¿Se culpabiliza injustamente a los jóvenes de la transmisión del COVID-19?

carmen liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Carteles de la campaña sobre las medidas de prevención que pone en marcha el Ayuntamiento de Gijón
Carteles de la campaña sobre las medidas de prevención que pone en marcha el Ayuntamiento de Gijón

Los expertos abogan por no estigmatizar ni criminalizar porque una minoría celebre botellones o fiestas con mucha afluencia. Consideran que el colectivo es responsable y tiene percepción del riesgo de contagio

30 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No, los jóvenes no son los culpables de la expansión del Covid-19 y tampoco de los rebrotes que han surgido en Asturias a lo largo del verano. Aunque la repercusión que ha tenido durante estos meses de verano la celebración de botellones (una actividad prohibida) y de fiestas privadas ha puesto el foco sobre este segmento de la población, los expertos consideran que es injusto responsabilizarlos de la actual situación de la pandemia. Es por ello que hacen un llamamiento a «no estigmatizarlos» y a que desde las administraciones se lancen mensajes y campañas específicas a través de los canales que más utiliza la gente joven, como pueden ser las redes sociales.

El psicólogo Miguel Silveira y la especialista en Salud Pública, Adonina Tardón, advierten que la sociedad está cargando en exceso contra los jóvenes cuando ambos coinciden en apuntar que «los jóvenes no tienen la culpa de los brotes». Es más, añaden que no es entre esos grupos donde aparecen los contagios, sino a raíz de otro tipo de reuniones, como pueden ser eventos familiares o en entornos laborales. Así, Álvaro Granda, presidente del Conceyu de la Mocedá d’Asturies manifiesta que «se está poniendo el foco excesivamente en la juventud y sacando de contexto por la celebración de botellones cuando quienes los hacen son una minoría y la mayoría está demostrando que son responsables», destaca el mismo.

Una mentalidad con menos percepción del riesgo

Miguel Silveira tiene claro que «se están cargando demasiado las tintas contra los jóvenes» e invita a entender que en esa franja de edad las personas tienen «una mentalidad distinta». Este psicólogo asturiano señala que la gente joven «no tiene la misma conciencia ni la misma necesidad de aislamiento» y es por ello que algunos quedan para ingerir alcohol, pese a lo cual se muestra convencido de que «los jóvenes tienen una responsabilidad mayor o igual que cualquier otro segmento de la población», por lo que insta «a no estigmatizarles porque parece que tienen la culpa de todos los brotes y no es verdad». En este sentido, recuerda que las informaciones apuntan a que es en reuniones familiares o en entornos laborales donde se producen los contagios del Covid-19.

«Los jóvenes, por su mentalidad, le dan menos importancia a la pandemia, y también por la facilidad con la que se relacionan. No ven la vida de una forma tan enfermiza y no le dan tanta trascendencia», explica Silveira que, sin pretender justificarlos del todo, pide que se les entienda «porque las relaciones humanas nacen de un contexto». Además, argumenta que los medios, «o lo que se pone en pantalla», genera una influencia o una conciencia de que «parece que son todos los jóvenes los que están haciendo botellón en Asturias y en España, que son unos irresponsables y unos inconscientes, y no es así», defiende este psicólogo, que considera que hasta el momento no se han utilizado los canales más propicios para llegar a la gente joven para lanzarles mensajes claros y llamar a su responsabilidad. Las redes sociales y los influencers entiende que pueden ayudar a potenciar esa conciencia en los jóvenes, «que no frecuentan ni se informan a través de los mismos canales que utilizamos los adultos».

