La antigua Feve en Asturias, en tela de juicio: «Si tienes un horario laboral fijo no puedes depender del tren para ir a trabajar»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

Un tren de Feve en Asturias
Un tren de Feve en Asturias J.L.Cereijido | EFE

Servirse de los cercanías en la región es vivir una «verdadera odisea». A los «continuos» retrasos y cancelaciones se suma la «lenta velocidad» a la que circulan los convoyes. Usuarios de la línea ferroviaria Laviana-Gijón relatan cómo el servicio se ha ido deteriorando, «especialmente en los últimos años»

08 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Carmen Río lleva más de 20 años utilizando el tren para desplazarse por Asturias. Aparte de aportar así su granito de arena en la lucha contra el cambio climático, algo con lo que realmente está concienciada, esta vecina de Noreña hace uso de este medio de transporte porque considera que es «más seguro y cómodo». Además es el que mejor se ajusta a su horario laboral, motivo por el cual coge a diario la línea ferroviaria Laviana-Gijón o en su defecto el tren que va directo desde Oviedo con destino a la ciudad costera. Pero aunque viajar en convoy generalmente reporta «muchísimas ventajas», a día de hoy, confiesa, servirse de los cercanías en la región es vivir una «verdadera odisea».

Si echa la vista atrás y compara el funcionamiento de la antigua FEVE ve un «claro deterioro» del servicio, «especialmente en los últimos años». «Son muchas las incidencias y las anulaciones de líneas son constantes. Hay también mucha falta de información, no sueles enterarte de que se canceló un tren hasta que llegas a la estación y aquí en Noreña como no suele haber personal, tienes que llamar al Berrón y no siempre te cogen el teléfono. Además no te dan ninguna solución, solo que esperes a que pase el siguiente tren que es dentro de una hora y claro no solo te trastorna toda la mañana sino que encima tienes que llegar tarde a trabajar», denuncia.

En su caso particular, como cuenta con un horario flexible si comienza a trabajar un poco más tarde de lo establecido no le supone un grave problema, sin embargo, «hay muchos viajeros que han tenido que tomar otras alternativas» para poder entrar «en tiempo y hora al trabajo». «Tal y como está funcionando ahora mismo el tren es muy difícil utilizarlo a diario como medio de transporte para la vida laboral», lamenta Río.

Otra de las personas que hace diariamente el mismo itinerario que Carmen Río es David Prieto. Vecino también de Noreña asegura que utiliza el tren para ir trabajar y hacerlo le trae también algún que otro quebradero de cabeza. Para poder llegar a tiempo a su puesto de trabajo debe coger el convoy que pasa a las 08.14 horas por el apeadero del concejo en el que habita, pero «es muy raro» que llegue puntual.

No le importa lo más mínimo tener que esperar unos minutos en el apeadero hasta que llegue el ferrocarril, no muchos, lógicamente, pero le repatea que no se informe debidamente de las incidencias. «Si miras la aplicación figura que el tren va a pasar, incluso te indica el trayecto que lleva, pero cuando llega la hora desaparece de la pantalla sin avisar que está cancelado», asegura.

Ante estos casos, desde Renfe suelen habilitar un servicio alternativo para transportar a los pasajeros por carretera, sin embargo «no informan» al respecto. «Hace 15 días estábamos esperando el tren, no había ninguna noticia por megafonía, hasta que transcurridos 10 minutos veo que viene un autobús con un letrero de Renfe. Dio la casualidad que me di cuenta, sino pasa el autobús y no nos enteramos», asegura indignado.

Además, «no siempre» dan esta solución ante la anulación de las líneas ferroviarias. Sin ir más lejos, «la semana pasada había una persona informándonos desde la acera de que el tren estaba cancelado y que no había servicio alternativo, que había que esperar al siguiente tren». Esto se traduce en tener que aguardar en el apeadero hasta las 09.05 horas y no llegar a Gijón hasta las 10 de la mañana, «teniendo en cuenta que pase puntual».

