Rendidos a Pierpaolo Piccioli

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Cercano, familiar, con una visión de la mujer contemporánea y capaz de hacer soñar con los pies en la tierra. Pierpaolo Piccioli, el diseñador de los cuatro looks de boda de Marta Ortega, es el hombre del momento

26 nov 2018 . Actualizado a las 14:09 h.

«Antes de caerse al suelo, ya sabía que se rompía». Como en Malamente, un crujido es lo que se escuchó cuando Maria Grazia Chiuri se separaba de Pierpaolo Piccioli para asumir en solitario la dirección creativa de Dior. Valentino se quedaba sin su media naranja laboral, y Pierpaolo asumía un papelón: demostrar que él era parte del imaginario que había definido a la firma en los últimos años. No le hizo falta mucho para que el mundo se olvidase de su pareja de baile. Lo suyo el pasado fin de semana en A Coruña, como diseñador y uno de los mejores amigos de la novia, Marta Ortega, fue la mejor imagen de marca personal que alguien podría desear. Por su cercanía y su capacidad de entender a la mujer actual, Pierpaolo Piccioli es el diseñador del momento.

 Todo empezó hace muchos, muchos, muchos años. Nació en Roma en 1967. En los 90, ya con Maria Grazia Chiuri de la mano, y después de haber pasado juntos por la sección de complementos de Fendi, dieron el salto a Valentino: primero como diseñadores de accesorios y después asumiendo el reto de relevar al gran Valentino Garavani en el 2008. Cuando en el 2016 se anunció el fichaje de Chiuri por Dior, Pierpaolo comenzó un ascenso definido y directo para coronar su estilo de líneas modernas y puristas y convertirlo en un regalo para los sentidos. No hay nada de divo en Pierpaolo: le gusta viajar con su mujer Simona Caggia, con la que lleva casado 25 años, y sus tres hijos. Cualquiera diría después de ver cómo retransmitía la boda de Marta Ortega a través de su Instagram Stories, con la banda sonora de The imitation game de Alexandre Desplat de fondo, que llevaba toda la vida haciéndolo. Pierpaolo se estrenó oficialmente como su propio community en mayo de este año.

Hace tiempo que la crítica de moda habla de él como uno de los grandes de la industria. No solo por su capacidad de hacer soñar desde una visión realista, sino por su forma de ser cercana. La colección de Valentino de alta costura para este verano 2018 escondía una historia: cada una de las piezas, como explicó Pierpaolo, llevaba el nombre de unos de los integrantes del atelier. Un pequeño homenaje a las manos que cosen la alta costura. De esa colección, la más intimista del diseñador, salieron dos de los looks que lució Marta en su boda: el esmoquin negro y el vestido rosa millennial abullonado y con palabra de honor. «Mi madre no llevaba alta costura. Soy un tipo cualquiera de una familia normal. E intento no olvidar quién era entonces». Palabras de Pierpaolo, recogidas por la crítica Suzy Menkes. Que esa frase no es una pose quedó claro el fin de semana en su gran boda española.

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