nalón, en Laviana.

Luanco se blinda

En Luanco, capital de Gozón, la noche del viernes 14 se celebraría el Carnaval de Verano, un festejo popular del verano asturiano que, como recuerda Jorge Suárez, alcalde de Gozón, «no es una fiesta que el ayuntamiento organiza, sino que es una fiesta que surgió espontáneamente entre finales de los años 70 y comienzos de los 80» que ha ido a más hasta el punto de requerir dispositivos especiales por los macrobotellones de menores que tenían lugar y los problemas sanitarios que generaban por ingestas descontroladas de alcohol.

Este año el llamamiento que se hace desde el Ayuntamiento de Gozón es «que no se celebre nada» para evitar las reuniones de gente y la propagación de la COVID-19. Pese a eso, el regidor asegura que se ha establecido un dispositivo especial cuyo objetivo es blindar Luanco y evitar quedadas para beber. Una de las medidas que ha acordado en la reunión que ha mantenido con la Policía Local, la Guardia Civil y Protección Civil es «el cierre de todos los espacios en los que se puedan producir concentraciones para celebrar botellones», como pueden ser parques, plazas o la playa. Además de desplegar a todos los efectivos disponibles de Guardia Civil y Policía Local, que estará reforzada con agentes de la Policía Local de Castrillón, el Ayuntamiento de Gozón no descarta contratar vigilancia privada para evitar las reuniones masivas de personas.

Además, Jorge Suárez ha indicado que a través de la asociación OTEA se enviará una carta a la hostelería de Luanco pidiendo colaboración a los propietarios que no adornen los establecimientos ni se disfracen los camareros que tienen en sus locales para evitar que sirva como reclamo. Es más, recuerda que se mantendrá el horario de cierre a las dos de la madrugada y que este año no habrá servicio de autobuses nocturno como se habilitaba en ediciones anteriores en tanto que se ha solicitado a las empresas de transportes que no refuercen las líneas.

«El mensaje es que va a ser una noche normal y que se va a poner todo el celo en que se cumplan todas las normativas», ha advertido el alcalde de Gozón, que asegura que ha dado instrucciones a los cuerpos de seguridad «de que sean estrictos con la normativa vigente porque no puede haber celebración ni aglomeración de personas».

El regidor argumenta que lo sucedido en localidades como Ribadesella les pone sobre aviso de lo que puede pasar, pero que no obstante «ya estaba previsto» porque la celebración de botellones es algo que se viene sucediendo en Luanco desde que comenzó el verano, una época en la que la localidad duplica su población además de asumir a los visitantes que acuden a pasar el día. «Lo de Ribadesella nos viene a corroborar que estamos en lo correcto y que el dispositivo especial con cierre de espacios es lo que tenemos que hacer».

Jorge Suárez no oculta su «decepción como sociedad» por lo que está pasando. «Lo podemos parar como sociedad y apelo a ello, sobre todo por los menores, porque estamos viendo comportamientos decepcionantes». En su opinión, «aunque el 95 por ciento cumpla, con que sólo el 5 por ciento no cumpla, en esta situación vamos mal».

Luarca se mantiene vigilante

Luarca celebrará el próximo fin de semana la fiesta de San Timoteo, un festejo que sobrevive pero reducido al programa cultural y a la entrega del tradicional bollo de la Cofradía. El concejal de Festejos de Valdés, Ismael González, ha asegurado que dada la experiencia de lo que ha sucedido en otras villas y ciudades, «estamos vigilantes». El mismo reconoce que esas experiencias y ser de los que tienen estos festejos tradicionalmente multitudinarios más tarde en el calendario festivo asturiano les han ayudado para tomar medidas de control. Además, también mantienen la vigilancia sobre las redes sociales, por si se produjeran quedadas a través de las mismas.

El edil explica que aunque no esté definido aún un dispositivo especial y no haya un programa festivo propiamente dicho, tomarán medidas como solicitar ayuda a la Delegación del Gobierno en Asturias «por si fuera necesario», ya que aunque San Timoteo congrega algo menos de gente que la fiesta de Les Piragües, este festejo de Luarca sería la equiparación en el occidente de la región.

Ismael González añade que aunque en Luarca no se están produciendo los fines de semana grandes botellones, puntualmente si hay días en los que las quedadas para beber de jóvenes aumentan.

Laviana llama a la responsabilidad

Pola de Laviana sería otra localidad que en un par de semanas tendría que celebrar otra de las citas festivas más importantes del calendario asturiano: el Descenso Folklórico de Nalón, una fiesta declara de interés turístico nacional y regional que se celebra el tercer sábado de agosto pero que ha tenido que poner la cuenta atrás hasta el 21 de agosto de 2021.

Julio García, alcalde de Laviana, apunta que de momento no tiene conocimiento de que se estén convocando botellones o fiestas para ingerir alcohol, pero visto lo ocurrido en otras localidades de la región hace un llamamiento «a ser responsables, sensatos y a no hacer barbaridades» porque considera que la situación de rebrotes de la COVID-19 está siendo muy grave. «No se trata de hacer el no descenso», comenta el regidor que, aunque confía en que la gente esté cada vez más concienciada, no descarta tomar medidas dado el caso.

Macrobotellones y fiestas privadas en Turón y Salinas

Ribadesella, Luanco o Llanes no son las únicas localidades en las que se complican las noches por las quedadas que organizan los jóvenes para beber. El fin de semana también fue terrible en Salinas e, incluso, en Turón, localidades en las que se celebraron fiestas privadas y macrobotellones que han generado multitud de quejas vecinales y que han puesto al límite a la Policía Local, como es el caso del municipio de Castrillón, según ha señalado el teniente de alcalde de este Ayuntamiento, Javier González.

14 botellones impedidos en Llanes

En Llanes, la Guardia Civil y la Policía Local también se tuvieron que emplear a fondo el pasado fin de semana para impedir la celebración de 14 botellones que se iban a celebrar y de los que fueron advertidos tras la denuncia de los vecinos, que alertaron a los cuerpos de seguridad de la presencia de aglomeraciones de jóvenes en sus barrios. El Ayuntamiento de Llanes, a través de una nota de prensa ha informado que los agentes se personaron en los lugares indicados por los vecinos y disolvieron las reuniones, procediendo a continuación a destruir las bebidas.