Pero, «lo peor de todo» es que ese día «no hacía ni cinco minutos que había pasado el autobús que va estación por estación». «Sabiendo que el tren de las 8.15 no iba a pasar podía haberle dicho al conductor que esperase un poco y así recogía a todos los pasajeros, aunque llegásemos más tarde», implora David Prieto, antes de señalar que cuando el ferrocarril los deja «tirados» y desde Renfe no ponen un servicio alternativo o bien llaman un taxi y lo pagan entre todos o tiene que dar la vuelta para su casa en busca de su vehículo particular.

Y por si fuera poco, una vez llegó a la estación a las 8.12 horas, es decir, tres minutos antes de que partiera el tren. Su sorpresa fue mayúscula cuando se percató de que el convoy había salido antes de tiempo. «Puse una reclamación por escrito, aunque no valiese para nada que al menos costase, a los dos meses me contestaron por correo electrónico que una vez consultados los horarios de ese día, el tren había salido a su hora y desconocían el motivo por el cual yo lo había perdido», afirma.

«Hace unos años el tren funcionaba muy bien, había muchas frecuencias, y de Noreña a Gijón eran 17 minutos de reloj, llegabas incluso antes que si ibas en coche por la Autovía Minera»

Como este vecino de Noreña prefiere ya prevenir que curar acude a la estación con su coche para que en el caso de que el tren no pase o se retrase más de la cuenta pueda llegar a tiempo a su puesto de trabajo. No hace uso del autobús porque este sale a las siete menos cinco de la mañana y por tanto se tiraría «mucho tiempo esperando» en Gijón para entrar a trabajar, por eso prefiere viajar en ferrocarril aunque este además vaya cada vez más lento.

«No sabemos si es por el tema de las obras, que están cambiando vías y demás, pero vamos casi parados, parece que vamos en un tren turístico o en el de las piraguas». «Hay veces que parece que tenemos que empujar el tren porque va muy lento», apunta Inés otra usuaria habitual de la línea Noreña-Gijón, quien califica el servicio como un «auténtico desastre». «No es que esto pase un día o dos sino que es algo que se da de manera continuada», manifiesta.

«Es una pena porque hace unos años el tren funcionaba muy bien, había muchas frecuencias, y de Noreña a Gijón eran 17 minutos de reloj, llegabas incluso antes que si ibas en coche por la Autovía Minera. No sé si lo están dejando morir porque haya intereses creados pero es una odisea todos los días. Si tienes un horario de trabajo fijo no puedes depender del tren para ir a trabajar», implora David Prieto.

En el trayecto de vuelta pasa «absolutamente» lo mismo. «Solemos coger el tren de las tres menos veinte pero, ¿qué pasa? que hasta que no llega el que viene directo de Oviedo no podemos partir porque es el mismo maquinista que nuestro tren, entonces hasta menos cinco y hay veces que pasadas las tres, no arrancamos», asegura Inés, que ya no quiere ni hablar del «mal estado» de las estaciones o de los propios trenes.

Tanto Carmen como David e Inés están de acuerdo en que prefieren pagar por hacer uso del tren y que el servicio que reciban a cambio sea adecuado. «Solo pedimos que el tren pase a su hora y haya más frecuencias», asegura David, a lo que Inés apunta que en el caso de que se suspenda una línea ferroviaria se les informe al respecto y que pongan un autobús como alternativa.

«Que al menos se preocupen por nosotros porque no podemos tener todos los días esa incertidumbre de ver qué va a pasar con el tren porque parece que estamos perdidos en la mano de Dios y eso que estamos en Noreña», reclama Inés. «Es una lástima que en el momento actual donde se está estratégicamente apostando por la movilidad sostenible, por intentar reducir la contaminación, el ruido y el tráfico para combatir el cambio climático, a las personas que queremos utilizar el transporte público no se nos facilita nada, al contrario se nos complica mucho», asevera Carmen Rio.