Así se vendía el veraneo en Asturias en el siglo pasado

E. G. B. GIJON

GIJÓN

El museo Nicanor Piñole reabre sus puertas como una muestra de carteles turísticos

18 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes de que en los años 80 del siglo pasado «Asturias, paraíso natural» se convirtiera en un efectivo y duradero eslogan turístico, la belleza del paisaje y la riqueza de la naturaleza de la región habían sido también los grandes reclamos del veraneo en el Principado. En el siglo XIX a Asturias se la definía como la Suiza española y, a lo largo del siglo XX, las campañas publicitarias de promoción turística siguieron en esa línea.

Hoy, que reabren sus puertas los museos Casa Natal de Jovellanos y Nicanor Piñole, en este último se inaugura una exposición temporal, titulada Asturias, belleza categórica, que vuelve a exhibir 14 carteles turísticos pertenecientes a los fondos del Muséu del Pueblu d’Asturies para mostrar los principales hitos de las diferentes estrategias para la captación de veraneantes en el siglo pasado.

Lo curioso es que fueron los propios viajeros foráneos y los visitantes asentados en Asturias, como explica el historiador Francisco Cabriffosse en el folleto de la exposición, quienes alertaron del potencial que tenía el paisaje y la naturaleza de Asturias como reclamo turístico. El recorrido se inicia con carteles de 1929 realizados por Joaquín Vaquero Palacios y Mariano Moré por ser ejemplos de «la alta calidad formal y estética alcanzada por las campañas del Patronato Nacional de Turismo a finales de los años 20».

En los de Vaquero Palacios, en alemán y en francés, se venden los «fabulosos paisajes» de Asturias con una vista una sinuosa carretera del puerto de Pajares y otro horizonte montañoso con la Basílica de Covadonga al fondo. Moré, con el lema «Asturias os espera», repite estrategia mostrando un paisaje montañoso con una fila de banderas superpuesta. Ambos artistas incorporan  los nuevos lenguajes expresivos de la modernidad «para atraer la mirada hacia paisajes distintivos y emblemáticos de Asturias como Covadonga o Pajares».

La muestra también selecciona tres carteles en los que la fotografía desplaza las propuestas gráficas para poner también en valor el paisaje asturiano y que además «responden al modelo que se impone desde la autarquía hasta la apertura del desarrollismo, cuando las campañas promocionales continuaron dependiendo de las políticas estatales e imponiendo una imagen tópica en su fragmentación, ajena a un conocimiento preciso de los valores objetivos de la singularidad asturiana en el contexto de una España de sol triunfante».

El repaso por la cartelería turística del siglo XX también muestra ejemplos de las promociones que se aferran a esa imagen tópica de Asturias con los iconos distintivos que se espera encontrar en Asturias. El hórreo protagoniza un cartel editado en 1941 por la Sección de Propaganda y Publicaciones de la Dirección General de Turismo con el eslogan «Visitad las bellezas de Asturias». Otro ejemplo es la litografía de 1950 recientemente incorporada a los fondos del Pueblu d’Asturies que muestra a una mujer ataviada con el traje asturiano.

«Gijón será la vanguardia de esa estrategia turística propia que funde festejos veraniegos con el reclamo turístico, y servirá, desde el Festival Costa Verde al Día de Asturias, de acicate para la concreción de otras campañas», explica Cabriffosse, que indica que los carteles de Gijón -uno de ellos es de 1951 de Julio Pascal Quirós y otro es el imagotipo de Joan Miró de Turespaña en 1984- simbolizan incluso una novedad estratégica al darle la vuelta a los tópicos de siempre y «a la esencia trillada de una identidad de país que vuelve a sus orígenes: mar, montaña, prerrománico, paisaje rural, gastronomía». Como ejemplo de esto último, se exhibe el cartel de Santa María del Naranco de Juan Gomila que vendía el prerrománico asturiano en 1984.

La muestra se puede visitar en el horario habitual del Piñole antes del cierre obligado por la pandemia de coronavirus, de martes a viernes de 9.30 a 14 horas y de 17 a 19.30 horas. Sábados, domingos y festivos, el horario será de 10 a 14 horas y de 17 a 19.30 horas. El horario es el mismo en la Casa Natal de Jovellanos y, en ambos equipamientos, habrá restricciones en la visita de algunos espacios y reducción de aforo para permitir el distanciamiento entre visitantes.