Pablo González: «Si hubiese suma para desbancar al equipo de Gobierno no se entendería que algún partido no la apoyase»

Marcos Gutiérrez GIJÓN

GIJÓN

Pablo González, presidente del PP de Gijón
Pablo González, presidente del PP de Gijón Marcos Gutiérrez

El presidente del PP de Gijón habla con La Voz del relevo de Alberto López Asenjo como portavoz, de su renuncia al grupo municipal y anuncio de acciones legales. También repasa la posibilidad de apoyo al Plan de Vías y las opciones de la formación en las próximas elecciones

01 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Pablo González (Gijón, 1970) lleva seis meses al frente del Partido Popular en Gijón. Llegó al cargo en un momento que él mismo reconoció fue «desagradable», a causa del desencuentro con el anterior presidente de la formación, Mariano Marín. El final de este primer medio año ha estado marcado por el relevo de Alberto López Asenjo como portavoz municipal popular, su consiguiente abandono del grupo municipal, baja en el partido y anuncio de acciones legales. Pese a que le disculpa personalmente, cree que éste «no llegó a entender» las necesidades de reorganización de la formación, tras dos primeros años de legislatura «sin ningún tipo de marco general». Cree que con Ángela Pumariega ahora puede llegar la tan ansiada calma para los populares gijoneses a todos los niveles, si bien aún es pronto para definir si será o no la candidata a las próximas elecciones municipales. Unos comicios en los que, de darse la opción de que una unión del bloque de derechas pudiera desbancar al PSOE del Ayuntamiento, sería «impensable» que algún partido no la apoyara.

-Cumple seis meses al frente del partido en el ámbito local ¿Qué valoración hace de este periodo?

-Muy positiva, aunque yo deseo que haya más rapidez. También entiendo que para que los cambios sean duraderos se tienen que hacer con tranquilidad. Los afiliados están respondiendo muy bien y nos dicen que contemos con ellos, pero también nos hacen saber que ese apoyo no es un cheque en blanco. Quieren ver que hay un plan, resultados y un partido con un proyecto para Gijón. Y es en ello en lo que estamos. En el día a día estamos haciendo cada vez más actividades, encuentros con afiliados y dotando de un mayor perfil político al partido a nivel municipal. También estamos involucrando a cada vez más personas en esas actividades.

-Alberto López Asenjo ha anunciado su renuncia al grupo municipal y su baja del PP ¿Qué opinión le merece su decisión?

-No voy a comentar la decisión de Alberto. El partido está más fuerte que en los últimos años. De las casas organizadas salen gente con más ganas y estas dificultades creadas por personas, en este caso Alberto, lo que hacen es que las personas comprometidas de verdad con el PP se crezcan y los gijoneses lo van a ver y valorar en los próximos días, semanas y meses. Vamos a tener más implicación, más fuerza, más política y cercanía.

-En este sentido, él ha comparado la última junta local popular con un juicio sumarísimo hacia su persona.

-Eso solo demuestra que no sabe nada de la historia del Partido Popular de Gijón. En el partido hubo juntas duras de verdad, no esa a la que se refiere él que fue hasta especialmente moderada. El PP habla con libertad en las juntas directivas y a puerta cerrada.

-¿Qué opina de que haya anunciado acciones judiciales por haberle acusado de «maquinar» contra sus compañeros de partido?

-Si alguien pretende iniciar acciones judiciales ya veremos para qué lo hace y a lo que se refiere.

-¿Cuál es el momento en el que la situación de López Asenjo como portavoz se vuelve insostenible?

-Yo tiendo a disculpar a Alberto humana y personalmente. Vino y no tenía cultura de partido. No lo necesitó en los dos primeros años, porque prácticamente no existía. Tuvo toda la libertad individual e iniciativa sin ningún tipo de cortapisa o marco general, lo que sería lo normal, por otra parte. Los concejales del PP son concejales del PP y lo que no puede ser es que eliminemos al partido de la ecuación, como efectivamente ocurrió. Cuando una formación empieza a organizarse, a hacer actividades de conexión, apoyo y asesoramiento, grupos de trabajo y mil cosas más con los concejales, yo creo que eso Alberto no llegó a entenderlo. Llegó un momento en el que él, en lugar de ser parte de la solución, se convirtió en parte del problema. Pero esto en ningún momento se ha planteado como una cuestión de índole personal. Además, no nos engañemos, el Sporting cambia de alineación todos los domingos y no se hace de menos a nadie de esa manera. Nunca hubo ganas de perjudicar a nadie. 

