¿Qué separa a izquierda y derecha asturiana en los presupuestos?

Luis Ordóñez
L. Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

La consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, entra en la Junta General del Principado con el proyecto de presupuestos para 2017.La consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, entra en la Junta General del Principado con el proyecto de presupuestos para 2017
La consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, entra en la Junta General del Principado con el proyecto de presupuestos para 2017

Los distintos bloques ideológicos del parlamento urgen al Gobierno a que tome partido para la aprobación de las cuentas asturianas de 2018

25 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegada la última semana de octubre, el calendario de la negociación presupuestaria acecha a los grupos parlamentarios, y en particular al Gobierno, como a un estudiante el plazo final de los exámenes de fin de cursos. Uno y otro bloque ideológico en la Junta General urgieron este lunes al Ejecutivo y a la nueva dirección de la Federación Socialista asturiana a tomar partido para la aprobación de las cuentas de la comunidad el año próximo. Lo hizo primero, por la mañana, la presidenta del PP, Mercedes Fernández, que emplazó a los socialistas a abandonar toda esperanza de cerrar (tal y como insiste el Ejecutivo autonómico) un acuerdo con Podemos e IU por verlos enfrascados en una política de «vetos y exclusiones»; y lo hizo también (aunque en sentido opuesto) por la tarde el portavoz de la coalición, Gaspar Llamazares, con un llamamiento a Adrián Barbón para que lidere un acuerdo con las fuerzas de izquierda que vaya más allá de los presupuestos y sirva  «para recomponer a la izquierda en Asturias, de cara a los dos años que quedan de legislatura».

En el medio está Podemos que, en la primera ronda de contactos con el Ejecutivo de Javier Fernández, presentó sus primeras demandas pero se desmarcó abiertamente de la pretensión, largamente anhelada por la dirección de IU de Asturias desde antes del verano, de que ambas formaciónes (los morados e IU) sumaran sus escaños para plantarse en «igualdad» frente a los 14 de los socialistas. El portavoz parlamentario de Podemos Asturies, Emilio León, señaló que se sobraban y bastaban ellos solos para sumar las fuerzas suficientes para aprobar los presupuestos junto a los socialistas por una mera cuestión de «aritmética». Fue todo un jarro de agua fría para IU, lamentado por su coordinador general, Ramón Argüelles, quien consideró «sorprendente» esta exclusión y recordó que ambas fuerzas concurrieron juntas a los últimos comicios generales.

Hay una coincidencia entre las demadas planteadas en esa primera ronda de contactos entre los partidos y el Gobierno. Tanto Podemos como PP quieren incluir el ciclo educativo de 0 a 3 años en el sistema de enseñanza asturiano, aunque ambos lo hacen con modelos diferentes. Los morados con la intención de que formen una red de escuelas gratuitas como una conquista «pionera en el Estado» y los conservadores con un plan progresivo abierto a la incorporación de centros concertados. La oferta del PP para que el Gobierno elija su bando se asienta en todo caso de forma prioritarias en las rebajas fiscales. El año pasado sacó adelante los presupuestos regionales gracias a un acuerdo para aumentar la exención del impuuesto de sucesiones a las herencias hasta 300.000 euros. Este lunes Mercedes Fernández insistió en que los cálculos de las simulaciones manejadas por su formación permitirían mayores rebajas de impuestos. Pero lo cierto es que aún la semana pasada, en el dia de la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias, el presidente Javier Fernández, señalaba que --si bien no pensaba revertir esa reforma del tributo a las herencias tal y como le había demandado IU-- sí pensaba que se había llegado ya al límite. Ciudadanos quisiera aumentar la exención hasta el millón de euros y es algo que ha logrado en Andalucía.

En la primera ronda de contactos, Podemos no quiso avanzar sus propuestas fiscales porque «marcar las diferencias no es la forma correcta de empezar las negociaciones»; junto a su iniciativa para la escuela infantil puso sobre la mesa la creación de una Oficina Anticorrupción, algo que podría adaptarse al conjunto de iniciativas que incluye la Ley de Transparencia, largamente postergada, de los socialistas. Pero con un matiz trascendental, los morados quieren que esa oficina recoja denuncias anónimas y el PSOE ve serias dificultades a un modelo ya propuesto por los morados que recibió un severo correctivo de los letrados del parlamento.

Sobre el papel podrían ser las propuestas fiscales de unos y otros los que decantaran las opciones, León avanzó que serían «flexibles» y animó al Ejecutivo a recuperar algunas de sus propuestas planteadas el año pasado, parte de ellas pasaban por una serie de rebajas en tramos autonómicos del IRPF y también de Sucesiones que los morados querían suplir con aumentos en el impuesto de Patrimonio. Pero esta es la hipótesis teórica y sobre el papel, porque lo cierto es que lo que inclinará la balanza es el devenir político.

Esta es la primera negociación en la que Javier Fernández participa como presidente autonómico pero ya no como secretario general de la FSA. El nuevo dirigente del socialismo asturiano, Adrián Barbón, hizo una intensa campaña para distanciarse del PP y tendría que girar demasiado para asimilar un nuevo pacto con los conservadores, aún en el caso de que --como en los dos años anteriores-- el entendimiento con Podemos resultara imposible. Una nueva prórroga podría planear sobre el horizonte y ya serían dos en la misma legislatura por desacuerdos de la izquierda, o los progresistas (los morados de forma insistente se han resistido a ser etiquetados en los bloques ideológicos tradicionales).

Para Llamazares, que reivindicó que su formación acude a la negociación presupuestaria de forma «autonóma», los aconteciemientos de la última semana en Cataluña deberían dar pie a facilitar los acuerdos. «Lo que está ocurriendo en el resto del país debe ser un estímulo para dialogar más, para negociar más, para acordar más. La ciudadanía está preocupada e insegura y no quiere ver a la política como un elemento de distorsión, como un elemento de desacuerdo». El portavoz de IU apeló a la nueva dirección socialista para apure los tiempos y, en todo caso, reivindicó que «somos una organización seria que no quiere más protagonismo que el que le corresponde, pero no menos. Somos una parte de la representación política de esta Comunidad y no vamos a renunciar a representar nuestros votos».