Un Tartiere accesible marcará la salvación

A. SUÁREZ OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Tejera Borja Valle Real Oviedo Ponferradina Carlos Tartiere.Sergio Tejera y Borja Valle, durante un partido del Real Oviedo
Sergio Tejera y Borja Valle, durante un partido del Real Oviedo Real Oviedo

El Real Oviedo necesita mejorar las prestaciones en su feudo para certificar la permanencia cuanto antes

08 may 2021 . Actualizado a las 22:00 h.

Apenas restan 22 días de liga. El campeonato de Segunda División apura sus últimas fechas y en cinco partidos todo estará visto para sentencia (a excepción del playoff de ascenso). Todos los encuentros son finales y ya ningún entrenador ni futbolista de la categoría elude esa palabra, tabú durante meses y meses.

El Real Oviedo vuelve a encontrarse en una situación que recuerda a la del año pasado. Los agobios, eso sí, son muchísimos menos, aunque no inexistentes. La de mañana (domingo 16:00 / Estadio Carlos Tartiere / Movistar LaLiga) es la gran final que tienen los azules de aquí a final de mayo. Una victoria supondría dar prácticamente carpetazo a la salvación.

Hasta nueve equipos luchan por evitar los últimos cuatro puestos. Los del Principado cuentan con ventaja con respecto a los otros ocho. Todos ellos se cambiarían por los azules con los ojos cerrados. De hecho, los de José Ángel Ziganda pueden cerrar la permanencia en dos fines de semana. Para ello, eso sí, han de mejorar sus números en casa.

La salvación en nueve días

Las cuentas no son claras. Este año no. Igual que el año pasado parecía claro que se necesitarían 50 puntos o más para certificar la permanencia, este curso se estima que el mínimo será algo menor, pero todavía difuso. Entre 47 y 49 puntos podría situarse el listón para los equipos de la zona baja.

Los de Cuco Ziganda suman 44 puntos a falta de cinco partidos. La lógica invita a pensar que solo una debacle terminaría con los azules en la tercera división del fútbol español. El Real Oviedo puede cerrar la permanencia en apenas dos fines de semana. Mañana ante el Sabadell y el que viene ante el Málaga. Ambos en el Carlos Tartiere.

Para cerrar de una vez el debate, los asturianos necesitan amarrar estos seis puntos en juego y olvidarse de cábalas y combinaciones. Dos victorias consecutivas en el Tartiere, una racha que solo han repetido en una ocasión en el presente curso al vencer al Lugo y Zaragoza en las jornadas 25 y 27.

Repetir esa dinámica permitiría Ziganda y los suyos cerrar el debate de una vez por todas. En caso contrario, los carbayones tendrán todavía una bala más en su campo ante el Mirandés en la penúltima jornada. Todo mucho más deseable que tenerse que jugar la salvación en Vallecas o el Heliodoro Rodríguez López.

Sin Tartiere no hay playoff

Se da la circunstancia que hace ya algunas temporadas que el Carlos Tartiere ha dejado de ser un fortín para los intereses carbayones. El pasado curso, el de la agónica salvación gracias a un rush final impresionante, dibujó a un Real Oviedo que terminó el curso como el 14º mejor equipo como local. Una situación muy lejos de la deseable y que se maquilló un poco en el tramo final, con cuatro victorias y tres empates en los últimos siete partidos en casa.

Estas dos últimas temporadas han desdibujado la imagen de un Tartiere duro y prácticamente inexpugnable. Hace dos cursos, con Anquela y Egea, los azules fueron el quinto mejor local de la categoría. En la 17/18, la actuación oviedista fue todavía mejor y se terminó como tercer mejor local de Segunda.

Una posición idéntica a la obtenida por Fernando Hierro en el año que dirigió al conjunto de la capital del Principado, mientras que en la 15/16, la temporada del regreso al fútbol profesional, el Real Oviedo fue el séptimo mejor equipo de la categoría de plata, solo tres puntos por detrás del Leganés, mejor conjunto de aquel año.