La Pizarra: El Oviedo saca oro del barro

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Anquela Carlos Tartiere Horizontal.Anquela durante un encuentro de esta temporada
Anquela durante un encuentro de esta temporada REAL OVIEDO

Análisis del partido propuesto por Juan Antonio Anquela

12 dic 2017 . Actualizado a las 16:31 h.

Nota: 7, notable. 

En complicado analizar lo que es puramente el juego en un partido como el de ayer. El césped del Carlos Tartiere no dio margen a los futbolistas e hizo imposible que cualquier idea ensayada durante la semana se viera plasmada. Ante este panorama, salieron a relucir aspectos como la famosa intensidad, el coraje, la garra o el espíritu competitivo. El Real Oviedo lo supo desde el primer momento y entró al campo convencido de que tenía que llevarse los tres puntos. 

Osasuna dudó y eso le mató. Tardó media hora en meterse en un encuentro que ya tenía perdido. Si en los partidos cerrados el que primero golpea suele salir vencedor, cuando el césped no permite nada esa norma se multiplica por mil. Pero lo único cierto es que los tres puntos de ayer, a efectos clasificatorios, valen lo mismo que los conseguidos ante Lorca y Numancia. El Oviedo se asienta en el tren de cabeza, dejando a sus perseguidores a más de un partido y a tan solo un punto del playoff.

El aspecto táctico

Juan Antonio Anquela no tocó nada y los once jugadores que anularon al Lorca en el Artés Carrasco fueron los elegidos para luchar en el barro. Como dijimos en el párrafo anterior, el césped liquidó cualquier planteamiento trabajado por semana, pero sí hubo pautas previas que se dejaron ver durante todo el encuentro. La primera fue la cautela en defensa. En pocos partidos se vio a la zaga tan concentrada. Los tres centrales no cedieron ni un metro a Quique y David Rodríguez y Mossa y DIegui cuidaron más que nunca su espalda.

Otro de los puntos clave fue el poco espacio que había entre cada línea. A sabiendas de que sería un partido marcado por los rechaces, rebotes o malos despejes, Anquela juntó a su equipo con la idea de llevarse todas las segundas jugadas. Y le funcionó. Así llegaron los dos acercamientos más peligrosos de los azules: el primero significó el penalti fallado por Rocha, el segundo fue el gol de Diegui. Mal despeje de la zaga rojilla, Linares que a base de empuje le gana la partida a Aridane y centro perfecto que aprovecha el canterano azul. Osasuna no se había manchado el pantalón y ya iba perdiendo.

Al limitarse mucho las incorporaciones de los carrileros, el trío atacante se quedó solo ante el peligro. Pero dio igual. Berjón siempre deja muestras de lo diferencial que es en esta categoría, Yeboah volvió a sorprender a todos con un auténtico partidazo y Linares fue un tornillo clavado en la cabeza para Aridane y Unai García. Especialmente reseñable lo del ghanés. Cuando parecía que su juego iba a ser el más perjudicado por el pésimo estado del césped, tiró de galones y fuerza para poner en aprietos a la zaga navarra en todas sus intervenciones. Además, fue un auténtico perro de presa cada vez que el rival más cercano tenía el balón, sacando los aplausos de una grada encantada con su nuevo guerrero.

Entre agua y barro fue pasando el encuentro. Forlín liderando una línea defensiva sólida, el doble pivote dejándose la vida y Osasuna que intentaba la heroica con Xisco en el campo y buscando los balones largos. Por momentos el miedo se instaló en el Tartiere, pero los azules aguantaron. En un encuentro en el que el trabajo y el esfuerzo individual era mucho más importante que cualquier premisa dada en los vestuarios, los catorce futbolistas carbayones no fallaron y demostraron que quieren estar arriba.

Los cambios

Viene siendo habitual que desde el banquillo salgan las mejores noticias de cada encuentro. Aunque la incidencia en el juego fue mínima, el Tartiere aplaudió a rabiar la vuelta a casa de Viti, Hidi y Verdés. Los tres serán importantes a lo largo del curso y amplían de manera significativa el abanico de recursos de Juan Antonio Anquela. En lo meramente futbolístico, Viti sustituyó en el 74' a un desfondado Berjón. El de Laviana supo estar bien colocado, sumando en la presión y ayudando a la medular azul. El central y el mediocentro, por su parte, entraron en los minutos finales y casi no intervinieron.