La clásica churrería de Oviedo que vende un churro por minuto: «Hay clientes que venían con sus abuelos»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

Así lucía la churrería Guty hace décadas. Al principio se trataba de un negocio de venta ambulante
Así lucía la churrería Guty hace décadas. Al principio se trataba de un negocio de venta ambulante

Lleva cuatro décadas endulzando el paladar de los asturianos. A día de hoy es la tercera generación la que lleva las riendas de este negocio que en un principio era de venta ambulante

20 nov 2023 . Actualizado a las 09:30 h.

Uno de los dulces más típicos de nuestro país son los churros. Esta elaboración a base de harina, agua y sal, con forma estrellada y alargada, cocinada en aceite, se ha convertido en uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía española. Son el desayuno ideal o la merienda perfecta independientemente de la época del año que sea. Si además los acompañas con una buena taza de chocolate caliente son una opción insuperable para combatir el frío y la lluvia en este período invernal. En Asturias, son varios los negocios especialistas en esta masa frita. De todos las churrerías existentes en nuestra región, la más emblemática sin duda es la churrería Guty.

Situada en la calle General Elorza, a escasos metros del Centro Comercial Salesas, lleva nada más y nada menos que 40 años endulzando los paladares de los asturianos con sus indescriptibles e inconfundibles churros. Rebozados en azúcar, rellenos de chocolate y hasta de crema de pastelera, si se desea. Son muchas las personas que se acercan a diario a esta churrería de Oviedo para hacerse con alguna que otra bolsa cargada hasta arriba de esta masa frita dulce. «Ahora en invierno podemos vender seis docenas tranquilamente en tan solo una hora», asegura Estela Santos, quien podríamos decir que ya es la cuarta generación de este negocio familiar.

Antiguamente la familia de José Manuel recorría las feries y fiestas de la ciudad para vender sus churros
Antiguamente la familia de José Manuel recorría las feries y fiestas de la ciudad para vender sus churros

Corrían los años 50 cuando el salmantino Juan Manuel Gutiérrez, procedente de un pueblo de la Sierra de Francia, aterrizó en Asturias con su churrería ambulante. Su objetivo era recorrer todas aquellas ferias y fiestas que se celebraban hasta en los lugares más recónditos de la región para vender churros y así sacar un jornal. Los preparaba de manera artesanal y en una sartén con aceite bien caliente freía esa masa salada a la que después le daba un toque dulce con unos granos de azúcar.

Por aquel entonces, como no había los recursos que hay hoy en día, su nieto Iván recuerda que su padre Francisco (el hijo de Juan Manuel) iba junto con sus hermanos a orillas de las vías del tren para hacerse con aquel carbón que se caían de los vagones, cargados de este mineral hasta arriba. «Lo cogían para hacer luego el fuego con el que calentaban el aceite para los churros», cuenta.

Con el paso del tiempo, como Juan Manuel Gutiérrez contaba ya con unos ahorros decidió comprar una churrería móvil de mayor tamaño. De esta manera y como la producción iba a ser mayor, comenzó a acudir a las grandes fiestas que se celebraban en Oviedo, Gijón y Avilés y que aglutinaban a cientos de personas. Ante la creciente demanda de sus churros, sus hijos, quienes se habían criado con esta masa frita, se incorporaron al negocio para echarle una mano allá donde fuera.

A la churrería Guty acuden desde adultos hasta jóvenes. Al situarse en una zona de paseo son varias las ocasiones en las que se forman largas colas en este local
A la churrería Guty acuden desde adultos hasta jóvenes. Al situarse en una zona de paseo son varias las ocasiones en las que se forman largas colas en este local

No fue hasta los años 80 cuando su hijo Francisco Gutiérrez, cansado ya de la vida ambulante, apostó por abrir junto con su mujer las puertas de una churrería que llevase por nombre el apellido familiar. Lo hizo en Oviedo, en un pequeño local de la calle General Elorza, y además fue «poco tiempo después» de que se inaugurase el Centro Comercial Salesas, por lo que el goteo de clientes era constante.

Cuando le llegó el momento de poner fin a su carrera laboral, su hijo Iván decidió meterse en el negocio familiar y trabajar codo con codo con su madre para mantener más vivo que nunca el mismo. Años después, en enero del 2020, su progenitora se jubiló y fue en ese momento cuando su mujer Dolores Roiz decidió dejar su puesto de trabajo en el hospital para incorporarse a la churrería.

Desde entonces, y a pesar de la pandemia del coronavirus que puso en jaque el futuro del local, la pareja es la encargada de llevar las riendas de esta churrería que se ha convertido en todo un clásico en Oviedo. Mantienen la misma receta que usaba Juan Manuel Gutiérrez para hacer sus deliciosos churros. «Para la masa harina, agua y sal, y luego freírla en aceite». Aunque no tiene mayor misterio, «el secreto está en utilizar un aceite de oliva virgen extra de calidad».

