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La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

Una camarera se dispone a servir en una terraza de un restaurante de Avilés
Una camarera se dispone a servir en una terraza de un restaurante de Avilés Jorge Peteiro

El perjuicio que suponen las reservas fantasmas para los establecimientos hosteleros de la región hace que muchos piensen en aplicar medidas que eviten ese comportamiento. Hay quienes creen que no queda más remedio que cobrar un dinero por adelantado, mientras que otros piden la tarjeta de crédito. Aunque por el momento, en Asturias ganan los locales que no han implantado ningún tipo de acción a la hora de guardar mesa

05 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las reservas fantasma se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los restaurantes asturianos. Según la Asociación de Hostelería y Turismo de Asturias (Otea) casi la mitad de los locales de la región sufrió este comportamiento durante la pasada Semana Santa. Los conocidos como «no show» suponen una importante pérdida para los negocios y se incrementan especialmente cuando llegan épocas turísticas. Hay quienes levantan el teléfono, piden que les guarden una mesa para una fecha y hora determinadas y luego cancelan a última hora o ni siquiera aparecen. 

Por el momento, la mayor parte de los restaurantes asturianos continúan llenando sus agendas de reservas de la forma habitual, solicitando a sus futuros clientes nombre, apellidos y un número de teléfono. Sin embargo, cada vez son más los hosteleros que se plantean pedir la tarjeta de crédito para cobrar una penalización en caso de que los comensales no se presenten. Hay incluso quien apuesta por pedir una fianza que después se descuenta del precio final. «No nos va a quedar más remedio que pedir dinero por adelantado», aseguraron desde algunos negocios a La Voz de Asturias.

La cuestión resulta cuanto menos polémica y no hay una respuesta única. Algunos restaurantes asturianos han implementado férreas condiciones de cancelación, con cobros para quienes lo hagan a última hora y penalizaciones para quienes no aparezcan a la cita. De esa política se avisa en los formularios de reserva online. Sin embargo, resulta más complicado cuando el que pide una mesa llama por teléfono, algo que continúa siendo muy habitual. Habrá que esperar para comprobar si estas medidas se extienden a la mayoría de locales o se consigue otra fórmula que acabe con la práctica de los «no show» tan temida por los hosteleros.