Varios miembros de la Fundación Gustavo Bueno han publicado elogios desmedidos al presidente ruso y el grupo vinculado al Kremlin CitizenGo respaldó los inicios de la plataforma contra la oficialidad

Durante décadas diversos movimientos sociales y políticos europeos, muchos de ellos contrarios e incompatibles entre sí, recibieron el respaldo económico y mediático del Kremlin porque, desde ramas totalmente distintas, el objetivo era común. Tienen vínculos con Putin grupos de extrema derecha y nostálgicos de la URSS y el Pacto de Varsovia, nacionalistas periféricos y también centralistas, en el caso de España. En los últimos días los rastreos de la hemeroteca han sacado de nuevo a la luz hagiografías del presidente ruso, especialmente llamativas las publicadas en la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes) que mantiene un vínculo singular con otra institución asturiana: la Fundación Gustavo Bueno.

«¿Rusia es culpable? Sí, Rusia es culpable. Rusia es culpable de defender los intereses de Rusia con servicios de inteligencia y músculo militar. Rusia es culpable de tener en el Kremlin a un líder patriota y al mayor genio geopolítico del presente en marcha, como ha ido mostrándose estos años desde la debacle que supuso la caída de la Unión Soviética»; afirma un artículo firmado por el profesor Daniel López, investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno en la web de Denaes con fecha de noviembre de 2019. En el texto también afirma que «Vladimir Putin, que guste o no es un estadista como la copa de un pino, tiene muy claro algo que no expresan de manera tan precisa o contundente la mayoría de los políticos españoles: 'Los traidores deberían ser castigados'» y concluye que «Ya lo decía Gustavo Bueno: 'El que es débil que espabile'».

Es uno de los artículos más llamativos y por eso ha corrido de forma reciente en redes sociales. También el director de la Fundación Denaes, Iván Vélez se presenta como «arquitecto e Investigador Asociado de la Fundación Gustavo Bueno». No es extraño, la relación entre ambas fundación parte de sus mismos inicios, cuando en 2005, con el filósofo asturiano se puso en contacto con Santigo Abascal (que entonces militaba en el PP) durante la presentación de su libro «España no es un mito». Bueno participó de forma muy activa en la puesta en marcha de Denaes que reúne entre sus miembros a algunos destacados autores de extrema derecha y conservadurismo antieuropísta. El propio hijo de Gustavo Bueno, Gustavo Bueno Sánchez, aparece como vicepresidente de Denaes en su web y un texto publicado en la página de la fundación sobre la deriva de Abascal hasta la creación de Vox, destaca que «la fundación, dicen, no es el germen de Vox, pero toda la ideología del partido salió de una fundación cuyos planteamientos eran los de Gustavo Bueno» y también que «'en realidad, todas las claves que marcan a Vox son las que siempre defendió Bueno', y desarrolla que 'Europa es el mayor peligro para España'».

La Voz de Asturias trató de obtener ayer una valoración de la Fundación Gustavo Bueno en Oviedo de estas declaraciones y artículos pero no fue posible conseguir una respuesta o declaración.

CitizenGo y la plataforma contra la oficialidad

Una investigación de Open Democracy publicada en 2019, constataba también los vínculos entre algunos jerarcas rusos de extrema derecha religiosa ortodoxa como Alexei KomovKonstantin Malofeev con la plataforma CitizenGo, que se pasó la última década respaldando y difundiendo diversas campañas de extrema derecha en varios países. La 'guerra cultural' en España cuajó principalmente en la conocida ruta del autobús tránsfobo de Hazte Oír, organización con la que mantenía directas relaciones.

CitizenGo trabajó con grupos de lo más variado, un importante apoyo en los comienzos de la campaña de Trump en Estados Unidos y con casi toda la familia de ultraderecha europea en diversos países. En Asturias, en 2018 era el medio principal de la Plataforma contra la Oficialidad del Bable a la hora de recabar apoyos y firmas en redes sociales. 

En aquella época, antes de la entrada de Vox en las instituciones, varios grupos actuaban de forma coordinada. Los mismos nombres aparecen entre los miembros y partícipes de la Plataforma Contra la oficialidad del Bable o el la sección asturiana de El Club de los Viernes. Muchos de ellos, empezando por el actual presidente de Vox Asturias y portavoz del grupo en la Junta General, Ignacio Blanco, compartían afiliación en todas estas organizaciones-

Con la llegada de Vox al parlamento asturiano, con dos diputados, la Plataforma contra la Oficialidad del Bable, recibe apoyos reforzados. Al comienzo de la legislatura se instalan las primeras vallas publicitarias en las que se mostraba al presidente asturiano, Adrián Barbón, junto a Otegi y Puigdemont, con un mensaje que trataba de equiparar la defensa de la oficialidad del asturiano con el separatismo.

Mucho más conocida, por su repercusión nacional, fue la segunda y mucho más intensa campaña dirigida contra el secretario general de Foro Asturias, Adrián Pumares, que comenzó con el reparto de pegatinas con su rostro tachado y acusándole de «vendido» ante la posibilidad de que diera el voto decisivo para la reforma del Estatuto de Autonomía que incluyera la oficialidad del asturiano. Tras las pegatinas llegaron las vallas, ya de forma explícita firmadas por Vox con el mismo mensaje y, semanas después, las que aún permanecen junto a varias carreteras asturianas en las que se muestra un montaje de Pumares besándose con Adrián Barbón con el lema «Los 'adrianes' te quieren meter la llingua».