IU considera «de mal gusto» los ataques de Podemos a Llamazares

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

Llamazares, en un mitin junto a Daniel Ripa y Alberto Garzón, en Gijón
Llamazares, en un mitin junto a Daniel Ripa y Alberto Garzón, en Gijón

Reclama a los morados «respeto y mesura» y le insta a centrarse en buscar acuerdos concretos para resolver «una legislatura estéril»

31 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El proceso de diálogo entre IU y Podemos en Asturias se desarrolla pero con más trancas y barrancas que avances. Los morados no han fijado aún fecha para el encuentro en el que debería concretarse la puesta en común de iniciativas sobre el salario social o contra la pobreza energética y, sin haberse cerrado siquiera esos aspectos --desde Podemos se señaló que había «problemas técnicos» que resolver en los grupos de trabajo--, la coalición ya lanzó otra oferta para consensuar una reforma de la iniciativa legislativa popular y otra sobre la oficina anticorrupción que tampoco han recibido respuesta.

En medio de este parón veraniego y a la espera de que el parlamento recupere su actividad habitual, el diputado de Podemos Enrique López cargó este martes contra el portavoz del grupo parlamentario de IU, Gaspar Llamazares, al que consideró un obstáculo para la búsqueda de acuerdos y al que acusó de estar centrado en la construcción de un nuevo partido a través de la plataforma Actúa. Fue de hecho, el anuncio de inscripción de este nombre en el registro de partidos (que Llamazares explicó como un medio para proteger la marca) lo que desató un encendido debate en el seno de la coalición durante el mes de agosto. Sin embargo, el portavoz siempre ha resaltado que apoya el proceso de diálogo emprendido en Asturias y que comparte el planteamiento de la dirección. El problema es que el diálogo abierto se percibe con objetivos distintos en cada formación, para la coalición se trata de formar una alianza que permita forzar un «giro a la izquierda» del gobierno socialista en esta legislatura; para los morados se trata de poner los cimientos para construir una «alternativa» a los socialistas en el futuro. 

Fuentes de IU consideraron las declaraciones de Enrique López una provocación en la que no desean caer, «no hay que centrarse en una confrontación que no le interesa a la gente sino si vamos a resolver una posible legislatura estéril». Desde la coalición indicaron incluso que no consideran que la posición de López sea representativa de la mayoría de la dirección morada sino que «parecen unas declaraciones más propias de la CUP catalana que del proyecto político de Podemos».

En este sentido señalaron que consideraban «de mal gusto referirse a dirigentes de IU» destacando que en la coalición «las opiniones políticas son colectivas» y el respaldo al diálogo es compartido, «nadie la cuestiona y tampoco Gaspar». En su opinión, los morados utilizan demasiado «argumentos ad hominem» y «cuando no hay ningún obstáculo, se fabrica y de manera violenta, pedimos respeto, moderación y mesura». 

Si las relaciones entre Podemos e IU en el pasado ha sido tirantes, el entendimiento entre los morados y Llamazares ha sido nulo cuando no de franco enfrentamiento. En el momento en el que se decidió que ambas formaciones se presentaran unidas en los últimos comicios generales, el portavoz se mostró crítico con la coalición y manifestó su preocupación por le hecho de que supsiera una «disolución» de IU. Posteriormente, y después de ser respaldado el acuerdo por votación de la militancia, Llamazares participó de forma activa en los actos de campaña conjuntos aunque tras el recuento de las urnas se mostró crítico con los resultados.

También lo fueron en Podemos Asturies. De cara a la celebración del congreso de Vista Alegre elaboraron un documento en el evaluaba muy negativamente la coalición con IU, a la que consideraba «un lastre», reclamaba autonomía a la hora de fijar sus alianzas electores en Asturias y también singularizaba en Llamazares sus críticas a IU por considerarle demasiado condescendiente con el PSOE.

Pero a lo largo del año y conforme se acercaba el verano, muchos vectores (especialmente a nivel nacional) se movieron. Por un lado, la victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialistas abrió las puertas a un nuevo entendimiento con Podemos que en Castilla La Mancha se ha concretado en un gobierno con participación de los morados. En el seno del socialismo asturiano se está a la espera del resultado de las primarias que se celebrarán el próximo 17 de junio, y para cerrar el pasado curso político el presidente asturiano, Javier Fernández (que no renovará mandato al frente de la FSA) lanzó una propuesta de entendimiento dirigida a Podemos e IU. Ambas fuerzas respondieron con escepticismo pero desde la coalición de planteó sumar fuerzas con los morados (juntos unirían el mismo número de escaños que los socialista en la Junta General) antes de afrontar el futurible diálogo con el PSOE, uno en todo caso que Podemos Asturies ha descartado por considerarlo inviable.

A la par, en IU Asturias se celebró un referéndum interno para aprobar mantener su «identidad», que se saldó con una victoria abrumadora del sí pero que el coordinador general, Ramón Argüelles desvinculó de futuras posibles alianzas electorales. Fue en verano cuando Llamazares insinuó que no participaría en una nueva coalición entre ambas fuerzas y consideró que sería negativo reproducirla en las elecciones autonómicas; además registró como partido Actúa lo que desató una breve pero intensa crisis en IU.

El objetivo de Argüelles cuando anunció su oferta a Podemos era apurar plazos para pactar ya en septiembre una ley de emergencia social en le parlamento asturiano, pero el nuevo mes ya está a punto de entrar sin que se hayan dado pasos significativos. El coordinador quiso extender también ese diálogo a los presupuestos y, dado que en esa jornada se anunció que el plan de residuos desistía de construir la incineradora (una larga reivindicación de IU) quiso mostrarlo como un ejemplo de éxito de su actitud negociadora. Fue en vano, desde Podemos se consideró un parche en plan de residuos y, a medio plazo, las perspectivas para intentar acordar unos mínimos sobre las cuentas regionales parecen tener las mismas posibilidades que los dos últimos años. Dos en los que a lo largo de los meses que van desde el verano a diciembre se suceden los encuentros y desencuentros sin resultados: en la primera ocasión para terminar en una prórroga y en la segunda con un acuerdo con el PP.