La empresa que pone fin a las reservas fantasma en restaurantes: «Funciona de maravilla»

Sergio M. Solís REDACCIÓN

ASTURIAS

Ignacio Rey y Rocío Lozano, de Restaurantic
Ignacio Rey y Rocío Lozano, de Restaurantic

Más de 40 establecimientos cuentan con una herramienta que apuesta por la «digitalización integral del negocio» y combate los «no show»

06 abr 2024 . Actualizado a las 14:15 h.

Aunque no es un problema generalizado, cada vez más restaurantes asturianos sufren los llamados «no show» o reservas fantasma. Los clientes solicitan una mesa para, en el momento acordado, no presentarse en el local o cancelar la visita a última hora.

Muchos establecimientos, molestos con este comportamiento, valoran nuevas fórmulas para garantizar la presencia de los comensales y no ver perjudicado su trabajo. Para ayudarlos en este propósito, así como en «la digitalización y gestión integral de los negocios», nació hace ya cuatro años Restaurantic. Se trata de una empresa asturiana, ubicada en Gijón, que ha creado su propia herramienta web para optimizar labores cotidianas de la hostelería como la gestión de reservas, las previsiones de ocupación de los locales o las intolerancias alimentarias de los comensales. Cada restaurante puede personalizar las distintas funciones de la aplicación para que se adapten a sus necesidades. Rocío Lozano, CEO de la empresa, explica que su objetivo es «que los establecimientos puedan gestionar las reservas de forma digital y abandonen el libro de papel». «Hay cierta resistencia al cambio pero tiene muchas ventajas, te ofrece más estadísticas y conocimiento sobre tus clientes», añade, además de que sirve para combatir los «no show».

Su propuesta para acabar con las reservas fantasma ofrece al restaurante tres posibilidades de actuación. La primera de ellas consiste en incluir un prepago en el momento de la reserva, una cuota a elegir por cada local que se cobre con anterioridad al servicio y que se descuenta del ticket final. La segunda opción permite a los restaurantes solicitar los datos de la tarjeta del cliente, a modo de garantía y de forma totalmente segura, pudiendo aplicar cargos compensatorios si los comensales no se presentan. La última vía, al hilo de la anterior, es aplicar el mismo sistema solo en determinadas circunstancias, para mesas de grupos grandes o en épocas del año concretas, como el verano o la Semana Santa. «Es un tema que se está normalizando. De todos los resturantes que han elegido activar la garantía, ninguno lo ha quitado», señala Lozano.

«Hemos conocido casos de clientes que reservan el mismo día, a la misma hora, en cuatro sitios diferentes, y no van a ninguno», relata la responsable del proyecto, aunque asegura que «no es una práctica habitual». «Los usuarios que trabajan con nosotros no llegan a cobrar ninguna penalización porque la gente les avisa», explica. «Cuando meten los datos de la tarjeta no se la juegan a perder el dinero», añade Ignacio Rey, otro de los trabajadores de Restaurantic.

La herramienta está creciendo y evolucionando constantemente gracias a las sugerencias de los hosteleros, añadiendo nuevas funcionalidades que han provocado que esta aplicación se expanda más allá del Principado. «Tenemos clientes en Galicia, en León y en Madrid», confirma Lozano, cuya lista de establecimientos colaboradores supera los 40. Para ella, resulta comprensible el recelo que pueda generar entre el público este nuevo método de efectuar reservas, aunque destaca que «no es diferente a lo que se hace en los hoteles». «En el caso del precobro es cierto que se adelanta el dinero, pero con la tarjeta como garantía lo único que pide el restaurante es que avises con tiempo para que no se pierda la mesa», sentencia.

Uno de los locales que han incorporado este método de cerrar reservas es El Zascandil, en Gijón. Su propietario, José Luis Camacho, lo tiene claro: «La herramienta funciona de maravilla». Él ha optado por pedir los datos de la tarjeta en el momento de solicitar mesas para grupos grandes de comensales y confirma que, desde que adoptó la decisión, no ha vuelto a sufrir «no show». «Fuera de Asturias es habitual que la gente reserve en varios sitios al mismo tiempo para luego decidir a dónde van, y está empezando a pasar aquí», comenta. Farragua Restaurante o La Excusa Perfecta son otros de los muchos establecimientos de la ciudad que operan con Restaurantic, al igual que sucede en otros tantos restaurantes de Oviedo, Luanco o Ribadesella.

La hostelería asturiana se reinventa ante los nuevos hábitos de consumo de los clientes, que crecen en número año tras año debido al auge de la región como destino turístico. Aunque a muchos aún les genera dudas abandonar el método tradicional del bolígrafo y el papel, la tecnología ofrece múltiples posibilidades para «facilitarles la vida».