-En ocasiones ha destacado el perfil negociador de López Asenjo, pero ¿se echaba de menos, desde su punto de vista, una oposición más contundente?

-Eso lo hemos mencionado. La política municipal es una combinación de muchas cosas. Hay que apretar al gobierno, fijando y explicando claramente tus posiciones, siendo muy cercano con los ciudadanos. A veces, según en qué condiciones, también hay que tenderle la mano al gobierno, pero en público, como hicimos por ejemplo con el Plan de Vías. El perfil de Alberto, muy negociador en otros ámbitos, no es el que hace falta en política municipal. Por disculpar la situación, creo que esa ausencia de partido durante los dos primeros años provocó que Alberto no viese la manera en la que se hacen las cosas.

-¿Cree que con la llegada de Ángela Pumariega a la portavocía, después de lo sucedido con Mariano Marín y Alberto López Asenjo, llega la calma definitiva al PP en Gijón?

-Espero que sea así. Siempre lo hice. Antes de Ángela, después y en cualquier momento. Lo que pasa es que en un partido político hay que gestionar recursos humanos constantemente, buscando la eficacia pero respetando mucho a cada persona. Cada cual es como es y hay que procurar en todo momento esa combinación de mano izquierda y derecha, asignando responsabilidades en función del perfil de cada cual. En un partido político, salvo tres o cuatro personas que cuentan con una asignación, el resto de los que colaboran lo hacen de manera altruista y renunciando a muchas cosas de su vida. Por eso hay que, necesariamente, tratar a cada uno de manera distinta a los demás.

-¿Cuáles cree que son las virtudes de Ángela Pumariega como voz del PP en el Ayuntamiento?

-En el caso de Ángela, yo creo que puede aportar mucho a la labor municipal. Es una persona que entró en el grupo con Alberto y que tiene mucho desarrollo por delante como concejala. Del mismo modo que Alberto tiene un muy buen currículum, Ángela también lo tiene, además de un buen perfil desde otros parámetros. Una persona como ella, que ha sido olímpica, es evidente que sabe gestionar equipos

-¿Y tiene perfil de candidata para las próximas municipales?

-En un partido todo el mundo elucubra, pero lo que hay que respetar es el presente y luego tomar decisiones. Ese 'hoy' está todavía por resolver, en el sentido de que municipalmente hay muchos problemas que nos llegan en el día a día y hay que afrontarlos, sacando lo mejor de cada cual. El Plan de Vías es uno, las ordenanzas fiscales son otro… estas cuestiones que llegan de repente hay que resolverlas y eso es día a día.

-El partido lleva seis portavoces en diez años ¿Teme que ese ‘baile’ requiera de una labor de volver a ganar la confianza de los votantes tradicionales del PP?

-Eso los militantes y los simpatizantes nos lo trasladan. Nos dicen, «tenéis nuestro apoyo. Hay cosas que nos gustan y otras que no». Pero esos apoyos no equivalen a cheques en blanco. Quieren ver que respondemos y estamos a la altura para ser sus representantes. Eso implica ser cercano, saber organizar la casa, teniendo autoridad pero siendo ecuánime y empático. Hay que profesionalizar al partido en lo que respecta a lo que son los recursos humanos. En ese sentido debemos aprender mucho de diferentes entidades sociales, que tienen muchos voluntarios y unas pocas personas encargadas de ellos, organizando y motivándoles. Hace años que se perdió el monopolio. Ahora ya hay muchos partidos y la vida de las personas ha cambiado. La participación de los gijoneses en la política y la vida pública ahora es muy diversa. Antes se estilaba más hacer vida física en las sedes y eso hoy ha cambiado. Muchos afiliados nos están ofreciendo dedicarnos una parte de su conocimiento, experiencia y saber hacer a la hora de preparar informes, dictámenes de propuestas que vamos a llevar al Ayuntamiento… y eso lo hacen desde sus casas o sus despachos, por así decirlo. Es una aportación más intelectual que es solo un ejemplo, pero hay más. Está funcionando muy bien una actividad con la que llevamos cuatro ediciones. Escogemos un tema de actualidad, convocamos de lunes para jueves a una lista de personas interesadas en participar, les exponemos la posición del partido y les escuchamos. Eso, que es participativo, funciona muy bien y genera esa unión de las personas con la línea política de la formación. Queremos incrementar nuestra presencia en la calle. Hay que contar, pero también escuchar. También deseamos implementar el primer grupo de treinta agentes de barrio que, con una aplicación que hemos desarrollado, nos están enviando temas que ven en su día a día. Nos lo reportan directamente y se tramita.

