«Abrir una terraza con tres mesas no tiene sentido»

L.O.

ASTURIAS

Vista de una plaza del centro de Oviedo.
Vista de una plaza del centro de Oviedo. J.L Cereijido

Los hosteleros asturianos ven poco margen para la viabilidad de sus negocios en las fases de desescalada y reclaman poder hacer despidos en los ERTES

29 abr 2020 . Actualizado a las 17:02 h.

Está fuera de duda que la hostelería y el turismo es uno de los sectores más perjudicados por la crisis económica aparejada a la expansión de la pandemia, la patronal asturiana acogió el anuncio de los planes de desconfinamiento con una cierta esperanza emborronada con muchas incertidumbres y que recalcado su malestar porque muchas de sus consideraciones para elaborar los proyectos de desescalda no hayan sido, a su juicio, tomados en cuenta.

«La media de mesas en las terrazas de Asturias es de diez y doce, así que podrían abrir tres ¿así un negocio es rentable? No, porque además los baños tienes que abrirlos y limpiarlos con más protocolo del que tenías», recalcó el presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo de Asturias (Otea), José Luis Álvarez Almeida quien, tras repasar las distintas fases del desconfinamiento dadas a conocer ayer, aseguró tajante que «no tenemos capacidad para abrir en estos momentos, esto no es una apertura de los negocios».

En parte por la capacidad espacial de las terrazas. Almeida insistió en que en grandes ciudades y en el sur de España, las terrazas son mucho más amplias y el porcentaje del 30% permitido en el inicio de la desescalada podría haver viables algunos de los negocios pero, en su opinión, no es así en Asturias, por el clima y por las normativas municipales. «No hemos tenido respuesta de los ayuntamientos, que nos dijeron que nos iban a ayudar, a la petición de que nos permitieran ampliar el espacio de terraza», insistió Almeida. Otea presentó a mediados de abril un informe sobre la situación del sector y una serie de recomendaciones para la reconstrucción económica entre las que se encontraba la demanda de ampliar el espacio de ocupación de las terrazas, «una excepcionalidad en los límites actuales», que se mantuviera vigente durante los años 2020 y 2021 «de tal forma que haya mayor aforo en el exterior de los locales manteniendo las distancias de seguridad».

«No se puede hablar de la apertura de un negocio con un 30% de las terrazas, el que no tenga terraza no puede abrir, los negocios tienen que abrir para ser rentables, no pueden abrir para volver a endeudarse más», insitió Almeida quien recalcó que en todo este proceso los gastos fijos no dejan de llegar.

El presidente de Otea destacó además la preocupación de la hostelería por una financiación que no llega, «le hemos dicho al Gobierno que de los 100.000 millones de euros que habían puesto para financiar a las empresas sólo ha llegado a las grandes y necesitamos un plan específico para el sector turístico para poder dar financiación a los hosteleros. Nos dicen que vamos a abrir el día 11, la semana que viene, y no tenemos financiación».

En este punto la patronal ha recalcado que se ve atrapada por la normativa de los ERTES, esta figura está pensada para mantener el empleo y las empresas que se hayan acogido a uno deben comprometerse a mantener el trabajo durante un periodo de seis meses, pero los hosteleros creen que les resultará demasido oneroso. «Esta va a ser una crisis económica de consumo, en agosto no vamos a vender lo que vendíamos en el agosto del año pasado por lo tanto ¿para qué queremos las plantillas que teníamos? Hay unos costes ahí que no los podemos asumir», aseguró Almeida.

El empresario señaló que los márgenes de la desescalada son demasido estrechos para el sector, puso el ejemplo de los cámping, muchos de ellos que terminarán la temporada en septiembre u octubre «pero si cuando termine el estado de alarma tienen que aguantar seis meses el ERTE ¿para qué van a abrir?», y en cuanto a los hoteles, más allá de la apertura para trabajadores esenciales que ya está en vigor, señaló que los límites a la movilidad dentro de una misma provincia, y en el caso de Asturias comprende a toda la comunidad, no permitirán que sea viable la apertura porque no llegarán turistas de fuera de la región.

Almeida reclamó además a los ayuntamientos asturianos que unifiquen sus criterios y, en este sentido, llamó a la Federación Asturiana de Concejos, la FACC, a «reinventarse» y a tratar de coordinar las medidas lanzadas por los consistorios, que han dispuesto iniciativas diferentes en función de sus capacidades, algunos con ayudas directas y otras con la supresión o aplazamiento de tasas.

En su balance de mediados de abril, Otea preveía que una de cada tres empresas asturianas del sector se vería obligada a cesar su actividad cuando haya finalizado el estado de alarma. El sector, que representa el 10,7 por ciento del PIB de Asturias, está compuesto por 8.500 empresas, de las que el 90 por ciento son autónomos o pymes con hasta cinco empleados. Las pérdidas que se auguran son astronómicas: una pérdida de facturación del 40% en 2020 y hasta 14.000 empleos directos e indirectos afectados.