El debate que divide a hosteleros y familias: ¿Niños bienvenidos o mejor en casa?

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Imagen de archivo de la mesa de un restaurante
Imagen de archivo de la mesa de un restaurante ANGEL MANSO

Mientras unos restaurantes enfocan su propuesta a un ambiente de tranquilidad y exclusividad, otros apuestan por ofrecer espacios y servicios en los que adultos y niños puedan tener momentos de disfrute y diversión por igual

18 may 2025 . Actualizado a las 09:09 h.

En Asturias, la etiqueta «only adults» o «solo para adultos» es una marca que ya utilizan algunos hoteles y establecimientos de alojamiento, hoteles que ofrecen exclusividad para personas mayores de 18 años, excluyendo niños y suelen incluir servicios dirigidos a adultos, como spas y restaurantes gourmet. Si bien en el ámbito de la restauración no existe una marca «only adults» como tal, lo cierto es que en el Principado también hay restaurantes que ofrecen experiencias gastronómicas con menús largos que tienen políticas de admisión que desaconsejan acudir con niños menores de cierta edad o, directamente, no permiten el uso de carritos de bebé. El argumento de estos establecimientos es que esas medidas o condiciones de admisión buscan garantizar una experiencia más tranquila y exclusiva para los clientes. Por el contrario, se observa, igualmente, un crecimiento de los restaurantes que promueven el turismo familiar, habilitando zonas de juego y ofreciendo menús adaptados para los más pequeños, fomentando así un ambiente inclusivo y familiar. La dualidad en las políticas refleja diferentes enfoques del sector de la restauración hacia la atención al cliente y la convivencia en espacios gastronómicos. Mientras unos priorizan la tranquilidad y la exclusividad, otros apuestan por la integración y el ocio en familia. Esto pone de manifiesto las distintas perspectivas sobre cómo conciliar la oferta gastronómica con las necesidades de todos los públicos en la región.

Desde el colectivo Hostelería Con Conciencia (HCC), su portavoz, Félix Marcos, atribuye que haya diversidad en las políticas de los establecimientos de restauración a que «la hostelería se está especializando cada vez más». En este sentido, el mismo explica que «cada vez son menos los locales donde hay de todo y más los establecimientos especializados en algo concreto, ya sea alta cocina, en eventos familiares con juegos y atracciones para los más pequeños o cafeterías donde se acarician gatos, por poner un ejemplo». No obstante, más allá de las políticas de admisión que pueda tener uno u otro restaurante, el representante de HCC considera que «somos los padres los que tenemos que saber dónde llevamos a nuestros hijos y entender que hay sitios a los que sí y sitios a los que no procede». Él es el primero que plantea que «yo no llevaría a mi hijo a un 3 Estrellas Michelín, en cambio, sí lo llevaría a un merendero a comer y a jugar, y lo digo como padre y como hostelero», apostilla el mismo.

Restaurantes pensados para adultos

Justamente, algunos de los restaurantes del Principado que tienen en su política de admisión condiciones para acudir con niños o niños menores de cierta edad son restaurantes de alta cocina, con reconocimientos gastronómicos prestigiosos, como pueden ser estrellas Michelín o, incluso, establecimientos que están en la «cantera» para lograr esta distinción.

Es el caso del restaurante El Molín de Mingo, en Peruyes (Cangas de Onís) o el estrellado restaurante Monte, en San Feliz (Lena). En el apartado de reservas del primero de estos establecimientos se especifica que «no aconsejamos acudir con niños menores de diez años, por la duración de nuestros menús y la elaboración de los mismos». No obstante, este restaurante plantea como opción en el mismo apartado que «los niñ@s mayores de diez años tomarán el menú corto, teniendo la posibilidad de llevarlo en caso de no terminarlo». También se hace referencia en la web de este establecimiento a las condiciones específicas cuando acuden niños. Estas son que «en todo momento, los menores deben estar siempre bajo el control de sus padres responsable de su cuidado», que «todo daño ocasionado al entorno o al restaurante por los menores será cargado automáticamente a su tarjeta» y que «si se observa alguna mala conducta que perjudique al resto de comensales, se les invitará salir del restaurante y se les cargaré el importe de la reserva». En el caso del restaurante Monte, de Xune Andrade, restaurante que en 5 años ha conseguido dos estrellas Michelín y un Sol Repsol, entre otros reconocimientos, en la web ya se precisa que «no contamos con menú infantil, por lo que recomendamos que los asistentes tengan más de 12 años» y que «para facilitar el servicio, no podemos permitir carritos en el salón».