-Un reciente sondeo de Asturbarómetro apuntaba a un empate técnico entre los bloques de izquierda y derecha en el Ayuntamiento en unos hipotéticos comicios municipales ¿Cómo de cerca ve que eso se produzca?

-Sinceramente no me gusta hablar de las encuestas porque, además, si se les da valor se hace en un momento muy determinado. Es como si alguien se fija en la ejecución presupuestaria de alguien y lo hace a uno de julio. Ahora bien, yo sí creo que el actual equipo de Gobierno y la alcaldesa no se han consolidado en el imaginario colectivo de Gijón. Es, haciendo un símil futbolístico, como si pones a alguien del Real Oviedo a entrenar al Sporting. No ha sabido entender nuestra idiosincrasia y cómo somos los gijoneses. Además, le gusta demasiado la imposición y la prohibición. Creo que un alcalde o alcaldesa en este caso tiene que ser otra cosa. No ha de tener ese afán de cambiar la vida de las personas, sino de hacer esa vida más fácil. Eso da una oportunidad a los partidos que vamos por otra vía y entendemos a los gijoneses, independientemente de la ideología. En eso deberían estar también esos partidos, el PP incluido. Dejémonos de historias y vayamos a lo importante, que es solucionar los problemas de los vecinos, al margen de la táctica partidista.

-¿Si se llega a esa situación es factible un pacto de ese bloque?

-¿Pues quién sabe? Evidentemente pienso que hay posibilidades de desbancar al actual equipo de Gobierno. El PSOE debería estar preocupado por la evolución electoral en Gijón y en general. Si hubiese esa posibilidad de suma yo creo que no se entendería que algún partido no apoyase esa alternativa por políticas partidistas. Sería impensable. Hay que estar a hacer mejor las cosas y si eso implica apoyar, dejar que te apoyen y hacer esa charla constructiva para intentar cambiar las cosas, esa es nuestra obligación, no nuestro interés. El de todos.

-¿Cuáles son los principales retos y ‘debes’ de Gijón?

-Uno es el déficit de infraestructuras. Es paradigmático el Plan de Vías, pero también tenemos, por ejemplo, la cuestión del vial de Jove. Hay que arreglarlo de una santa vez. No nos podemos permitir seguir esperando por unas inversiones que no sabemos cuándo van a llegar. Aunque bueno, en Langreo llevan cinco convenios para el soterramiento de las vías. Todo es posible. Esperemos no llegar a eso. Hay que actuar de manera más inteligente. En segundo lugar hay que solucionar un problema que antes no existía, pero ahora sí. Me refiero a la movilidad. Desde el equipo de Gobierno han montado un guirigay inaudito con la movilidad en la ciudad. Solo se entiende desde un punto de vista muy ideológico y sectario. Eso al final le complica la vida a los gijoneses muchísimo y nosotros tenemos que revertirlo. Seguramente no podremos volver a cómo estaba antes. Hay que buscar y la ciudad no puede quedar desacompasada de las grandes inercias que se producen en el ámbito europeo, pero hay que hacerlo respetando los intereses de los vecinos. Sin prohibir, sino incentivando. Por ejemplo, no se puede perseguir al coche, porque se eliminan aparcamientos sistemáticamente y no se dan alternativas. En tercer lugar tenemos que hacer sostenibles los servicios públicos de Gijón, que no lo son. Hay una descompensación terrible entre lo que hacemos para los gijoneses, lo que les interesa y lo que nos cuesta todo eso. Y eso lo cuadramos o es cuestión de tiempo que nos peguemos un tortazo de mucho cuidado como administración local. Hemos de hacer lo que necesitan y nos demandan los gijoneses y no lo estamos haciendo. La inercia de la administración local en Gijón ha sido propia de los reinos de taifas en las últimas décadas. Esa estructura se heredó y Foro no la cambió. Cada concejal tenía su reino de taifas, con su concejalía, servicios, fundaciones y empresas dependientes, y con eso se hacía política. Pero claro, todo eso hay que integrarlo para que tenga lógica, ayude a los ciudadanos y para que con el mismo dinero podamos hacer más cosas. Ese debate implica reorganización de personal, de organismos, métodos, conocimientos, garantías al ciudadano… y luego hay que hacer una administración electrónica que sea de verdad respetuosa con la gente. Ahora mismo la administración electrónica expulsa a miles de gijoneses.

