El héroe de la resistencia francesa forjado en Asturias

ASTURIAS

En el centro, con camisa blanca, Alfred Woiznik, conocido como Coronel Maxine o Max Brings, durante la liberación de Marsella, el 15 de agosto de 1944
En el centro, con camisa blanca, Alfred Woiznik, conocido como Coronel Maxine o Max Brings, durante la liberación de Marsella, el 15 de agosto de 1944

Vida de Alfred Woiznik, que luchó en la revolución del 34 y la guerra civil junto a los mineros y más tarde volaría un cuartel general nazi

13 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Asturias, 1934. Un joven alemán, comunista y judío, llega arrastrado por el fervor revolucionario desde Bilbao, donde había abandonado el barco en el que se enroló como marinero. Alfred Woiznik, que será conocido por el alias de Max Brings (y más tarde Coronel Maxine), se siente cautivado por Asturias y al final decide quedarse a luchar en España.

Por otra parte, son muy malos tiempos para judíos y comunistas en Alemania, de modo que la elección parece obvia. Hitler ha tomado el poder, acaba de asesinar a sus rivales (en la llamada noche de los cuchillos largos) y persigue ferozmente a los que considera sus enemigos, que son casi todos. Y no ha hecho más que empezar.

Woiznik había nacido en Neudorf (Silesia, hoy en Polonia) en 1909 (en el Bundesarchiv, Archivo Federal de Alemania, figura como Woznik, pero no hay duda sobre su identidad, ya que la ficha cita también su alias. Está enterrado en Berlín y en su lápida pone Woiznik). Era cerrajero de profesión y a los 19 años de edad ya militaba en el KPD, el Partido Comunista de Alemania. La revolución rusa contagia rápidamente a muchos jóvenes como él en toda Europa.

Alfred Woiznik, con uniforme de las fuerzas francesas libres y conocido como Coronel Maxine o Max Brings. Fue combatiente en España durante la Guerra Civil
Alfred Woiznik, con uniforme de las fuerzas francesas libres y conocido como Coronel Maxine o Max Brings. Fue combatiente en España durante la Guerra Civil ASOCIACIÓN ALEMANIA LIBRE

Según recoge Mª Isabel Esteve Torres en Recuerdos de brigadistas alemanes sobre la guerra civil española (1936-1939), entre 1929 y 1933 «trabajó en la industria con nombre falso, ya que había organizado una huelga de marineros y era buscado por la policía. Bajo falsa identidad se enroló en barcos extranjeros y militó ilegalmente». La policía de Hitler lo persigue, así que huye a Holanda en 1933 (como consta en su ficha del Bundesarchiv), donde se enrola en un barco y así llega a España en 1934.

Revolucionario en Oviedo

Woiznik, que se hace llamar ahora Max Brings, participó activamente en la revolución asturiana y por ello fue detenido en Oviedo. No se ha encontrado evidencia documental de los cargos. Sí se sabe que «fue juzgado y se le condenó a muerte, pero se le conmutó la pena a 30 años de cárcel», según Esteve.

No obstante, y gracias a la ley de amnistía de febrero de 1936, salió libre. Obviamente, ya no puede (y probablemente no quiere) regresar a Alemania, de modo que se queda en España. Antes o durante el levantamiento franquista de julio, el entusiasta Brings se alista en el ejército y, gracias a su experiencia y militancia, pronto asciende a oficial.

«Se le encargó, entre otras tareas, recuperar barcos españoles de los puertos del norte de África», asegura Esteve. El 1 de enero de 1937 ascendió a capitán, entró en el 5º Regimiento en Madrid y fue jefe de una unidad de guerrilleros, donde resulta por primera vez «gravemente herido», lo que le obliga a permanecer en el hospital largo tiempo.

Un compañero del KPD y miembro de la resistencia alemana, Ernst Melis, firmó un artículo sobre Woiznik titulado Colonel Maxime, el partisano nato (revista INFORMACIÓN. Asociación de Alemanes en la Resistencia, en las fuerzas armadas de la coalición anti-Hitler y el movimiento Alemania Libre). En él decía que Woiznik luchó en la retaguardia franquista, «porque fue uno de esos hombres valientes que lideraron la lucha como partisanos detrás de las líneas enemigas, colocaron trampas de minas en las rutas de abastecimiento, sabotearon las conexiones telefónicas e infligieron pérdidas considerables a los enemigos del Frente Popular (…). Sus compañeros de armas encontraron muchas palabras de agradecimiento por sus atrevidos, casi legendarios emprendimientos».