De izquierda a derecha: Iván Gutiérrez, Dolores Roiz y Estela Santos. Los tres son los encargados de llevas las riendas de la emblemática churrería Guty
De izquierda a derecha: Iván Gutiérrez, Dolores Roiz y Estela Santos. Los tres son los encargados de llevas las riendas de la emblemática churrería Guty

«Hasta hace poco tenía un precio razonable, pero ahora cuesta más del doble. Hubo un momento en el que no sabíamos si íbamos a cambiar de aceite porque realmente son miles de euros al cabo del año. Pero bueno como tenemos clientes de toda la vida, que reconocen perfectamente el sabor de nuestros churros y que además vienen expresamente aquí a por ellos porque saben que les sientan bien, pues decidimos hacer un esfuerzo económico importante», asegura Iván Gutiérrez.

En este punto, su mujer Dolores afirma que han tenido que subir «un poco» el precio de la docena de churros para poder hacer frente a esa subida de las materias primas, pero el producto «sigue siendo el mismo». «No llevan ni colorantes ni conservantes y eso al final se traduce en que estás comiendo algo sano. Además está hecho en el momento que le da su valor», manifiesta la churrera.

En la churrería Guty también comercializan churros rellenos, porras y hasta frixuelos
En la churrería Guty también comercializan churros rellenos, porras y hasta frixuelos

Aparte de poner a disposición del público los clásicos churros, en la churrería Guty también los venden rellenos. De la misma manera cuentan con frixuelos hechos artesanalmente. Y la oferta se completa con las porras «que se están convirtiendo en el producto estrella»«Estás teniendo mucho éxito porque aquí en Asturias no hay ningún otro sitio que hagan porras como en Madrid o en Castilla, por eso mucha gente que es de fuera y está asentada aquí viene exclusivamente para buscarlas», afirma Iván Gutiérrez. «El domingo por la mañana es exagerada la cantidad de gente que marcha con paquetes de porras», apunta Dolores Roiz, antes de señalar que también venden chocolate caliente hecho por ellos mismos.

Unos productos que, aunque pueden degustarse perfectamente durante todo el año, son «muy estacionales». «Vendemos muchísimo más en invierno que en verano, incluso 20 o 30 veces más», detalla Iván Gutiérrez, a lo que la hija de la pareja, Estela Santos, apunta que pueden «vender tranquilamente seis docenas en una hora». Eso se traduce en 72 churros en 60 minutos o, lo que es lo mismo, a más de un churro por minuto.

«Tenemos gente que antes venía con sus abuelos y ahora viene con sus nietos»

Gracias a preparar cada uno de ellos con mucho mimo y con los mejores ingredientes, no hay quien se resista en volver a la churrería Guty para hacerse con alguna que otra docena de churros. «Tenemos gente que antes venía con sus abuelos y ahora viene con sus nietos», asegura orgulloso Iván Gutiérrez. «A la gente mayor le gusta mucho porque le recuerda a su infancia y a los críos de ahora les encanta. Hay quienes vienen por primera vez y cuando los prueban hasta se relamen», reconoce Dolores Roiz.

En la churrería Guty llevan utilizando la misma receta para hacer churros más de medio siglo
En la churrería Guty llevan utilizando la misma receta para hacer churros más de medio siglo

Con el objeto de llegar al mayor número de personas, la churrería Guty ha ampliado su horario comercial a las mañanas. «La gente de Asturias es de por la tarde, pero los que no son de aquí no conciben lo de cenar churros. Entonces, de esta manera, al abrir por las mañanas pues vendemos churros a aquellos que los quieren para el desayuno», afirma Roiz, antes de señalar que no es el único cambio que han hecho en el negocio. Aunque «todo está tal y como cuando se abrió hace 40 años», el mostrador ahora es más pequeño, ya que han habilitado un hueco para poner unas mesas y unas sillas.

«Antiguamente se hacía todo para llevar porque, como el centro comercial era el único que estaba abierto y ahí de lado está la estación de autobuses, era tremendo la cantidad de gente que pasaba por esta zona», relata Iván Gutiérrez. «Tenían un mostrador gigante con muchísimos productos y con cuatro o cinco personas trabajando a destajo», rememora Dolores Roiz.

En cuanto al futuro de la churrería Guty, por la mente de sus dueños ya rondan ideas de expandir el negocio, pero por ahora solo está en mente. «De momento seguiremos aquí porque nos está yendo bien y además estamos muy contentos», asegura Dolores. Y mientras que siguen friendo churros, preparando frixuelos y chocolate caliente, continuarán aumentando y consolidando su cartera de clientes. También recopilando anécdotas, que ya tienen para dar y regalar.

Una de las que más ha marcado la historia del negocio fue cuando se quemó la churrería en Avilés. Ante este suceso, «la Escuela de Bellas Artes de Avilés recaudó dinero para que volviésemos a abrirla. Pasados unos años se quemó dicha escuela y mi padre durante unos días todo lo que recaudó en la churrería lo destinó para recuperar la institución», rememora Iván Gutiérrez.