Cerrado hasta Semana Santa: el sector del turismo no espera trabajar en meses

ASTURIAS

Turistas en Cudillero. Los alquileres vacacionales están presionando al alza los precios de la vivienda en los concejos turísiticos asturianos
Turistas en Cudillero. Los alquileres vacacionales están presionando al alza los precios de la vivienda en los concejos turísiticos asturianos Alberto Morante | EFE

La patronal reclama que se apruebe un nuevo cese de actividad y que se pase «de las palabras a los hechos» en las ayudas incluidas en el próximo presupuesto

06 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegado el balance nacional del mes de agosto, la estadística del turismo ofreció un dato inédito e impensable para la Spain is different de sol y playa mediterránea: las mayores ocupaciones hoteleras del mes, en todo el estado, se registraron en Colunga y Ribadesella, dos localidades asturianas, con una tasa por encima del 80%. Pero esos días quedan ya muy atrás en plena segunda ola, con la comunidad rompiendo cada semana su récord de contagios, de fallecimientos y las hospitalizaciones disparadas. La consecuencia ha sido un nuevo cierre de la actividad que ha dejado a varios sectores muy tocados en la recta final del año y, en concreto, de forma especialmente cruel al turismo.

«Teníamos buenas previsiones en septiembre hasta que empezaron a anunciarse nuevas mediadas, antes del puente de El Pilar y se empezó a cancelar todo, no esperamos hacer nada hasta la próxima Semana Santa», destacó la responsable de la Mesa del Turismo de FADE, Ana Soberón quien destacó la importancia de que, una vez iniciado el segundo cierre en Asturias, se despliguen ayudas a un sector en el que trabajan alrededor de 40.000 asturianos, y que sean ayudas directas.

Soberón recalcó que en la primera reunión mantenida entre la patronal asturiana y el Principado tras establecerse las nuevas restricciones, sus demandas pasaron por un lado por plantear que haya un fondo sufientemente amplio dedicado al sector en los próximos presupuestos «nos explicaron que el vigente de 2020 está casi todo ejecutado, y es comprensible porque estamos en noviembre, pero en el próximo la partida tiene que ser mucho más amplia, es la manera en la que se verá si se pasa de las palabras a los hechos». Además el sector turístico asturiano reclama que se apruebe un cese de actividad como el que ya se puso en marcha durante el confinamiento del anterior estado de alarma.

Entonces la medida incluía una ayuda a los autónomos por la que se cobraba por el 70% de la base de la cotización. Esta iniciativa que finalizó con el estado de alarma, al igual que los Ertes, fue sufriendo modificaciones con el transcurso de los meses la última de ellas el pasado 29 de septiembre. Con ella quedó una ayuda a autónomos fuera de temporada, otra por reducción de facturación del 75%, algo que Soberón calificó de «ofensivo, a ver si alguien cree que se puede vivir con el 25%» y el cese de actividad «si hay una autoridad competente que lo decrete, y en esta ocasión ha sido el Principado». La responsable de la Mesa del Turismo añadió que la ayuda vigente es del 50% de las bases de cotización mínimas «para todos igual y son unos 470 euros, pero hay muchos gastos que se tienen que seguir pagando, la luz, el agua, alquileres seguros; hasta el software que uses, se pagan una licencia de un año y trabajaste dos meses».

La patronal pidió al Principado que los fondos destinados a la campaña turística de invierno, para la que no se espera actividad, se destinen a ayudas directas al sector.  La campaña 'Asturias a lo grande' (que se acompañaba de promociones con dos pernoctaciones) «estaba funcionando», destacó Soberón, pero con la vista puesta a largo plazo, indicó que será necesario poner en marcha una nueva. ¿Puede verse afectada la imagen de Asturias como territorio saludable que tanto le benefició en verano de cara acoger visitantes?

A juicio de Soberón no tiene por qué ser así «el turismo que viene a Asturias busca el aire libre, que no haya aglomeraciones. Cantabria no tenía una situación epidemiológica tan buena y también recibieron muchísimo turismo porque es lo que se ha buscado este verano».

Dentro del sector más concreto del turismo rural, que también batió récords este verano en Asturias, la sensación es también la una oportunidad perdida a finales de año después de un verano muy destacable y un septiembre que había comenzado bien. Los cierres perimetrales de los tres principales núcleos urbanos de Asturias supusieron el primer cerrojazo y el segundo fue el que afectó a la comunidad en su conjunto. El presidente de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur), Adriano Berdasco pidió una atención singular a su situación porque «una casa rural con un bar en un pueblo cumple unas funciones que un hotel en el centro de Oviedo o de Gijón no cumple, nosotros somos un poco un centro social, donde todo el mundo acude si le hace falta algo si se le puede ayudar y eso es algo que debería considerarse en serio y más en esos momentos». También pidió que se tenga en cuenta su demanda de una rebaja fiscal, una condonación o un aplazamiento del pago de tributos.

Soberón pidió que se «abandone el mantra de que aquí se vive un año de trabajar tres meses porque no es así» y de forma similar, Berdasco señaló que «el turismo rural es una forma de vida y necesita mantenimiento todo el año, es como la huerta que todos los días hay que ir a verla y cuidarla».