El éxito de la selección femenina de baloncesto no se refleja en una liga que, pese a su alto nivel, es modesta a nivel económico y carece de convenio colectivo
Lucía García, la revelación de las selección, se define como una persona despistadilla pero «fuerte y guerrera». Cuenta su infancia en Pola del Pino, la única chica de unos cuatrillizos