-¿Esperaba las reacciones que ha habido ante sus declaraciones respecto a apoyar en el Pleno el Plan de Vías?

-Básicamente nuestra postura respecto al Plan de Vías no ha cambiado un ápice. Creemos que nuestro convenio costó construirlo, financiarlo, llegar al acuerdo plenario de unanimidad y, cuidado, aunar tres administraciones de tres partidos distintos: Foro, PSOE y PP. En mi opinión aquello fue un hito de operación. Buena y con dinero para la ciudad. El único partido responsable de romper ese consenso ha sido el PSOE. Eso es evidente. No dudaron ni un segundo en romperlo y plantear otra cosa. La parte actora más importante en este caso ha sido la alcaldesa, a la que le encantó coger la piqueta y demoler todo aquello. Políticamente nosotros creemos que eso es una pérdida para Gijón. Que eso lo haga la alcaldesa creemos que es un error, el cual pagará en las urnas, con toda seguridad. Lo rechazamos y lo vemos fatal. Ahora bien, no podemos estar repitiendo esto dos años, o los que sean. No tiene ningún sentido, por el bien de Gijón.

-Usted argumenta que, pese a que la opción anterior era la óptima, ésta es mejor que nada para la recuperación de la ciudad.

-Desde el punto de vista del partido estaríamos pensando qué adjetivo calificativo le dedicamos a la alcaldesa cada día, algo que apetece en ocasiones. Pero es que nos votan para hacer algo más e intentar buscar soluciones. Lo que dijimos es que nosotros no vetamos apoyar este convenio pero, ojo, no tal y como está ahora mismo. Hay que sentarse, hablar, ver cómo se asegura la financiación… incluso en cuestión de ubicación, aunque todos sabemos lo que hay detrás, el convenio no excluye el Museo del Ferrocarril. Además, el convenio no es el proyecto. Solamente es el dinero. Podemos llegar a pensar que en vez de 814 millones serán 751. Preferimos 814, pero por esa diferencia nosotros no vamos a dinamitar nada, sino que vamos a tratar de facilitar.

-¿Entiende que Foro les acuse, en este sentido, de «estar del lado de la alcaldesa»?

-A mi me sorprende, porque yo asumo que Foro debería estar alineado en esta postura. Por asumir su retórica, la parte más ofendida debería de ser el PP, porque nuestro gobierno, con el ministro de Fomento Íñigo de la Serna, fue el actor fundamental del anterior consenso y del consiguiente convenio. Un éxito que luego el PSOE demolió. Era un logro del Partido Popular. Nosotros fuimos generosos e integramos a Foro, por supuesto, y al resto de partidos. No entendemos que se amenace con esta cuestión y que se ofendan impostadamente con esta cuestión, porque el deber de cualquier partido en Gijón es intentar conseguir lo que es bueno. Nuestro convenio, el de 2019, está claro que el Gobierno no lo quiere. Ahora ya no hay tres partidos distintos. Tenemos al mismo en las tres diferentes administraciones y acaba de votar hace unos días en el Congreso de los Diputados que no quiere recuperar ese convenio. Sería lo ideal, pero más claro no nos lo pueden decir. Admitiendo ese error por parte del PSOE, nosotros tenemos que ver qué otras posibilidades hay. Estamos estudiando cómo se puede conseguir un convenio aceptable y que mejore la ciudad. Es muy fácil irse a un rincón, poner morros y criticar todo el día a la alcaldesa, pero es que hay que hacer algo más. Los gijoneses nos piden algo más. Esos 751 millones serían el mayor proyecto de recuperación que puede venir a la ciudad.

-¿Qué condiciones sine qua non ha de tener el proyecto para contar con su apoyo?

-Tiene que haber inversión, intermodalidad, la mayor centralidad, que para nosotros está en el Museo del Ferrocarril, y la conexión con el metrotrén, que también la mantienen ellos. El único punto en el que creo que, posiblemente, no vaya a haber acuerdo es la ubicación de la estación. Como he comentado antes, en el borrador del convenio se deja abierta la posibilidad del museo. Con lo cual no hay una divergencia de mano.