Los rescatadores del joven herido por el alud: «Lo encontramos medio muriendo, temblando y muerto de frío»

ASTURIAS

Miembros de la UME se incorporaron este sábado a la búsqueda del segundo operario desaparecido cuando trabajaba con una máquina quitanieves al producirse un alud de nieve en el puerto de San Isidro en la localidad de Aller, Asturias.
Miembros de la UME se incorporaron este sábado a la búsqueda del segundo operario desaparecido cuando trabajaba con una máquina quitanieves al producirse un alud de nieve en el puerto de San Isidro en la localidad de Aller, Asturias. Alberto Morante

«Estaba de rodillas, con las piernas debajo de las ruedas y con el quitamiedos en el pecho. Tenía las manos blancas, con la cara tapada de nieve. Una escena realmente impactante», relatan

02 ene 2021 . Actualizado a las 14:57 h.

Los hermanos Cordero, Daniel y Fernando, dueños del Hotel Restaurante La Braña, en La Raya, Aller, fueron los ángeles de la guarda del hombre que resultó herido por la caída del alud en San Isidro con un pierna rota y varias contusiones. Tras sepultar la máquina quitanieves en la que viajaban dos operarios, un hombre quedó atrapado entre su vehículo y el quitamiedos de la carretera. «Lo encontramos medio muriendo, temblando y muerto de frío», lamenta Fernando Cordero, testigo de lo sucedido. «Media hora más y no lo cuenta. Creemos que llevaría una hora allí cuando mi hermano y yo llegamos».

Recibieron el aviso entorno a las 14.30 horas de ayer. Las dos familias que estaban atrapadas bajo la visera les alertaron de que un alud había caído y no podían continuar, pero «dijimos, bueno anda, llegará la fresa no tardando mucho», recuerda Cordero. Una hora más tarde recibieron otra llamada. Se trataba de los compañeros de la cuña, «que faltaba la fresa», les dijeron. «Cogimos cada uno un todoterreno y bajamos rápidamente a ver qué pasaba. Había más de un metro de nieve en la carretera. Cuando llegamos allí fue cuando encontramos al chaval».

«Estaba el alud, el vehículo, al chaval y el quitamiedos. Por ese orden. Estaba sin un anorak apropiado, sin guantes y sin ropa adecuada. Como iba en el coche, no para estar fuera», asegura. Rápidamente se pusieron manos a la obra para poder sacarlo de esa situación cuanto antes. «Lo sacamos como pudimos. Empezamos a palear nieve de todos lados. Tuvo suerte de que el alud no le apretó cinco centímetros más porque si no se asfixia allí», explica.

La imagen fue tremenda, «estaba de rodillas, con las piernas debajo de las ruedas y con el quitamiedos en el pecho. Escuchaba a los otros chicos hablar, pero al soplar el viento en dirección contraria pedía auxilio y no lo escuchaban. Tuvo suerte que llegamos nosotros». Una vez lograron quitar la nieve, «lo sacamos. Lo metimos en nuestro coche y lo llevamos hasta la altura de Isoba, donde encontramos la ambulancia. En aquel momento que serían las 20.00 ya nos bajamos, porque ya habían llegado los operativos y lo único que hacíamos era molestar», finaliza.

Ahora, a posteriori, apunta que «si cuando nos llamó Avelino, el de carreteras, en vez de bajar a ver si veíamos la fresa lo consideramos peligroso y nos quedamos, este chico hubiera muerto. Tenía las manos blancas, con la cara tapada de nieve. Bueno, una escena impactante». No obstante, no es la primera vez que ocurre esto, aunque sí con víctimas mortales. «Hablamos de una zona crítica. Hay aludes todos los años varias veces», explica Fernando Cordero. «Tenían proyectado un puente de 40 o 50 metros desde hace más de 20 años, cuando se arregló la carretera. Pero no lo hicieron. Lo reclamamos en abril de 2019 a la Consejería de Infraestructuras y nos dijeron que cuando se quitara la nieve que vendrían a ver la zona. Como te puedes imaginar no vino nadie nunca. Hasta ahora, que ocurrió una desgracia», remata.