Alianza noroeste y macrorregión cantábrica: la estrategia intercomunitaria de Asturias

L.O.

ASTURIAS

El Principado teje durante dos legislaturas una red a favor de intereses respecto a la financiación autonómica o infraestructuras en círculos que no siempre coinciden

17 mar 2023 . Actualizado a las 17:58 h.

La cumbre de Vitoria con la que se abrió esta semana y en la que Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco sentaron las bases para la puesta en marcha de una «macrorregión» cantábrica que sirva de grupo de presión para el desarrollo del Corredor Atlántico -relegado frente al Mediterráneo desde el Estado y con la amenaza de ver postergada sine die su conexión con Francia- ha dejado a pocos indiferentes.

Entre las reacciones en las últimas 72 horas ha habido protestas por no haber estado (sobre todo en ambientes empresariales y políticos de Castilla y León) y llamadas también a considerar que hay ya una alianza noroeste que no debe dejarse de lado, lo dijo así el presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo.

La alianza del noroeste reúne a Galicia, a Asturias y a Castilla y León, con lazos pero intermitentes con Cantabria. Tiene ya unos años de andadura, empezó durante la presidencia de Javier Fernández en el Principado de la mano de Alberto Núñez Feijoo en la Xunta. A la buena relación personal de ambos presidentes se une una coincidencia notable de intereses en el ámbito nacional que hace realmente primos hermanos a gallegos y asturianos en debates como el de la financiación autonómica, cómo se afronta el envejecimiento demográfico o el desarrollo de las infraestructuras. Y la coincidencia con Castilla y León en esas lides es también casi total, pero en el momento es que se forja esa alianza su presidente era Juan Vicente Herrera. Con Mañueco la relación ya no fue igual y la coalición con Vox le ha hecho más tóxico por partida doble: para el PP de Feijoo que quiere presentarse como moderado y para un Barbón que ni mete en la ronda presupuestaria a ese partido.

Con todo los grandes acuerdos, para pedir una financiación autonómica suficiente para una población envejecida y dispersa, siguen activos en el presente. Y lo cierto es que si hoy se habla de conexiones desde Galicia y Asturias en el Corredor Atlántico es por el trabajo conjunto de ambos territorios para que se les incluyera en el diseño del eje prioritario para la UE. Al principio no estaba y el corredor avanzaba atravesando la ancha Castilla con parada en Madrid rumbo a Portugal. Costó mucho cambiarlo pero se aprobó en 2019. Todavía hoy en el presente, el diputado independentista catalán y notorio difusor de bulos en redes sociales, Ramón Tremosa, se burlaba de la infraestructura con un mapa antiguo y desactualizado: 

El trazado ya no es así, incluye líneas de Valladolid a León y de allí a Gijón y Avilés en Asturias; y también a Ourense, Vigo y A Coruña en Galicia. En esos tiempos el País Vasco permanecía al margen de todos estos tipos de alianzas intercomunitarias. Por un lado veía garantizada su participación en el corredor, con el enlace a Francia, y además al tener un ejecutivo nacionalista no solía participar en estos foros. Pero empezaron a pasar cosas.

La peor de las amenazas para los vascos se plasmó cuando Francia empezó a desinteresarse y señaló que pretendía retardar la conexión de alta velocidad por Hendaya no ya en el año 2030 sino en 2046. Saltaron todas las alarmas porque además el retraso del corredor atlántico a este lado de los Pirineos es sangrante en comparación con el mediterráneo que ya estará remodelando sus vías este verano. Un sueño imposible para territorios como Asturias que no sólo ha visto demorada una vez más la Variante de Pajares sino que tendrá sus trenes de cercanías más tarde por un error de diseño en los organismos estatales y no cuenta con que se inicien las reformas de las vías entre Lena y Gijón al menos en dos años.

En el Mediterráneo van tan sobrados que meses atrás uno de los empresarios de su grupo de presión, Ferrmed, Joan Amorós, llegó a plantear que se quitaran recursos a los trenes del noroeste para potenciar los mediterráneos porque es «donde está el tráfico de verdad».

Que la única respuesta que iba a contar para el Ejecutivo central era la que pudiera plantear una alianza intercomunitaria lo demuestra el hecho de que en la última cumbre del noroeste fue cuando se anunció el nombramiento de un comisionado específico para este corredor: José Antonio Sebastián, que ha asegurado en las últimas semanas que desde el gobierno estatal lo considerarán una iniciativa «prioritaria» y que correrá paralela a la Mediterránea, algo imposible porque esta ya lista para arrancar y la norteña está en los primeros mimbres.

Esa desproporción de esfuerzos desde las instituciones del país hacia unos territorios u otros pero sobre todo la evidencia de que para conseguir que Francia plasme la conexión es necesaria la unión de muchos aliados y que solos no alcanzarían nada es lo que ha llevado al gobierno vasco a plantear esta macrorregión con Cantabria y la mano tendida a más comunidades, incluso regiones de Francia como Aquitania o del norte de Portugal.