«Estoy muy preocupado; en la residencia de mi madre no dejan a los auxiliares llevar mascarillas»

E. G. B. GIJON

GIJÓN

Residencia Mixta del ERA en Pumarín (Gijón)
Residencia Mixta del ERA en Pumarín (Gijón)

El hijo de una residente de la Mixta de Pumarín, la mayor de Asturias, reclama que se les permita usar protecciones en la cara: «No podemos dejar sólo en el factor suerte la salud de nuestros mayores»

02 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estoy muy preocupado porque en la residencia de mi madre a los auxiliares no les dejan ponerse mascarillas», asegura Jorge Fandos, cuya madre se encuentra en la Residencia Mixta de Pumarín, en Gijón, que es uno de los 34 centros geriátricos dependientes del ERA (Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias). No ve a su madre desde el pasado 12 de marzo. «El día 13 de marzo el centro ya no dejaba entrar ni salir a nadie que no fuera personal de la residencia y, si no recuerdo mal, la semana del 9 al 14 de marzo la residencia ya comenzó a restringir las visitas de familiares, pudiendo visitar sólo una persona al día».

Fandos reconoce que, desde un principio, estaba muy preocupado por los medios que se estaban utilizando para proteger a los residentes ante la propagación del coronavirus. «Me llamaba mucho la atención que no se usaran mascarillas y lo sé por mi madre, con la que hablo todos los días. Pensé que sería por falta de material como se veía en todos los telediarios», indica.

Por ello, llamó al centro en el que se encuentra su madre, que además coincide que es la mayor residencia geriátrica de Asturias con unos 350 residentes, y pidió hablar con la directora. Esto fue el jueves pasado, 26 de marzo. «Me dijo que las mascarillas no son necesarias porque no evitan la propagación del virus y sólo serviría para asustar a los residentes -indica Fandos-. Le expliqué que existen distintos tipos de mascarillas y lo que se está haciendo en otros centros geriátricos de España».

Reconoce que le sorprendió que una persona al cargo de una residencia geriátrica desconociera que existen diferentes tipos de mascarillas y cuál es la utilidad de cada uno de ellos. «También me dijo que no es la normativa que tienen y que están siguiendo, además de que no han recibido ninguna notificación de la inspección de trabajo», añade. Dice que la directora de la Mixta también le explicó que en cuanto perciben que alguien tiene dificultad para respirar, tos o fiebre, se le realiza el test.

El viernes pasado, «que fue el último día que hablé con la directora», se le había realizado la prueba de detección de coronavirus a diez residentes de la Mixta. Ninguno dio positivo. Este pasado lunes, 30 de marzo, el Ayuntamiento de Gijón informaba de que la Policía Local había visitado las 30 residencias de mayores que existen en la zona urbana de la ciudad y en ninguna había ningún caso de coronavirus. La semana pasada la Guardia Civil había hecho lo mismo con los 17 centros geriátricos repartidos por la zona rural del concejo con el mismo resultado. Solo hubo en su momento un caso de un trabajador en la residencia Clara Ferrer, en donde se tomaron las medidas correspondientes.

Fandos, el viernes 27 de marzo, se puso en contacto con la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, de la que depende el ERA, en donde le indicaron que desconocían el caso en particular de la Mixta de Pumarín pero le informaron de que, según sus protocolos, efectivamente no era necesario el uso de mascarillas. «Sólo se utilizan si hay sospecha de positivo o en casos positivos del Covid-19», dice que le explicaron.

Ante ello, Fandos reclamó exponiendo que ése no es el protocolo que se está siguiendo en el resto de España, en donde «se protegen como pueden», y les dijo que consideraba «inconcebible» que las mascarillas de protección no se utilicen para prevenir «sino una vez que ya estuviera el virus dentro del centro. Si me dijeran que las quieren usar pero que no las hay, sería una cosa, pero que me digan que no hacen falta es otra cosa muy distinta».