Tal vez por su relación con Asturias, una vez recuperado se le destina al mando de una unidad de dinamiteros asturianos y en febrero de 1938 se integra en las Brigadas Internacionales, concretamente en el famoso Batallón Thälmann, que por entonces ya formaba parte de XI Brigada Internacional y estaba integrado por unos 1.500 combatientes en su mayor parte alemanes, pero también austríacos y escandinavos. Durante la ofensiva del Ebro fue jefe de una compañía y resultó herido nuevamente, aunque volvió a recuperarse.

Salida de España

La guerra civil está terminando. Apenas dos meses antes de la derrota republicana, Brings cruza la frontera francesa junto a sus compatriotas. No son bien recibidos, al igual que los refugiados españoles. Según recoge el libro de Esteve, el combatiente sería internado en Saint Cyprien, Argelès, Gurs y Les Milles, y de este último campo de refugiados consiguió escapar camuflándose entre un grupo de leñadores.

La versión de Ernst Melis discrepa. Dice que «cruzó los Pirineos por rutas secretas para evitar el vergonzoso internamiento en uno de los campamentos (…)», pero esto a su vez contradice la versión de un testigo directo que recoge Esteve, Fritz Fugmann, que iba con Woiznik y declaró más tarde que «cuando acabó el control, en el que se nos quitó absolutamente todo lo que teníamos (armas, tabaco, relojes, etc…), la interminable fila de fugitivos se puso en marcha en dirección a Cerbère, la primera localidad francesa», por lo que parece más probable esta versión.

Sea como fuere, ya está en suelo francés y consigue moverse con libertad. Mientras tanto, Francia pierde la guerra relámpago contra Alemania y el régimen fascista de Vichy persigue a los opositores con igual saña que los alemanes, pero él no se da por vencido. Como hacen muchos españoles, se une a la resistencia. A sus 31 años es un fogueado luchador, así que dirige, bajo el sobrenombre de Coronel Maxime, la organización Alemania Libre del Oeste.

Ernst Melis confirma las actividades de Woiznik, ahora Coronel Maxime (también usa el viejo alias de Max Brings): «Tras la invasión de la Wehrmacht, (los resistentes) expandieron sus operaciones a lo largo de la costa mediterránea. Los ocupantes sintieron el poder de esta resistencia en todas partes. Atacaron gasolineras, quemaron flotas de vehículos, volaron trenes o lanzaron árboles talados a la calle para obstaculizar el tráfico (…)».

Este antiguo combatiente asegura que el rango de coronel de las Fuerzas Armadas del Interior francesas (FFI) de Woiznik no formaba parte de su alias, sino que era real, y narra con mucho detalle una acción contra los alemanes en Niza, el ataque al comedor de oficiales, «una de las empresas más difíciles y exitosas». 

Según Melis, en un hotel requisado del centro de Niza se reunía el mando alemán de la ciudad, así como las SS y la Gestapo. Disfrazado con un uniforme de oficial alemán y acompañado de su camarada polaca Rosine (Rywka) Fryd «elegantemente vestida», esconden en el bolso de ella una carga explosiva. La pareja accede al casino y se sienta tranquilamente y Rosine deja el bolso a su lado, en el suelo.

«Solo de vez en cuando ambos intercambiaban algunas palabras. Este comportamiento, sin embargo, fue cuidadosamente considerado y ensayado hasta el más mínimo detalle con el fin de llamar la atención sobre el bolso, que, si el plan no fracasa, debería pasar desapercibido hasta diez minutos después de que la pareja se hubiera esfumado», cuenta Melis.

Cuando el casino estuvo lleno, ambos se marchan y dejan el explosivo armado, que estalla a continuación. El golpe causó «pérdidas considerables y daños materiales a los fascistas. Mucho después del ataque, los carteles de buscados se pegaron en las paredes y prometieron grandes recompensas para rastrear en vano a los combatientes». 