«Para un adolescente el grupo es su vida»

En la responsabilidad de cada individuo incide Adonina Tardón, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, que tampoco está de acuerdo en que se responsabilice a los jóvenes de la transmisión del virus. «No debemos preocuparnos por lo que hacen otras personas, si no por uno mismo», manifiesta la misma, que parte de que «la enfermedad se ha diagnosticado cuando ya estaba introducida en la sociedad». Respecto a la actuación de la población joven, argumenta que llegado el momento de la nueva normalidad «lógicamente las personas con menos probabilidad de contagio son las personas que hacen más vida social, son las más sanas las que salen a la calle y más contactos establecen», comenta Adonina Tardón que invita a entender que «para un adolescente el grupo es su vida» y que durante las semanas de confinamiento «a la gente joven se la apartó de todo». «Hay que ser empático y dejar de tirar piedras a los demás. Hay que mirar para uno mismo y autocuidarse lo mejor posible», declara la experta en Salud Pública, que no pierde la oportunidad de hacer una llamada a tener unos buenos hábitos de alimentación y una dieta rica en vitaminas «para estimular el sistema inmunitario».

Tardón se muestra convencida de que los jóvenes son conscientes del riesgo que supone la pandemia del Covid-19. «Claro que son conscientes. Yo no veo a  gente joven sin mascarilla», por lo que apostilla que este sector de la población «se ha portado excepcionalmente bien en Asturias». Además, pone de relieve la forma de ser de nuestra sociedad: «Nuestro talón de Aquiles es que somos sociables y vivimos en la calle», asegura la experta, que aprovecha esto para incidir en que «el joven por ser joven no es culpable de nada» y, por tanto, no está de acuerdo en que se siga culpabilizando a esta parte de la población de la transmisión del virus cuando coincide con Miguel Silveira en que es por contactos en entornos laborales o por celebraciones familiares por lo que surgen brotes.

Falta de alternativas de ocio juvenil

«Las fiestas y botellones se sacan de contexto y se está poniendo el foco excesivamente en la juventud». Es la opinión de Álvaro Granda, presidente del Conceyu de la Mocedá d’Asturies, que quiere poner de relieve que si la región asturiana tiene unos datos de baja incidencia del Covid-19 es «gracias a la responsabilidad colectiva y, ahí, están los jóvenes». Así, no está de acuerdo en que por los actos de una minoría irresponsable que celebra botellones se culpabilice a todo ese sector de población. En esta línea, pone como ejemplo que no se responsabilice de igual manera a otros segmentos de edad, como pueden ser los de mediana edad, «que suelen ser los que llenan las terrazas sin que se guarde en ocasiones la distancia de seguridad».

Granda estima que se ha estigmatizado al ocio juvenil «cuando faltan alternativas» para que este segmento pueda divertirse. Pero no es la única carencia que ve: considera que también hubo olvido de la juventud durante el confinamiento, que «no se trabajó nada el ámbito emocional», además de que «ha fallado la estrategia de comunicación y de cómo llegar a los jóvenes» a la hora de lanzar los mensajes con las medidas.

El mismo no obvia que efectivamente la juventud puede tener «una percepción del riego más baja porque los casos más graves han afectado a la gente de edad más avanzada», aunque también señala que cree que la población joven es consciente de la situación «porque viven en familia, con unos padres y unos abuelos a los que pueden contagiar, y en ese contexto hay responsabilidad», percibe Álvaro Granda, que dice que a los jóvenes «se les ha criminalizado en exceso». Otra referencia que pone es que «los jóvenes denunciados en Asturias por no llevar mascarilla son mínimos», lo que para él da cuenta de la conciencia y responsabilidad de ese sector de la población.

Otro apunte que pone de relieve es que cuando se pone el foco en la juventud como culpable de la transmisión del coronavirus «se está obviando que dentro de ese grupo de jóvenes hubo personas que se han volcado durante la pandemia: jóvenes que han trabajado en la limpieza, sanitarios, personal de reparto, jóvenes que solidariamente atendían a la población mayor, y eso se silencia», critica el presidente del Conceyu de la Mocedá d’Asturies. Es por ello que pide «que se trabajen mensajes más positivos y no se estigmatice a la juventud», porque asegura que estigmatizar a un colectivo «ayuda poco».