Fernando Alonso: el campeón que destronó al «Kaiser»

Adrián R. Huber

DEPORTES

Fernando Alonso celebra en Brasil el campeonato del mundo del 2005
Fernando Alonso celebra en Brasil el campeonato del mundo del 2005 ANTONIO SCORZA | AFP

El asturiano fue el piloto que acabó con el reinado de Michael Schumacher en la Fórmula Uno

24 nov 2018 . Actualizado a las 17:21 h.

El español Fernando Alonso, doble campeón del mundo de Fórmula Uno, que acabó en 2005 con el aplastante dominio del alemán Michael Schumacher -único piloto con siete títulos-, pondrá fin este domingo a su trayectoria en la categoría reina del automovilismo, en el Gran Premio de Abu Dabi, el último del campeonato, que disputará en el circuito de Yas Marina.

Alonso, de 37 años, militó diez de ellos -cinco en cada- en las dos escuderías más laureadas de la F1: Ferrari y McLaren, pero ganó sus dos Mundiales (2005 y 2006) con Renault -en la que corrió seis-; y de la mano de Flavio Briatore. «Descubridor», asimismo, del Kaiser, que logró junto al italiano sus dos primeras coronas (1994-95, con Benetton), antes de firmar su arrolladora serie triunfal, con la Scuderia, entre 2000 y 2004.

Fernando debutó en 2001, con Minardi, en el peor coche de la parrilla -con el que logró ser décimo, en Hockenheim (Alemania) el día de su vigésimo cumpleaños-. Durante un año fue probador con la escudería del rombo y, nada más sentarse al volante del Renault, empezó a batir en 2003 todos los récords de precocidad. Entre esos récords destacan los de pole y podio -en la segunda carrera del año, en Malasia-, vuelta rápida y victoria, que logró en agosto de ese año en el Gran Premio de Hungría, donde firmó el primero de sus 32 triunfos: los 32 que cuenta España en toda su historia en la categoría reina del automovilismo.

Ese día, en el circuito de Hungaroring -en presencia de su padre, José Luis, el hombre que educó al campeón-, Alonso presentó su declaración de intenciones. Arrancó desde la pole y dobló a Schumacher, con el que libró batalla épica dos años después, en el Gran Premio de San Marino (en Imola), meses antes de ganar su primer Mundial.

El ovetense lo certificó matemáticamente en Brasil, poco después de ser galardonado con el Premio Príncipe de Asturias del Deporte; proclamándose en ese momento el más joven campeón mundial de la historia y justo después de declarar en entrevista exclusiva con la Agencia EFE en Sao Paulo que con Schumacher en pista tenía «mucho más valor» un título que «sólo» dedicaba a su «familia y amigos».

Con el título -que confirmó en la antepenúltima carrera- en el bolsillo, se permitió un adelantamiento «imposible» al «Kaiser» en la 130R de Suzuka (Japón), donde al año siguiente lo presionó de tal manera que el alemán rompió el motor del Ferrari y el genio astur se convirtió en el más joven bicampeón de todos los tiempos.

McLaren se llevó el número 1 a Woking, pero tras un año pésimamente gestionado por el inglés Ron Dennis -el del debut de su compatriota, el ahora quíntuple campeón mundial Lewis Hamilton-, el equipo perdió los dos títulos; y a Alonso le privaron del suyo, en una negra jornada en las afueras de Budapest. Tras dos años de transición de nuevo en Renault, debutó en 2010 ganando su primera carrera (en Bahrein) con Ferrari, algo que antes sólo habían conseguido el estadounidense Mario Andretti, el inglés Nigel Mansell y el finlandés Kimi Raikkonen.

Fernando Alonso tuvo una buena relación en Ferrari con el italiano Stefano Domenicali, pero en cinco años con el coche rojo sólo pudo conseguir cuatro de sus 22 poles en F1. Coincidiendo con la época en la que el alemán Sebastian Vettel dominaba con el «cohete» que para Red Bull había diseñado el referencial ingeniero inglés Adrian Newey, Alonso se tuvo que «conformar» con tres subcampeonatos, dos de ellos, rozando el título.

El piloto asturiano cosechó once victorias de rojo, la última de ellas -su trigésima segunda-, hace cinco años, en Montmeló y en el Gran Premio de España, donde festejó en 2012 el triunfo que señaló como el más emocional: en el GP de Europa, en Valencia, saliendo undécimo. Esa victoria coincidió, precisamente, con el último de los 155 podios que firmó en F1 el «Kaiser», convaleciente aún del grave accidente de esquí que sufrió a finales de 2103 en los Alpes franceses. Fernando no se quiso olvidar de Schumacher este fin de semana en Abu Dabi, señalándolo como su rival más duro, en su última rueda de prensa oficial en la categoría reina.

Alonso regresó a McLaren en 2015, donde el matrimonio con Honda, que invitaba a soñar, se convirtió en una pesadilla que no arregló este año el cambio de motorista a Renault, por lo que el genial piloto asturiano -que no se retira del automovilismo- buscará nuevos retos. Estos pasan por ganar las 500 Millas de Indianápolis -y con ello, tras ganar Mónaco y Le Mans, la Triple Corona- y el Mundial de Resistencia (WEC), con Toyota.

La figura de Alonso no deja frío a casi nadie -sobre todo en España- y sobre él tiene conformada opinión incluso gente que nunca ha visto una carrera. También hay analistas que afirman que, durante su brillantísima trayectoria, se equivocó al elegir equipos, obviando que para pilotar en los dos mejores de la historia lo primero de todo es que estos deseen ficharte.

Sus números en la Fórmula Uno, a la que llegó tras ganar Mundiales de karting y brillar en las categorías inferiores, son irrefutables: dos Mundiales, 32 victorias, 22 poles, 23 vueltas rápidas y 97 podios. Alonso, el piloto que España jamás se hubiese podido imaginar tan sólo un par de años antes de su debut, disfruta de sus últimas horas en F1 junto a sus seres queridos: en Yas Marina están sus padres, Ana y José Luis; su hermana Lorena -médico de profesión-; y sus sobrinas, María y Bianca. La Fórmula Uno despide, con todos los honores y en la capital de los Emiratos, a una de las más grandes figuras de toda su historia.