40.000 turismos de Gijón no podrán aparcar en la zona ORA en 2021

E. G. B. GIJON

GIJÓN

Tráfico en el barrio de El Llano de Gijón
Tráfico en el barrio de El Llano de Gijón

Representan el 34% del total de coches de la ciudad, a los que se suman los más de 15.000 vehículos restantes que carecen de distintivo ambiental de la DGT

05 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Algo más de 55.000 vehículos, de los cuales unos 40.000 son turismos, carecen en Gijón de alguno de los cuatro distintivos ambientales con los que la Dirección General de Tráfico clasifica el parque móvil en función de su potencial contaminante. En el caso del conjunto de vehículos, el porcentaje es del 36% y, en el de los turismos, del 34%, que son los que estarán afectados por la primera medida que recoge el proyecto de la nueva Ordenanza Municipal de Movilidad: a partir de 2021 no podrán aparcar en la zona de la ORA.

La siguiente medida fechada, a expensas no obstante de que lo que vaya decidiendo e imponga a las grandes ciudades como Gijón el Gobierno de Pedro Sánchez tras la reciente declaración de emergencia climática como consecuencia del aceleramiento del cambio climático, será que los vehículos sin distintivo ambiental no podrán circular por el casco urbano a partir de 2025. Dos años después, ya no podrán circular en todo el concejo, es decir, por la zona rural. Para entonces, no obstante, las previsiones de la Concejalía de Movilidad apuntan a que el porcentaje del parque móvil de la ciudad sin distintivo ambiental se reduzca a un 14% y, de los turismos en concreto, a un 16%.

Así lo indicaba ayer el concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Aurelio Martín, después de que la junta de gobierno aprobase el proyecto de la ordenanza de Movilidad, que la semana que viene se presentará en la comisión del ramo abriéndose un periodo de 10 días como mínimo para que los grupos municipales de la oposición planteen sus enmiendas y, a partir de ahí, se pasará al Consejo Sectorial de Medio Ambiente para la emisión del informe o propuesta que se estime oportuno.

Martín, que recordó que la anterior ordenanza municipal es de hace 18 años, destacó que el proyecto actual constituye un cambio de modelo de la movilidad en «perfecta coincidencia» con lo que están haciendo muchas ciudades europeas y españolas ante la situación de emergencia climática y el cumplimiento de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Por ello, en la cúspide de la pirámide de esta nueva movilidad a la que obligan los graves problemas medioambientales del siglo XXI, que se evidencian por ejemplo en fenómenos meteorológicos extremos como las recientes temperaturas veraniegas en pleno febrero, se sitúa la movilidad activa que representan los peatones y el uso de la bicicleta como medio de transporte.

A continuación, y por este orden, se situarían el transporte colectivo, el transporte compartido, las nuevas formas de movilidad (coches y patinetes eléctricos) y, en último lugar, el coche privado. A este último hoy le pertenece al menos el 80% del espacio público de la ciudad, un porcentaje que se quiere revertir para devolvérselo al peatón. «Queremos ganar espacios para la ciudadanía, para el recreo, el ocio y la convivencia, haciendo una ciudad más sostenible y más amable para todos», indicó Martín, que explicó también que se buscará el mayor consenso social y político en las medidas progresivas que, en ese sentido, se vayan a poner en marcha.

También aportó como dato de lo que representa el uso del vehículo particular en una ciudad como Gijón que el 55% de las partículas contaminantes PM10 que se registran en la ciudad están generadas por el tráfico rodado. «Esa media aumenta en algunas zonas de la ciudad y, en otras como la zona oeste, disminuye porque es mayor la aportación industrial», indicó.

La ordenanza, además, será un instrumento importante para reducir la contaminación acústica que, en Gijón, supera los limites establecidos por la legislación, especialmente en lo referido al tráfico rodado. En este sentido, Martín avanzó que su concejalía ya está trabajando en una nueva ordenanza municipal de ruidos que, en un plazo de dos o tres meses, estará concluida.

También va a iniciarse un estudio de aparcamientos en superficie y subterráneos, que estaría listo a finales de año y que servirá para tomar decisiones en los cambios que, por ejemplo, se irán acordando en referencia a la zona de la ORA, los carriles bus, los de las bicicletas o nuevos parkings. Uno de los que se barajan, por ejemplo, sería en altura en el solar de Peritos.

La nueva ordenanza, además, sienta las bases para que la velocidad en las calles de sentido único de la ciudad se reduzca a 30 kilómetros por hora, que también podría implantarse en uno de los dos carriles de las grandes avenidas, como medidas de pacificación del tráfico que, además, permitan que la bicicleta sea tenida en cuenta como medio de transporte y no solo elemento de ocio.