«Si un fisio toca a los pacientes y es seguro, por qué no voy a poder coger a un niño que llora»

C.D.N. REDACCIÓN

ASTURIAS

Una de las aulas del centro infantil Colores de gijón
Una de las aulas del centro infantil Colores de gijón Centro infantil Colores

Laura García es una de las pocas que se ha atrevido a abrir sus guarderías en Asturias con el inicio de la fase 2. Detalla su protocolo de actuación

27 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La fase 2 ha comenzado en todos los municipios del Principado. Según el plan de transición hacia la nueva normalidad diseñado por el Gobierno y el Ministerio de Sanidad, la reapertura de los centros infantiles estaba prevista para esta etapa intermedia. Pero la mayoría de ellas, dependientes de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, no han levantado la persiana, pues no tienen un protocolo de cómo hacerlo. Frente a esta realidad, Laura García ha abierto su guardería Colores, que se rige por la Consejería de Educación, con todas las medidas de seguridad. «Si un fisioterapeuta, que toca constantemente al paciente, respetando las medidas, es seguro ¿por qué no voy a poder coger yo a un niño que llora?», razona la gijonesa sobre el motivo que la llevó a abrir. Asegura que adoptando todas las medidas la reapertura es segura.

«Económicamente, la situación era muy complicada, así que me parecía que respetando las medidas, podía llevar a cabo un servicio seguro», cuenta la directora de Colores. Trabaja junto a una empleada que sacó del ERTE, y entre las dos cuidan de los pequeños. «Siendo dos podemos controlar perfectamente a los niños que vienen porque el número es reducido», asegura. García acudió a Educación para pedir las medidas y protocolos que exigía la consejería para poder abrir su local de Gijón el día 25 de mayo. Esta le remitió a la Dirección General de Riesgos Laborales del Principado de Asturias, quienes le mandaron un dossier con las medidas a adoptar, en rasgos generales. «No es nada concreto para centros de 0 a 3 años, pero sí unas líneas generales», explica Laura García.

A partir de ahí, tomó la decisión de abrir y las medidas comienzan con que apenas cinco niños acuden al centro, al menos por ahora. «Estamos abriendo poco a poco, de momento esta primera semana será así», explica. Nada más cruzar el umbral de la puerta, el pequeño es apuntado con un termómetro de infrarrojos a distancia para medirle la temperatura. Una vez superado el pequeño «examen», Laura García y su empleada desinfectan el carrito, incluyendo las ruedas, y le ponen al pequeño gel desinfectante en las manos, tal y como es la realidad de otros ámbitos y sectores de la vida cotidiana. Además, han cerrado varios juegos, como la piscina de bolas, y han guardado, por ahora, otros juguetes que puedan ser compartidos. «Antes jugaban un rato en la piscina de bolas y ahora buscamos otro tipo de entretenimiento, como puede ser cantar canciones», cuenta García.

Además, las cunas están completamente desinfectadas. Y es que, por el momento, las edades de las primeras visitas no superan los dos añitos: «Es fácil tenerlos controlados porque son muy pequeños». La directora espera poder ir aumentando ese aforo a medida que pasen las semanas, pero lo más importante para ella es «que los padres vayan teniendo confianza y haya matriculaciones de cara a septiembre». Hay familias que ya le han trasladado a García que sus pequeños no volverán al centro hasta después de verano, pero también hay quienes no paran de preguntarle cuándo vuelve a abrir de tarde, ya que actualmente tienen un horario reducido de mañanas. «De momento solo hacemos las mañanas, pero hay padres que ya nos piden que reabramos de tarde», asegura.

La «otra» realidad del sector

Frente a la historia de Laura García, están las de otras guarderías o ludotecas que se rigen por la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar que siguen a la espera de un protocolo concreto para poder abrir. La consejería ya ha mantenido una reunión con el sector donde les han sugerido «la máxima prudencia» y que seguirán trabajando en un protocolo que les llegará próximamente. «Recomendamos a estos centros la adopción de medidas aplicables a Educación», aseguran desde Bienestar. Cristina Méndez, dueña de una guardería y dos ludotecas en Avilés y Corvera, consiguió hablar con la consejería y le explicaron que «en torno a diez días tendrían un protocolo que ofrecernos». El pasado viernes, la Asociación de Escuelas Infantiles Privadas del Principado de Asturias (Aseipa) mantuvo también un encuentro con la consejería y aseguran que «lo que sacamos en claro es que abrir los centros privados en la fase 2 a día de hoy es legal, se puede hacer, pero no nos han facilitado un protocolo oficial. Nos piden paciencia». «Nosotras queremos y necesitamos volver a trabajar, y tenemos demanda, pero necesitamos una hoja de ruta», aseguran desde la asociación.