El técnico sale reforzado de una trabajada salvación y liderará el nuevo proyecto azul en Segunda
18 jul 2020 . Actualizado a las 12:00 h.Tras la finalización de la jornada 29, allá por el mes de febrero, el horizonte pintaba muy negro. El Real Oviedo era penúltimo clasificado, con 29 puntos, solo por delante del Racing de Santander. La salvación la marcaba el Albacete con 33 que, además, debía disputar el partido suspendido al descanso ante el Rayo Vallecano y que iba con empate. Este momento, que coincide con el primer encuentro de José Ángel Ziganda en el banquillo azul, fue el más crítico de todo el año.
Tras caer en el Anxo Carro todas las alarmas estaban encendidas. La destitución días antes de Javi Rozada fue vista como un movimiento muy arriesgado por parte de Francesc Arnau, que tomó la decisión prácticamente de manera unilateral. El relevo en el banquillo no generaba tampoco demasiado optimismo tras el mal partido ante el Lugo en el que se perdía un duelo directo y, de paso, el golaveraje.
El tiempo, en cambio, pone a cada uno en su sitio y el fútbol, a la larga, es de todo menos caprichoso. El trabajo, el esfuerzo, la tranquilidad y el compromiso son ingredientes básicos para el éxito. Esa ha sido la receta de Cuco Ziganda al frente de la nave azul.
Los números no mienten. Desde el aterrizaje del navarro en Asturias, el Real Oviedo es, en solitario, el mejor equipo de la categoría. Los azules han sumado 24 puntos merced a 7 victorias, 3 empates y 3 derrotas. Además de la ya comentada ante el Lugo, solo Cádiz y Numancia han doblegado a los del Principado.
Continuidad al proyecto
Ziganda era la apuesta de Arnau para lograr la salvación y será la apuesta para el próximo curso: «Tenía contrato si nos manteníamos. Estoy encantado en la ciudad y en el club y, en principio si el club está por la labor, seguiremos». Ambos, entrenador y director deportivo, seguirán confiando en una unión que ha conseguido sacar al club de la situación más crítica desde el regreso al fútbol profesional. Por un año, y sin que sirva de precedente, el Real Oviedo sí celebró los 50 puntos.
A falta del trámite ante el Elche en el que el navarro dará entrada a muchos futbolistas, el club carbayón ya trabaja a destajo en la confección de una plantilla para Segunda División. Un año de sufrimiento que ha de servir como revulsivo para aprender de errores cometidos, librarse de rémoras del pasado y mirar al futuro con con el optimismo que da estar en manos de profesionales del fútbol.
La receta: solidez defensiva y acierto cara a gol
Cuco Ziganda no ha inventado el fútbol en la capital del Principado, pero lo que sí ha hecho es dotar al equipo de una solidez defensiva pocas veces vista antes en el equipo azul. A su llegada, el Real Oviedo era el equipo más goleado de la categoría con 41 tantos recibidos en 28 partidos. Tras 13 encuentros, los azules suman 51 en contra, menos que Mirandés, Deportivo, Lugo, Extremadura y Racing. La mejora, visible e innegable.
El navarro apostó por apuntalar la zaga, pese a que eso supusiera descuidar un poco la faceta ofensiva. Parecía que se fiaba todo a la inspiración de los atacantes, especialmente de Marco Sangalli y Borja Sánchez. La receta funcionó ante Tenerife, Extremadura, Sporting o Mirandés. En otras ocasiones, en cambio, no fue suficiente para lograr la victoria, como ante Deportiva Ponferradina o Fuenlabrada. En cualquier caso, el Real Oviedo no descuidaba su portería y obtenía dos valiosos puntos de cara al futuro y siempre con la perspectiva que da el paso del tiempo.
En las últimas jornadas, cuando la necesidad más aprieta, es cuando se ha visto la mejor imagen del equipo. Tres victorias consecutivas, algo inédito durante todo el año, han conseguido la salvación. Las Palmas, Zaragoza y Racing han sido los conjuntos que han visto al Real Oviedo más fiable de toda la temporada, ese que parece buscar Ziganda y el que tendrá la oportunidad de seguir mejorando en el futuro.
