Hace dos décadas, a Cañita Brava ya se le veneraba por sus apariciones en El Semáforo. Santiago Segura, experto en descubrir talentos, lo puso delante de la cámara (y detrás de la barra). Él improvisó y tiene aún pendiente la cuenta más famosa del cine español. «A Segura siempre le fío», confiesa
IAGO GARCÍA