Una madre de Siero critica la propuesta de transporte para su hijo con TEA: «Es un despropósito total, es inviable»
ASTURIAS
El Gobierno del Principado acaba de proponer a Rosa una solución para trasladar a su hijo a un CAI de Oviedo. Sin embargo, ella no considera que sea adecuada a las circunstancias. «No sé a quién se le ocurrió esta "genial" idea», denuncia, desesperada
04 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Rafa es un joven asturiano que sufre trastorno del espectro autista en el grado más elevado de afectación. Presenta serias dificultades para comunicarse e importantes problemas de comportamiento, además de ser incapaz de realizar las actividades más cotidianas. Tiene por ello reconocida una discapacidad del 82%, puesto que necesita ayuda para «absolutamente» todo. Es su madre, Rosa, quien se encarga, principalmente, de su bienestar. Desde el pasado mes de junio ha asumido toda la carga de sus cuidados, ya que no puede acudir al Centro de Atención Integral (CAI) que Aspaym tiene en Oviedo debido a la falta de transporte.
La madre de esta familia de Siero tiene, por tanto, que estar pendiente las 24 horas del día del benjamín de la casa, con lo que esto supone. Y, por si fuera poco, debe atender las necesidades de su hijo mayor, Alfonso, que también tiene autismo en grado 3 y una discapacidad reconocida del 65%. Agotada por una situación que «solo se entiende cuando se vive», Rosa lleva semanas luchando para obtener la ayuda de transporte que permita a Rafa de 21 años ir al CAI. Para garantizar el derecho a la integración y a la autonomía, el Gobierno del Principado le acaba de proponer una solución. Sin embargo, no considera que sea adecuada a las circunstancias. «Es inviable», asegura.
Varios traslados en un trayecto de casi dos horas
«Me ofrecieron que viajara en el mismo autobús que su hermano, que sale de Lieres a las 7:50 horas, y lo llevarían al CAI Naranco. Una vez allí, sobre las 8:45, un voluntario de Cruz Roja, del programa de apoyo en el entorno, lo recogería en el patio del centro y lo acompañaría hasta la parada del TUA en el Hospital Monte Naranco. Iría con él hasta la parada de consultas externas del HUCA, donde se bajarían y continuarían a pie hasta el CAI de Aspaym (Tendrían que caminar unos 300 metros aproximadamente)», detalla Rosa, a quien no le parece ni medio normal que un joven con estas necesidades tenga que soportar ese trasiego diario.
«No sé a quién se le ocurrió está genial idea de meter a una persona dependiente total como mi hijo, con todas las estereotipias —movimientos repetitivos y carentes de propósito— que además tiene, en un autobús público. Además, a esa hora de la mañana el bus va saturado, ya que recorre desde el Monte Naranco hasta el Hospital General de Asturias. Por tanto, si va lleno, ¿dónde se va a sentar Rafa? Si no tiene un lugar asignado, se agarrará a lo primero que encuentre: un pañuelo, una pinza del pelo o las gafas de otra persona», advierte esta vecina de Siero, que conoce perfectamente la manera en que su hijo reacciona ante este tipo de situaciones.
Su comportamiento también es difícil de controlar cuando la climatología es adversa, por lo que su madre se muestra especialmente preocupada con la llegada del mal tiempo. «¿Qué va a pasar cuando esté lloviendo? Si tiene que ir caminando desde la parada de consultas externas del HUCA hasta su CAI se va a pillar una mojadura como un piano de grande porque una de las muchas estereotipias que tiene es que le encanta el agua, entonces va a llegar pingando», lamenta, consciente de que de esta circunstancia puede aumentar el riesgo de que se enferme.
A esto se suman los tiempos de desplazamiento. «Rafa saldría de casa a las 7:45 y no llegaría al centro de Aspaym hasta las 9:30. Eso supone una hora y cuarenta minutos de deambular desde Lieres hasta su CAI, y eso contando con que el autobús llegue a la hora y no sufra retrasos, algo que hay que tener muy en cuenta, porque las esperas no las lleva nada bien», dice. La vuelta, sin embargo, sería directa. A cambio, eso sí, de pasar menos tiempo en el centro. «Volvería en el autobús de Alfonso, que lo recogería sobre las 15:15, por lo que tendría que salir dos horas antes en lugar de a las cinco, que es su hora habitual», precisa.
Por estas y otras múltiples razones, Rosa no considera que esta propuesta resuelve el problema. «¿Esta es la ruta de transporte alternativo que estábamos buscando? ¿De verdad? Todo parece pensado en beneficio de la Consejería, no de mi hijo. Porque Consejería no pagaría transporte, ya que se trata del mismo autobús que utiliza Alfonso. En cambio, Rafa tiene que hacer una ruta “salomónica”», denuncia, antes de advertir: «¿Y si le pasa algo al crío? ¿Si se le escapa al voluntario de Cruz Roja y cruza la carretera o echa a correr?»
«Es un despropósito. Ya no sé qué hacer. Estoy desesperada, no lo siguiente. Esto es inviable», asegura visiblemente emocionada. No puede contener las lágrimas ante la rabia que siente. «Es una impotencia tan enorme… de verdad, no sé qué hacer. Es una desesperación total y absoluta», confiesa Rosa, quien solo espera una solución que funcione de verdad.
Más recursos
Aprovecha además la ocasión para reclamar la creación de más CAIs en Asturias destinados especialmente a personas con TEA en grado 3, quienes necesitan apoyo completo en su vida diaria. Su petición busca que ninguna familia tenga que afrontar sola las dificultades que ella ha vivido hasta la fecha. «Los completamente dependientes son los grandes olvidados», lamenta.