La Pizarra: Desconexiones fatales

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Juan Antonio Anquela en Santo Domingo
Juan Antonio Anquela en Santo Domingo Real Oviedo

Analizamos en cinco claves la derrota del Oviedo ante el Alcorcón

01 oct 2018 . Actualizado a las 21:47 h.

Decía Josep Lluís Martí (entrenador y comentarista en LaLiga 123 TV) durante la retransmisión del Alcorcón-Real Oviedo que «en Segunda se pueden permitir errores de precisión en acciones técnicas, pero nunca en la intensidad y en la concentración». El conjunto de Juan Antonio Anquela firmó un encuentro aceptable en Santo Domingo, pero los minutos puntuales de zozobra fueron letales para los carbayones.

Un primer tramo esperanzador

Los primeros 20 minutos que hace el Real Oviedo en Santo Domingo son muy potentes. El Alcorcón de Cristóbal, que en anteriores jornadas había conseguido combinar la histórica intensidad en su campo con una salida de balón muy aseada, fue incapaz de sobreponerse al agresivo inicio carbayón.

Joselu, Saúl y Bárcenas apretaban a los dos centrales y a un lateral, Javi Muñoz y Tejera iban con el doble pivote alfarero y el Oviedo daba un paso adelante para juntarse y ganar las segundas jugadas provocadas tras el golpeo obligado de Dani Jiménez. Si bien este dominio azul no se tradujo en ocasiones claras, la carta de presentación fue inmejorable.

La lesión de Alanís como punto de inflexión

Todo cambió, inexplicablemente, con la salida de Oswaldo Alanís. Unas molestias musculares le impidieron continuar y, tras la entrada de Mossa y la reorganización de la defensa con Bolaño de central, al Oviedo se le apagó la luz. El Alcorcón, que había demostrado con cinco goles en seis jornadas lo poco que necesita para sumar tres puntos, se aprovechó de la situación y dio una estocada al encuentro.

Una ocasión de Sangalli en una acción a balón parado y un mano a mano parado por Alfonso en el intento de vaselina de Juan Muñoz fueron el preámbulo del 1-0: saque de banda en el flanco izquierdo, Javi Muñoz no sigue la marca de Dorca y este, aprovechándose del espacio dejado por Forlín, se interna en el área para fusilar a Herrero. 20 minutos se iban al traste en 5. 

Un Oviedo en stand by

Las tornas cambiaron y el conjunto de Anquela comenzó a perder todos los duelos que antes ganaba. Nono y Sangalli se llevaban las segundas jugadas que provocaba Juan Muñoz y al Oviedo le costaba robar en campo alfarero. En ataque, los laterales no encontraban a los interiores en los inicios de juego y el balón casi siempre acababa en las botas de David y Burgos. El Alcorcón respiraba.

Una jugada de Saúl en la frontal cuando ya se superaba la media hora de juego se convirtió en la primera media ocasión del Oviedo tras el 1-0. La coraza de los azules se rompía y el centro del campo dejaba al descubierto pasillos interiores que Dorca y Eddy veían y de los que Juan Muñoz y Pereira se aprovechaban para recibir. Antes del descanso, Juan Muñoz pudo hacer el 2-0.

Crear peligro sin tu mejor arma

El comienzo del segundo tiempo se pareció más a los primeros minutos del partido que a lo que se vio tras el 1-0. Los de Anquela salieron decididos y esto se refrendó con cuatro tiros en cuatro minutos, todo orquestado por la bota derecha de Berjón. 

Con Joselu hastiado de correr a la espalda de los centrales sin premio alguno, el Oviedo necesitaba a su banda izquierda como agua de mayo. El arma más letal de los azules no aparecía en Santo Domingo y solo en contadas acciones Mossa, Javi Muñoz y Saúl lograron combinar con fluidez, siendo el resultado de dicha triangulación una ocasión de gol.

Recurso interesante, rendimiento estéril

A partir del 2-0 alfarero, fruto de la unión entre un fallo arbitral y un golpeo espectacular de Juan Muñoz, Anquela intentó cambiar la situación. Primero entró Aarón y el Oviedo pasó a un 4-2-3-1 con el ilicitano por detrás de Joselu. Los azules acumulaban mucha gente por dentro pero no recibía en zona de peligro, algo que facilitaba la defensa del Alcorcón.

Los de Cristóbal se aprovechaban de los despistes de los centrales carbayones en las vigilancias defensivas para tomar aire a base de recepciones de sus delanteros, pero poco más. La última bala de Anquela fue la entrada de Ibra, esquema 4-4-2 y una ración doble de extremos (Bárcenas y Aarón) en derecha. Dicho cambio, inexplicablemente, no supuso grandes cambios en la manera de atacar de los azules, que no encontraban rematador a pesar de colgar buenos balones.

El Oviedo amagó con reaccionar, pero otra decisión polémica dejó en nada el gol de Joselu en el 89', la única ocasión clara de los de Anquela tras la expulsión de Nono. Los carbayones, siguiendo la tradición, caían en Alcorcón y firmaban su primera derrota del curso a domicilio. Se ven cosas y no hay motivos para ser apocalípticos, pero las desconexiones en Segunda te suelen matar.