Gran labor de los futbolistas durante el partido y de los operarios antes de él
11 dic 2017 . Actualizado a las 14:07 h.Tres puntos importantísimos e ilusionantes para el Real Oviedo. Pero, lo primero de todo: Un millón de gracias y la mayor de las ovaciones para los trabajadores que se esmeraron para que en el encharcado césped del Carlos Tartiere se pudiera ver algo parecido a un partido de fútbol.
Un trabajo arduo y laborioso que les ocupó durante mucho rato antes del inicio del choque y también al descanso. El paso de «Ana» por Oviedo dejó unas precipitaciones abundantes que llegaron a poner en riesgo el partido de ayer. Por suerte, Cency y su equipo pudieron mejorar el terreno de juego lo suficiente como para que Vicandi Garrido diera luz verde al choque.
No es de extrañar que al final del encuentro, los futbolistas azules quisieran agradecer su difícil labor dándoles sus camisetas. Frente a Osasuna, ellos fueron los verdaderos héroes.
Un equipo con todas las letras
Juan Antonio Anquela no muestra alegría tras la victoria, sino responsabilidad. No quiere que nada ni nadie se descontrole. Sabe que, poco a poco, las cosas empiezan a coger el rumbo que él quiere y, conocedor de la categoría, es consciente que en cualquier momento podría perderse el buen camino conseguido en el último mes y medio.
Pero el entrenador andaluz tiene que estar contento en su fuero interno. El Real Oviedo comienza a ser un equipo con todas las letras: Solidario, luchador, ordenado y en muchos ratos ofensivo.
Los de la capital del Principado empiezan a parecerse a lo que todos nos imaginábamos cuando Anquela llegó a Oviedo. Ayer, frente a Osasuna, se consiguieron tres puntos de oro ante un rival duro y bajo unas condiciones nada favorables para la práctica del fútbol. La victoria no permitió a los azules llegar al playoff, faltó un solo gol, pero ya se encuentran en la pomada, empatados con el sexto puesto del Rayo.
Solo quedan dos jornadas para dar por finiquitado el año. Al final, el 2017 se le va a hacer corto a los oviedistas, tanto al equipo como a la afición. Toca sonreír y disfrutar, aunque a Anquela no le guste demasiado. Él seguirá exprimiendo y exigiendo a los suyos como lleva haciendo toda la temporada. Suya es gran parte de la «culpa» de este buen Real Oviedo.
