El exjugador del Real Oviedo y del Extremadura habla del encuentro del domingo
17 ago 2018 . Actualizado a las 09:01 h.Seguro que el oviedismo todavía recuerda a Antonio José González García, 'Curro' (Santa Amalia, 1981). El centrocampista extremeño fue uno de los mejores jugadores que pasó por el Real Oviedo en los duros años en los que el conjunto carbayón transitó por el fútbol no profesional.
Con su técnica y un espectacular golpeo de balón con ambas piernas, encandiló al Carlos Tartiere durante tres temporadas, dos en Tercera y una en Segunda B. Le tocó vivir la pesadilla frente al Caravaca. en la que él mismo anotaba el gol que daba el pase a su equipo para, instantes después, verse expulsado por una celebración excesivamente larga, según el acta del colegiado.
Tras el ascenso logrado en Mallorca un año después, Curro también fue importante en Segunda B, en aquella 09/10 en la que el Oviedo fue eliminado en playoff por el Pontevedra tras acabar segundo en Liga por detrás del Alcorcón de Anquela.
El 10 salió de la entidad en el verano de 2010 y después de jugar en la Cultural y en Badajoz volvió a Almendralejo para, tras cuatro temporadas intentándolo, conseguir el ansiado ascenso a 2ªB del Extremadura. Ahora, ya con 36 años, sigue jugando en Tercera en el club de su pueblo, el Santa Amalia, donde también entrena a un equipo de cadetes.
En ‘La Máquina del Tiempo’, programa de la radio oficial del Extremadura UD, rival del Oviedo este domingo (Carlos Tartiere, 19:00 horas) en el debut liguero, Curro habló sobre sus años en Vetusta y del cariño que todavía tiene a la ciudad y al club.
Cariño por ambos clubes
«Son los dos clubes que llevo dentro de mi corazón, donde mejor me han tratado».
«En el Extremadura fue donde empecé y me formé como jugador y como persona. En Oviedo es donde mejor me han tratado fuera de casa y quizá donde mejor fútbol he desplegado».
«Son momentos únicos y maravillosos los que he vivido con el Extremadura y con el Oviedo».
Su etapa en Oviedo
«Primero tuve la desgracia de no ascender y luego la suerte de conseguirlo. El año en 2B fue muy bueno y estuve muy a gusto».
«El Tartiere cuando entra en ebullición pone los pelos de punta. Deseaba jugar cada 15 días en ese campo».
«Si tenéis la suerte de ir a ver el partido verás que es un campo especial. Llegas en autobús y lo ves metido ahí abajo y parece que es pequeño, pero cuando entras se respira fútbol por los cuatro costados».
«Sin duda alguna fue mi mejor momento como futbolista. Tuve la suerte de estar bien y los tenía un poco engañados (risas)».
«Es una ciudad maravillosa para todo, para entrenar, jugar y vivir. La llevo dentro de mi corazón y no me importaría volver, lo tengo claro»
