33 años de oviedismo viajero

Isidro Muñoz OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Peña Azul Herrero
Peña Azul Herrero

La Peña Herrero, con más de 80 socios, lleva desde 1986 acompañando al equipo azul al menos cuatro veces por temporada en sus desplazamientos

28 jun 2019 . Actualizado a las 19:20 h.

Si existiese una tarjeta azul para recompensar la fidelidad de los aficionados que viajan para acompañar al Real Oviedo en sus partidos fuera de casa, los socios de la Peña Herrero ya habrían dado gratis varias vueltas al mundo. Desde hace 33 años, este grupo de hinchas ha hecho al menos cuatro grandes desplazamientos en cada temporada, ya estuviera el equipo brillando en Primera o penando en Tercera.

«Nos conocemos mucho. Un grupo de unos diez llevamos moviéndonos juntos toda la vida. Ahora ya vamos siendo mayores y no solemos ir a los campos del sur de España, porque es mucho viaje para un fin de semana. El calendario y los horarios nuevos tampoco ayudan mucho. Pero aún tenemos humor para hacer excepciones. Estuve en Cádiz para el ascenso a Segunda. Qué gozada, después de tanto tiempo pasándolo mal», explica el presidente del grupo, Alberto Álvarez.

Cuando nació la peña, en enero de 1986, el equipo también competía en Segunda. La Herrero, sin embargo, nació muy a tiempo de coger sitio para una época brillante del club. En la primavera de 1988, el equipo firmó en Mallorca el ascenso a Primera y los primeros años 90 fueron una fuente continua de alegrías, siempre con buenas clasificaciones en la liga y la propina de aquella eliminatoria europea contra el Génova.

Por entonces, la sede estaba en la sidrería La Perdiz y, en los momentos de mayor impulso, la agrupación llegó a contar con un grupo de casi 150 socios. Hoy quedan alrededor de 80, un poco más de la mitad, pero quienes siguen gozando y sufriendo en el Tartiere o ante la televisión son persistentes y planean seguir haciéndolo. «El núcleo duro debe de estar formado por unas 40 o 45 personas. Algunos somos muy veteranos y llevamos aquí desde el principio, hace más de 30 años», apunta Álvarez.

Vida social

Ya jubilado, el presidente tiene tiempo para organizar la vida social de la peña, que es activa. Viajes aparte, hay fiestas, aniversarios, homenajes y encuentros, repartos de bollos preñaos y campeonatos de tute y parchís. Para celebrar sus 33 años, la peña reunió a un grupo de periodistas que siguen el día a día del club en una charla que atrajo a muchos socios y aficionados. Poco a poco, las amistades forjadas en su seno han creado un banco común de memorias y buenos recuerdos, aunque algunos se malograron con el cierre de La Perdiz. «Allí quedaron muchas fotos y carteles. No lo pensamos a tiempo», lamenta el presidente.

Los ascensos de Mallorca y Cádiz, la Copa de la Liga ganada por el club, el cielo de la UEFA y la travesía por los campos modestos han dado forma al oviedismo de la Herrero. «De todo vi. En los años de bonanza, alguna vez llegamos a organizar seis viajes en una sola temporada. Y, en lo malo, recuerdo el maldito verano de 2003. El descenso a Tercera me cogió fuera de Oviedo. Estaba de vacaciones con mi mujer. Creo que me pasé dos noches enteras al teléfono con mis hijos para que me pusieran al día de todas las novedades. Lo pasé muy mal», recuerda Álvarez.

Todo se supera. Y la pasión viajera de la peña, aunque amortiguada, subsiste. Este año ya ha habido un desplazamiento de un solo día a Lugo y se organizarán otros tres para el fin de semana completo. «La Liga no lo pone fácil. No se sabe bien el calendario de la segunda vuelta y, además, hay muchas trabas para conseguir entradas», lamenta. Pero el grupo sigue en la carretera, buscando nuevos héroes como el Herrero del que toman el nombre. Con él celebraron en Miranda de Ebro los 30 años de la peña y, si es por ellos, acumularán otros 30 y admiración por jugadores que aún están por llegar al Tartiere.