«Rascacielos eólicos» en la reserva asturiana de la biosfera con mar y montaña

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Río Eo, Oscos y Terras de Burón, que podría llegar a tener hasta medio millar de aerogeneradores, es reserva de la biosfera desde 2007 por sus altos valores ambientales

21 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de medio centenar de complejos eólicos o están en funcionamiento o en tramitación en la Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón, que está formada por los siete concejos de la comarca asturiana Oscos-Eo y otros siete municipios gallegos. Es la única de las siete reservas de la biosfera de Asturias que tiene costa y fue declarada como tal por la Unesco en 2007.

Fue la primera comunidad fuera de la red de espacios naturales protegidas en tener esta catalogación por sus elevados valores ambientales, como demuestra que tenga hasta una quincena de espacios incluidos en su territorio protegidos por figuras como zona de especial conservación (ZEC), zona de especial protección para las aves (ZEPA) o humedal de importancia internacional.

«Es preocupante el efecto acumulado que tendrán el gran número de complejos eólicos proyectados en el ámbito de la Reserva de la Biosfera, que ya cuenta con impacto directo de 12 complejos eólicos y 328 aerogeneradores, a los que está propuesto sumar otros 40 complejos y 266 aerogeneradores, teniendo por tanto un alto riesgo de perder la declaración de Reserva de la Biosfera debido a la degradación ambiental causada por el impacto acumulado de los aerogeneradores, viales, subestaciones y líneas de evacuación», consideran en la Plataforma Xente de Oscos-Eo, en la que piden, ante la invasión de proyectos eólicos en el occidente, una mejor planificación de la estrategia de transición energética en Asturias, con mayor visión territorial, antes de poner en marcha nuevos parques.

Más teniendo en cuenta que para las reservas de la biosfera, según la memoria sobre la Zonificación ambiental para la implantación de energías renovables: eólica y fotovoltaica elaborada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) en diciembre de 2020, se define «las zonas núcleo y de protección como zonas de sensibilidad ambiental máxima, puesto que tienen domo objetivos básicos preservar la diversidad biológica y los ecosistemas».

En dicha memoria, apuntan en la plataforma, las zonas de sensibilidad ambiental máxima son aquellas en las que no se recomienda la instalación de infraestructura eólica. «Al menos hay cinco complejos que están integra o parcialmente situados en zonas de protección y a escasos metros de zona núcleo», señalan, en referencia a los planteados en Turía, Santalla, Ouroso, Pico Tago y Monte Carranco.

Las reservas de la biosfera son, como presenta la Red Española de Reservas de la Biosfera en su web, territorios ejemplares en el objetivo de armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural con el desarrollo económico y social a través de las relaciones de las personas con la naturaleza y que se establecen sobre zonas ecológicamente representativas o de un valor único, en ambientes terrestres, costeros y marinos, en las cuales la integración de la población humana y sus actividades con la conservación son esenciales.

 

Una de las pancartas de protesta colocadas en la comarca Oscos-Eo
Una de las pancartas de protesta colocadas en la comarca Oscos-Eo

En la parte asturiana de la reserva de la biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón, a los cinco parques eólicos en funcionamiento se podrían sumar los 19 que se encuentran en tramitación. En la parte gallega, hay seis en funcionamiento y otros 18 en tramitación. Entre todos los proyectos suman medio millar de aerogeneradores. Los nuevos tendrían una altura media de 180 metros. «Corremos el regio de convertirnos en una comarca de rascacielos eólicos», dicen en la plataforma Xente de Oscos-Eo, en la que también piden que se revise el Decreto 42/2008, de 15 de mayo, por el que se aprueban definitivamente las Directrices Sectoriales de Ordenación del Territorio para el aprovechamiento de la energía eólica, de manera que se lleve a cabo una ordenación «vinculante» en la que se definan áreas de exclusión «en las que se prohíba la construcción de instalaciones de esta energía renovable a gran escala y donde también se establezcan límites en áreas ya explotadas eólicamente».

En todo caso, no es previsible, según indicaba este verano desde la Fundación Asturiana de la Energía, que se construyan todos los parques eólicos en tramitación por temas de «competencia y aplicación de zonas de exclusión y por tanto la denegación de permisos».