Ese mismo viernes, relata, también habló con la psicóloga del centro en el que se encuentra su madre y le confirmó lo mismo, «que se están tomando las medidas de limpieza y distanciamiento entre los residentes, pero que los auxiliares siguen sin usar mascarilla. Auxiliares -recuerda- que entran y salen, que van a su casa y que, una vez en el centro, dan de comer a nuestros mayores con lo que la distancia de seguridad no se cumple. Y no les dejan usar la barrera de la mascarilla».

También recibió un mail del ERA en el que se le confirma que, a priori, no hay carencia de material -aunque se matiza que «tampoco sobra»- pero que si el uso no es el adecuado podría escasear, además de que se le explica que no existe prohibición de llevar mascarilla ni de darla por parte del centro siempre y cuando su uso sea racional y justificado.

Como habla a diario con su madre le pidió que le pusiera en contacto, sin compartir el teléfono, con una de las auxiliares. Cuando pudo hablar con ella, le preguntó directamente si no llevaba mascarilla porque no quería o si era verdad que no se lo permitían. «Su respuesta fue tajante: no les dejan. También me dijo que son conscientes de que pueden ser un vector de transmisión. ‘Somos conscientes de que deberíamos llevar máscara, pero no para no contagiarnos de nuestros mayores, que ellos no tienen nada, sino al revés: para nosotros no pasarles a ellos en el caso de que nos infectemos fuera’, me dijo. Y son conscientes pero no pueden hacer nada ni pueden reclamar más porque se enfrentan a expedientes laborales y tienen miedo», dice Fandos.

La única presión que podrían llegar a hacer, añade, sería convocar una huelga pero ahora no es el momento. «Me dijo que no podrían ir a una huelga porque ‘no vamos a dejar desatendidos a vuestros mayores. Esto no es está pagado -dice que añadió la auxiliar-, a mí me lo paga la sonrisa de vuestros familiares».

Esta nueva semana de epidemia, la tercera ya en estado de alarma, «la cosa realmente sigue igual -explica Fandos-, pero sigue igual porque me puse a bucear en papeles más oficiales y en Asturias siguen rigiendo las normas del BOPA del 24 de marzo, que es lo que me indicaban en el mail que me enviaron del ERA: que las mascarillas no son necesarias salvo en casos sospechosos de positivo o positivos. Es una norma que yo no entiendo y ya no es que sea una lucha contra la residencia en la que está mi madre. Es una norma de Sanidad del Principado de Asturias, lo cual es todavía más gordo si cabe. La población de a pie no sabíamos que en el Principado de Asturias al parecer tenemos unos genes distintos por lo que no hace falta que los auxiliares se pongan medidas de protección. En el resto de España sí, pero aquí no», lamenta.

Fandos desconoce qué es lo que estarán haciendo en el resto de las residencias públicas de mayores del Principado de Asturias. «No puedo hablar de primera mano como en el caso de mi madre, en cuya residencia sí sé que, a día de hoy, guardan todo lo que estipula el BOPA: las medias de contención y de limpieza, el distanciamiento social entre los residentes, el uso de guantes, el lavado de manos.. También han desmontando todas las zonas comunes, pero a día de hoy los auxiliares, que es mi queja, siguen sin utilizar mascarillas. Hoy en día no sabemos ninguno si somos portadores asintomáticos, si acabamos de ser infectados y todavía no hemos desarrollado los síntomas, y tengo el temor de que, mientras se aclara la norma. entre el virus en la residencia y son 350 residentes», insiste.

Se ha puesto en contacto con los medios de comunicación para pedir ayuda: «La cuenta atrás está en marcha. No podemos dejar sólo en el factor suerte la salud de nuestros mayores. Necesito que esto llegue a alguien que le sonroje y decida tomar cartas en el asunto. Al fin y al cabo no estoy diciendo ninguna mentira ni estoy acusando a nadie, estoy diciendo la normativa que hay y que a mí me parece un sinsentido y que estoy muy preocupado».