En este punto hay alguna laguna, no obstante. En los archivos del Ministerio del Interior Francés (Direction de la Sûreté nationale. Fichier de police judiciaire: affaires concernant des attentats, série 15207, entre 1940 et 1946) no figura ningún atentado a un hotel en Niza, al menos los que se sabe que fueron ocupados por los alemanes. Tampoco la Gestapo (Hôtel Hermitage) compartía cuartel con los mandos militares (Atlantic Hotel) ni la Kriegsmarine (Hôtel Suisse).

Sin embargo, sí hay una ficha del 25 de diciembre de 1943 que dice: «atentado con bomba en el café Noailles, avenue de la Victoire, frecuentado por alemanes: 9 heridos y un muerto». Quizá se refiere a la cafetería del hotel del mismo nombre, que aún existe en ese lugar, aunque la avenida se llama ahora Jean Médecin.

Una postal del Hôtel Noaills de Niza (que sigue existiendo en el mismo sitio y con el mismo nombre), lugar donde probablemente el combatiente Max Brings (Alfred Woiznik) colocó una bomba contra los invasores alemanes en 1943
Una postal del Hôtel Noaills de Niza (que sigue existiendo en el mismo sitio y con el mismo nombre), lugar donde probablemente el combatiente Max Brings (Alfred Woiznik) colocó una bomba contra los invasores alemanes en 1943

Esteve menciona este episodio y también que Woiznik dirigió el robo de los archivos de la Gestapo sobre la Resistencia en Aix en Provence, por lo que su papel parece ser de verdad relevante durante la guerra. El historiador Steve Cushion confirma estas acciones en su libro Voluntarios alemanes en la resistencia francesa (German Volunteers in the French Resistance, 2020). Hay documentadas docenas de acciones de los insurgentes en las ciudades de la costa mediterránea francesa donde operaban.

La historiadora Bettina Giersberg (en La obra del escritor Rudolf Leonhard en el exilio francés de 1933 a 1945) menciona que el insurgente «estuvo involucrado con sus unidades en la liberación de toda la zona y fue uno de los líderes del levantamiento de Marsella». Esta obra es reveladora puesto que cita palabras del propio Woiznik, quien dice que en esa acción «los Aliados ganaron seis días (según las declaraciones del Estado Mayor Aliado). Evitó que los alemanes iniciaran un largo asedio que hubiera detenido el avance aliado (…). La liberación evitó la destrucción de la ciudad por la lucha de los ejércitos, salvando miles de vidas. La liberación de Marsella es obra del propio pueblo de Marsella, encabezado por las tropas de choque, el FTPF y algunos grupos aislados». Esto ocurría en agosto de 1944, en el marco de la Operación Dragón del ejército aliado.

Combatientes de las fuerzas francesas del Interior (FFI) durante la liberación de Marsella de la ocupación nazi, en 1944
Combatientes de las fuerzas francesas del Interior (FFI) durante la liberación de Marsella de la ocupación nazi, en 1944

Vuelta a la vida civil

Termina la Segunda Guerra Mundial y Woiznik puede regresar a su patria; naturalmente, decide trasladarse a la zona soviética. Tal vez se casara (en su tumba figura otro nombre, Loga Woiznik, 14 años más joven que él y fallecida en 1950). En otoño de 1944 encabeza la comisión militar del Comité de Alemania Libre para Occidente. «Honrado con altos honores por el movimiento de resistencia francés», dice Melis, retorna en 1946 y milita en el SED (Partido Socialista Unificado). Como otros exmilitares, su experiencia es aprovechada por las autoridades para trabajar en la policía. Dirige esa fuerza en Potsdam y más tarde pasa a la vida civil como jefe del Departamento de personal de los ferrocarriles nacionales.

Pero a pesar de tan larga e intensa trayectoria que lo llevó desde un puerto holandés a pasar por Asturias y distintos puntos de la guerra civil española, a haber sido herido dos veces y correr grandes riesgos como resistente en Francia, Woiznik, murió el 31 de octubre 1949 vencido por la tuberculosis. Así consta en el registro del Cementerio Central de Friedrichsfelde de Berlín. Tenía apenas 40 años de edad.