Otro restaurante con política de admisión para los niños es Casa Marcial, que cuenta con tres estrellas Michelín. En el apartado de reservas de su web indica que «por las características y el tamaño de la sala no está permitido el uso de carritos de bebé», además de aconsejar «que los niños que nos visiten tengan una edad superior a nueve años». Desde este restaurante han explicado a La Voz de Asturias que «en todos nuestros restaurantes los niños son bienvenidos y, de hecho, nos encanta recibirlos porque a menudo son ellos quienes más nos sorprenden con su curiosidad y paladar». Sin embargo, añaden que «en Casa Marcial hacemos una excepción y desaconsejamos la asistencia de niños menores de nueve años. Esta recomendación responde únicamente a las características particulares del restaurante y su propuesta gastronómica: un menú largo, que se prolonga durante varias horas y que, por su naturaleza, puede resultar poco atractivo y exigente para los más pequeños».Otro aspecto que, se apunta, hay que tener en cuenta es que «Casa Marcial es una antigua casa de pueblo, con salones pequeños y un ambiente tranquilo, pensado para que todos los comensales disfruten de una experiencia serena y pausada. Por ese motivo, tanto niños como adultos deben mantener un tono adecuado durante la comida». Así, inciden, «la recomendación responde al bienestar tanto de los niños como del resto de los comensales». No obstante, también se hace referencia desde Casa Marcial que «para quienes deseen disfrutar de nuestra cocina en familia, tenemos otras opciones más adecuadas como Narbasu, Gloria en Oviedo y Gijón, o Nastura».

Restaurantes pensados para los niños

Y si bien hay restaurantes que no están pensados, precisamente, para acudir con niños, hay otros que han ideado y diseñado sus instalaciones para acudir en familia y que los más pequeños tengan espacios para divertirse mientras sus padres disfrutan de la oferta gastronómica del establecimiento. Uno de estos restaurantes es El Tonel de Colloto, en cuyas instalaciones cuentan con una zona de juegos. Beatriz Suárez, responsable de este restaurante, explica que en su política han tenido en cuenta que «la gente no quiere hacer vida no familiar el fin de semana, pero, a la vez, los padres buscan poder comer tranquilamente. Salir a comer con los niños y poder respirar a la vez», resume la misma. En ese sentido, comenta que El Tonel de Colloto está pensado «para que los padres tengan ese margen sin tener que dejar a los niños con familiares y estos, a la vez, puedan divertirse». Además, apostilla que la zona infantil que ofrecen permite «tener a los niños entretenidos sin pantallas».

Beatriz Suárez no obvia que para poder tener una zona de juegos infantil hay que tener espacio y entiende que no todos los restaurantes cuentan con espacio para ello. «En nuestro caso, estamos viendo cómo podemos ampliar el parque de bolas, porque tiene mucha demanda y a los niños les distrae muchísimo», señala la misma, que también hace referencia que «facilita mucho el servicio» el que los niños estén jugando en una zona concreta en vez de en la sala donde se está sirviendo la comida. «Y a nosotros nos gusta esa familiaridad que hay en El Tonel de Colloto, porque es sitio de reunión para familias y amigos», concluye la responsable del establecimiento.

Otro restaurante pensado para el ocio familiar es El Llagar de Titi, con espacios diferenciados entre lo que es el comedor y la amplia zona infantil. «Hay que vivir con todo el público», manifiesta el propio Titi, propietario del establecimiento, que añade que «seleccionar al público lo veo complicado» y por eso su política es atender todas las necesidades que pueda tener el cliente y así ha configurado y diseñado su conocido restaurante. Así, si inicialmente lo planteó para que las familias pudieran acudir con los más pequeños y tanto padres como niños pudieran disfrutar de la visita a su establecimiento, «paso a paso con la experiencia de los años y las necesidades del cliente», comenta, ha ido evolucionando en todo lo que ofrece: «yo creo que no hay nadie en Asturias que tenga lo que ofrecemos en El Llagar de Titi: «además de la zona de ocio infantil que incluye 15 réplicas de dinosaurios, tenemos guardería para las mascotas de nuestros clientes, para cargar los coches eléctricos de forma gratuita, todos los baños adaptados para personas con movilidad reducida, baños adaptados para ostomizados, silla de ruedas para personas que tengan dificultades de movilidad, una zona de fumadores, garrafas de combustible, una batería para arrancar coches e, incluso, podemos ofrecer una camisa si alguien se mancha para que si tiene que ir a una reunión después de comer pueda ir con una camisa limpia», enumera Titi, para quien la máxima es «vivir con todo el mundo».