Nutriscore no convence a Europa

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

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Los eurodiputados respaldaron la propuesta de poner en marcha un etiquetado nutricional obligatorio y armonizado en todos los países, pero no especificaron qué esquema debe adoptarse

11 sep 2021 . Actualizado a las 10:14 h.

La Unión Europea está convencida de que los alimentos deben incorporar un etiquetado nutricional obligatorio en su parte frontal y que este debe ser el mismo en todo el territorio. Así al menos lo decidieron los eurodiputados, que votaron a favor de una propuesta que la Comisión presentó en ese sentido. Pero ese documento no especifica qué esquema debe adoptarse, si el Nutriscore, diseñado por los franceses y que tantos quebraderos de cabeza está causando a productos españoles como el aceite de oliva y los quesos, entre otros alimentos, o el Nutrinform, elaborado por los italianos pero que por ahora no ha tenido tanta repercusión. Mientras, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) abre la posibilidad de que cualquier parte interesada envíen antes del 15 de septiembre solicitudes sobre posibles evoluciones al algoritmo Nutriscore.

El conocido como semáforo nutricional no ha hecho más que causar revuelo entre el sector agroalimentario español. Mientras algunos supermercados ya lo han implementado de forma obligatoria en algunos de los productos que comercializan, muchos productores han puesto el grito en el cielo. Porque en Nutriscore obtiene peor puntuación un trozo de queso o el aceite de oliva virgen extra que otros alimentos ultraprocesados. Esto provocó que los elaboradores de aceite de oliva solicitaran al Ministerio de Consumo quedar fuera de este sistema. Posteriormente fueron las denominaciones de origen de toda España las que también reclamaron quedar al margen. Y ni siquiera la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad) le vio ventajas a una calificación que «no se adapta a la dieta mediterránea», argumentaba hace unos meses Ascensión Marcos, vocal de la junta directiva.

Ahora, todo parece indicar que Europa tampoco tiene claro qué sistema de etiquetado frontal de los alimentos es mejor. En la propuesta que votaron los europarlamentarios quedó clara la obligación de que exista un etiquetado nutricional y de que este sea el mismo en todos los países. Sin embargo, en la enmienda clave, la que aborda la nutrición, no se menciona ningún esquema específico que deba adoptarse. Por lo tanto, el Parlamento Europeo deja abierta cualquier decisión sobre qué esquema de etiquetado nutricional deberá adoptarse. El informe final se someterá a votación en el pleno del 1 o 2 de octubre en Estrasburgo.

Aportaciones al sistema de etiquetado francés

Por otro lado, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición se ha hecho eco de una información recibida de la Dirección General de Sanidad de Francia. En ella se abre la posibilidad de que cualquier parte interesada, especialmente operadores alimentarios y asociaciones de consumidores, envíen antes del 15 de septiembre sus solicitudes para posibles evoluciones del algoritmo de Nutriscore. Precisamente el diseño de ese algoritmo es lo que menos convence al sector alimentario español, pues otorga puntos positivos y negativos a un alimento en función de su composición. «El algoritmo no es claro, ya que está calculado a partir de la cantidad de energía de algunos nutrientes, sin considerar la porción o la frecuencia de consumo», aseguraba Ascensión Marcos hace unos meses. Considera que tampoco está «bien ponderado, ni tiene en cuenta el grado de procesamiento de los alimentos, ni diferencia la calidad y procedencia de las diferentes proteínas». Eso provoca que, por ejemplo, una lata de refresco obtenga mejores calificaciones que el aceite de oliva.