En Venezuela ni los delincuentes se libran de la crisis galopante que padece el país más inseguro del subcontinente americano. En el último año ha vuelto a descender ligeramente el número de homicidios, pero sigue subiendo la cifra de los cometidos por policías y militares -un tercio del total- que oficialmente se clasifican como resistencia a la autoridad. También se registra un alarmante avance de la violencia en las zonas rurales.
Julio Á. Fariñas