Todo lo que cuenta el código de los huevos sobre la gallina que los puso

M. Cedrón REDACCIÓN

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Consumo lanza una campaña para fomentar el consumo responsable y comprometido con el bienestar animal y la reducción de la huella de carbono

31 mar 2023 . Actualizado a las 13:51 h.

Acaba de cascar uno y, de repente, se le viene a la cabeza una pregunta: ¿de dónde vendrá este huevo? La respuesta es fácil. Solo tiene que aprender a descifrar el código impreso en su cáscara, una combinación de letras y números que esconde muchos datos. Porque todos los huevos comercializados dentro de la UE han de llevar esa especie de DNI para garantizar la trazabilidad, indicando la granja de origen, el país en el que está y cómo vive la gallina que lo ha puesto, un estilo de vida que varía en función del modelo de producción. Para que el consumidor sea consciente de lo que compra y pueda elegir productos más respetuosos con el medio ambiente o comprometidos con el bienestar animal como los de proximidad que, por tanto, producen una menor huella de carbono, el Ministerio de Consumo ha puesto en marcha una campaña para enseñar a leer ese código que viene impreso en el huevo.

Además, el ministerio incluye un mensaje en la infografía que ha difundido en sus redes sociales: «Puedes evitar emisiones innecesarias. El impacto medioambiental es menor si la distancia entre el lugar de origen y el punto de venta se reduce»

La lección es sencilla. Sobre la porosa cáscara verá una serie de nueve números acompañados por dos letras. La relación comienza con un dígito que va del cero al cuatro. Es el que hace referencia al modo en que fue criada el ave que lo puso. El cero dice que es un huevo ecológico; el uno que se trata de un huevo de gallinas camperas; el dos que lo ha puesto una gallina criada en el suelo, mientras que el tres procede de un ave que vive en una jaula.

¿Ecológico o campero?

Los huevos ecológicos, por ejemplo, han de proceder de gallinas criadas al aire libre y alimentadas con pienso procedente de la agricultura ecológica y con los alimentos que ellas pican mientras están al aire libre. Desde una hierba por aquí o un insecto por allá. En el suelo que recorren tampoco puede haber abonos ni pesticidas. Pero además, para garantizar su bienestar han de gozar de ocho horas de sueño a oscuras. Por no hablar de que deben disponer de un espacio mínimo de cuatro metros cuadrados por ave para que puedan cacarear y picotear a sus anchas.

Los huevos camperos solo tienen que proceder de gallinas con ese mismo espacio de esparcimiento exterior, pero no han de cumplir un régimen alimentario tan estricto como las dedicadas a la producción de huevos ecológicos.

Los de gallinas criadas en suelo proceden de animales que no están enjaulados, pero no tienen por qué estar en el exterior. Pueden vivir dentro de una nave, pero no es obligatorio que estén en el exterior. Las gallinas enjauladas, en cambio, no pisan el suelo. De hecho, algunas cadenas de distribución han dejado ya de comercializar huevos de este tipo.

A ese primer número de la relación le siguen dos letras, que indican el país de origen del huevo. ES corresponde a España; PT, a Portugal; y FR, a Francia. Esa es otra clave a la hora de elegir un producto con menos huella de carbono. Después llega una serie de ocho dígitos: los dos primeros hacen referencia al código de la provincia; los tres que van después, al del municipio; mientras que los tres últimos son los que indican qué granja concreta es.