Por qué Asturias ha tenido que volver a la fase 2

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Una mujer fuma junto a la parada de un autobú, en el centro de Oviedo, mientras en la marquesina un grupo de ususarias se protege con mascarillas.
Una mujer fuma junto a la parada de un autobú, en el centro de Oviedo, mientras en la marquesina un grupo de ususarias se protege con mascarillas. Alberto Morante

Epidemiólogos explican lo crucial que es actuar de manera preventiva antes de que el incremento de casos se vuelva demasiado alto ante un invierno «más severo» con la gripe y un posible repunte de covid-19

16 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Por qué Asturias ha vuelto, aunque modificada, a la fase 2 de la desescalada? ¿Por qué en esta segunda oleada, tras 25 días sin nuevos contagios en verano, la incidencia acumulada de coronavirus en Asturias no ha parado de crecer hasta el punto de que el Gobierno del Principado ha tomado, como venía insistiendo, medidas más restrictivas para contener la transmisión del SARS-CoV-2? «Es importante entender que Asturias está experimentando repuntes como toda Europa y como toda España», asegura el epidemiólogo y exdirectivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Daniel López Acuña, que deja claro que no se trata de una «situación única» pero «es para preocuparnos».

Principalmente por lo ocurrido el pasado fin de semana, cuando se registraba un «incremento notable» en el número de casos diarios y «pasamos de unos 100 por día, que ya suponía un crecimiento, a más de 200, que eran preocupantes» y que, según recuerda López Acuña, eran una «foto fija» que se correspondía con los brotes detectados en esos días sobre todo en residencias geriátricas y en torno a los gimnasios.

En la frontera de la transmisión comunitaria

«Lo preocupante sería que se sostuviera en esos 240 que se llegaron a alcanzar, pero es muy importante que haya ido descendido», indica López Acuña. «Nos debe preocupar por el incremento que supone antes de que se vuelva demasiado alto el crecimiento de casos, la incidencia y la positividad. Por fortuna, llevamos unos días viendo que la positividad (el porcentaje de personas que dan positivo entre todas las PCR procesadas) va descendiendo», dice. El último dato es el de ayer, con un porcentaje del 4,7%, por debajo del 5% que, según establece la OMS, indica que la situación epidemiológica está bajo control.

«Estamos justo en la frontera del control de la transmisión comunitaria y por eso es muy importante tomar una serie de medidas de manera anticipadora y no esperar a tener situaciones como las nueve comunidades autónomas de España que están por encima de la media nacional, con una incidencia por encima de 300 casos diarios, y no permitir en todo lo que esté en nuestras manos llegar ni mucho menos a los 200 por 100.000 habitantes», indica.

Según los últimos datos del Ministerio de Salud, del día 14 de octubre, la incidencia acumulada a 14 días en Asturias es de 186 y, a 7 días, de 116,8. Ambos datos implican riesgo alto. Con la entrada en la fase 2, el Gobierno asturiano pretende que esas cifras bajen de 100 en las próximas dos semanas. De no ser así, se aplicarán nuevas medidas más restrictivas como el cierre de algunas actividades económicas o el confinamiento perimetral de concejos. 

Cierre del interior de los bares

El epidemiólogo asturiano Usama Bilal, que sigue la evolución asturiana desde Estados Unidos, considera que la situación se ve más complicada ahora que en la primera ola. «Lo importante es actuar antes de que se complique más. Veo en las noticias muchos brotes asociados a la hostelería, y realmente es necesario cerrar el interior de los bares, donde vemos en toda España (y en el mundo) que se están produciendo muchísimos contagios. El otro lugar importante son las reuniones privadas en casas con miembros de más de una familia, donde también es importante extremar las precauciones, realizarlas al aire libre cuando sea posible, y maximizar el uso de mascarillas», considera.

En su opinión, la situación no es la misma que en Madrid, «nada que ver los los indicadores como la positividad, que son 3-4 veces más altos en Madrid que en Asturias, y donde Asturias va a la cola (para bien). Pero es importante actuar para no llegar ahí. Esto lo podemos hacer ahora, o esperar a necesitar un confinamiento más duro e impactante para la economía», advierte.

También López Acuña insiste en esa responsabilidad de cada uno ante la evolución actual de la pandemia en Asturias (ayer de nuevo se detectaban 188 nuevos positivos) para no tener que volver aún más atrás con nuevas restricciones. «Tenemos que seguir fomentando una actitud muy responsable individual y colectiva en la conducta ciudadana y en el tipo de actividades que desarrollamos», dice, pasando a enumerar la serie de medidas que dependen de la ciudadanía y que son esenciales para contener la pandemia y salvar vidas.

Son establecer burbujas sociales, reducir los contactos «a su mínima expresión y en círculos bien conocidos» y evitar las aglomeraciones en sitios que pueden potenciar el contagio como los lugares cerrados. «Los gimnasios y las actividades deportivas en lugares cerrados, el consumo en barras, aforos demasiado congestionados en la hostelería no nos ayudan en nada y es importante evitarlos», dice López Acuña sobre algunas de las medidas que ya han entrado en vigor en esta nueva fase 2.

Bajar a 50 casos en semanas

«Si todo prosigue como se está haciendo, con una acción reforzada de la atención primaria, de la vigilancia epidemiológica, de hacer pruebas y hacer más pruebas incluso en los entornos de las personas que se van diagnosticando y de sus contactos, y se siguen teniendo los buenos planes de contingencia en la estructura hospitalaria para no tener presión asistencial, Asturias podría en el curso de las tres o cuatro semanas próximas doblegar la curva y llegar a menos de 50 casos por cada 100.000 habitantes como incidencia acumulada», asegura el exdirectivo de la OMS.

Y también poder mantener la tasa de positividad baja como ocurrió durante meses. «Eso nos situará en mucha mejor posición para iniciar el otoño-invierno más severo con la gripe estacional y un posible repunte de la propia covid-19», avisa López Acuña, que hace hincapié en que «estamos en el punto en el que si las cosas se quieren doblegar rápidamente tenemos que ir, no ya a recomendaciones, sino a prohibiciones y restricciones».