El técnico del Real Oviedo pudo contar ayer con muchos de los tocados
31 jul 2018 . Actualizado a las 14:12 h.Una pretemporada sin lesiones graves puede marcar el devenir de un equipo durante un curso entero y eso algo que el Real Oviedo conoce bien. El verano pasado, sin ir más lejos, Patrik Hidi se perdió la preparación casi al completo por una lesión muscular y Diego Fabbrini se rompió el cruzado, lesión que marcó claramente el futuro del equipo.
Hasta ahora, el plantel de Juan Antonio Anquela esquiva todos estos infortunios como puede. Salvo las típicas dolencias musculares de estas fechas y planes específicos para jugadores que salen de lesiones más graves, el técnico jienense ha podido trabajar a gusto con todos sus jugadores.
Y ayer fue otro gran ejemplo. A la sesión del grupo se unieron Aarón Ñíguez, Christian y Viti, tres jugadores que llevaban unos días al margen. El ilicitano se dolió de la rodilla en el amistoso ante la Ponferradina del pasado miércoles y desde entonces descansó por precaución, causando baja el sábado ante la Gimnástica.
Por su parte, Christian arrastraba problemas desde el primer partidillo del verano ante el Vetusta, pero parece que poco a poco se está recuperando y no sería extraño verlo en alguno de los tres amistosos de esta semana.
En último lugar está el caso que más preocupaba. Tanto Viti como Jimmy no pudieron entrenar con el grupo desde que comenzó la pretemporada. El mediocentro debido a unas molestias de pubis de las que se sigue tratando, mientras que el de Laviana cumplía los plazos de la operación a la que se sometió en junio debido compresión nerviosa en su pierna izquierda como consecuencia de un golpe sufrido en el tramo final de la temporada.
Ahora, con jugadores como Edu Cortina, Borja Sánchez o Steven dando un paso adelante con el primer equipo, el eléctrico extremo vuelve para intentar demostrar a Anquela que él también merece un sitio en la rotación del Real Oviedo.
