Asturias sufre un empacho de los concursos gastronómicos

Nacho G. Ruano REDACCIÓN

ASTURIAS

Gran fabada en la Comida en la Calle de Avilés.Gran fabada en la Comida en la Calle de Avilés
Gran fabada en la Comida en la Calle de Avilés Noelia Rodríguez

Los profesionales del sector alertan de la saturación de eventos culinarios en el Principado, aunque consideran que ha contribuido a mejorar la forma de cocinar en la región

09 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El boom de los concursos gastronómicos no ha pillado por sorpresa a los profesionales del sector, que han visto cómo estos eventos han pasado de ser fiestas locales a convertirse en grandes certámenes culinarios. Sin embargo, no pocos expertos recelan de que la gran cantidad de eventos gastronómicos sea sostenible a medio plazo, principalmente por la saturación en el calendario. «El número de eventos gastronómicos se va a regular por sí solo. Los concursantes acabarán yendo a aquellos certámenes que les den garantías de una buena organización, seria, y con un buen soporte de premios», considera José Luis Bernárdez, de Casa Chema, restaurante que ha ganado recientemente el galardón al Mejor Cachopo de España.

Más allá del propio filtro que realicen los propios participantes a la hora de decidir acudir a uno de estos concursos culinarios, los profesionales del sector consideran que estos eventos seguirán manteniendo el actual ritmo unos años más. «Los concursos gastronómicos seguirán de moda unos cuántos años más. Atraen a mucha gente que busca una experiencia distinta, diferente a las que viven diariamente», afirma David Fernández-Prada, de Gustatio, una agencia de organización de eventos gastronómicos con amplia experiencia en el sector. El propio Fernández-Prada alerta, sin embargo, que «con tantos eventos gastronómicos al año es imposible que todos salgan bien, y el ritmo actual es insostenible».

Pero, ¿cómo se ha dado este gran crecimiento en el número de certámenes culinarios en el Principado? Varias son las claves que apuntan los expertos en el campo para explicar este fenómeno, que apuntan ha beneficiado a la gastronomía de la región. «Indudablemente, estos concursos ayudan a que la cocina en Asturias sea mejor, ya que obliga a que se apuesten por los productos locales de calidad. Por ejemplo, las fabas que se utilizaban antes en el Festival de la fabada de Villaviciosa eran de fuera, y ahora se prima la materia prima autóctona de calidad», comenta Bernárdez. 

La novedad

Una de las claves que explican el fenómeno de los concursos gastronómicos en Asturias es la novedad que presentaba en sus orígenes. «Cuando se hizo por primera vez el concurso de la fabada fue algo espectacular. No había vivido nada así en mi vida. Lo mismo sucedió con los primeros campeonatos de pinchos. Cuando se anunció que estábamos entre los finalistas de alguno de estos certámenes, ni siquiera nos habían dado un premio y la gente ya venía a comer pinchos al restaurante», asegura el hostelero, que sostiene que las personas «buscan algo que nos impacte, que sea novedoso. Los campeonatos de pinchos ya no nos impactan, ya se ha pasado esa novedad».

Casa Chema es uno de esos establecimientos que han vivido todo el apogeo de los concursos culinarios, y entre sus vitrinas relucen algunos galardones tanto por su buen hacer en los campeonatos de pinchos como en su etapa posterior en certámenes como el de la mejor fabada del mundo (ganador en 2011 y 2017) o el mejor cachopo de España (flamante vencedor de la edición de 2018). 

A pesar de que parte del éxito de estos certámenes culinarios se deba a la novedad que presentaban en sus comienzos, el localismo juega un papel clave a la hora de entender el fenómeno de los festivales gastronómicos y su multiplicación en los últimos años. El carácter marcadamente local de muchas de estas celebraciones se muestra como un atractivo más a la hora de atraer público.

Los platos típicos son los protagonistas 

Otro factor que ha marcado el éxito de estos eventos gastronómicos es la promoción y la preservación de platos típicos asturianos. Muchos de estos han puesto nombre a festivales que son parte del imaginario colectivo de la región. Y es que eventos como el Festival de las cebollas rellenas de El Entrego han crecido con buena salud y mucho prestigio detrás, fruto, según Liliana García-Riaño, de El Entrego Activo (que colabora en la organización de este festival), de «un muy buen trabajo hostelero. Hay grandes restaurantes que ayudan a promover mucho este tipo de concursos, pero también hay pequeños establecimientos que cuidan mucho la materia prima y el servicio y permiten que estos concursos gastronómicos sean tan exitosos».

Para las localidades que albergan estos eventos gastronómicos dedicados a platos típicos locales, estos eventos actúan como un reclamo turístico que ayuda a promover el conocimiento de la historia no solo cultura sino gastronómica de esas localizaciones. El Festival de las cebollas rellenas de El Entrego es uno de estos ejemplos. Constituida como fiesta gastronómica en 1972, sigue de rabiosa actualidad por una buena campaña de promoción y la movilización de la gente de la zona para trasladar el conocimiento del evento fuera de esta localidad.

«Esta fiesta son nuestros San Fermines. Es la fiesta que nos une a todos los de El Entrego, crecimos vestidos de asturiano y todavía hay gente que viste a los pequeños con los trajes tradicionales. El propio ayuntamiento está promoviendo mucho estas fiestas y lleva dedicando bastante tiempo a esta labor. Además, mucha gente de fuera viene específicamente a comer este plato a El Entrego, gracias a esta celebración. Tiene mucho renombre y eso se nota», señala García-Riaño. 

Un plato basado en una materia prima de calidad y con un marcado carácter local parece el ingrediente clave del éxito de estos certámenes culinarios, pero existen otros factores tras estos eventos que explican el buen momento actual de los mismos. La profesionalización a la hora de concebir los concursos gastronómicos, el planteamiento de ideas nuevas en la puesta en escena y la seguridad de un trabajo minucioso es otra de las claves que han motivado el boom de estos certámenes culinarios.

La organización de los concursos ha dado el salto cualitativo

Una de las patas que vertebra el boom de los concursos gastronómicos es el trabajo organizativo tras estos eventos. Desde los propios empleados que se encargan de la logística de los eventos hasta la promoción turística que rodea a estos festivales culinarios. El salto cualitativo realizado por las compañías dedicadas a la organización de estos concursos ha sido uno de los factores que ha ayudado a la consolidación del Principado como referencia en el turismo gastronómico nacional, apuntan los expertos. 

«Asturias en gastronomía y en gestión de eventos ha sido pionera. En su momento, la región tuvo el mayor número de Estrellas Michelín por habitante de toda España. La región es un referente en la gestión de concursos gastronómicos», asegura Fernández-Prada, que ha viajado por toda la geografía española organizando certámenes culinarios. Para este profesional, cada comunidad tiene sus particularidades y su forma de plantear estos eventos. «No es lo mismo organizar un concurso en Andalucía o en Asturias. Primero, por la forma de ser de la gente en cada comunidad. En el norte la concepción de estos actos es más seria. Hay muchísimo trabajo detrás del planteamiento y la puesta en escena de estos eventos», afirma.

Dentro de esta organización, la promoción turística a todos los niveles es otro factor diferencial. «El Principado también se ha puesto manos a la obra a la hora de promocionar el turismo gastronómico en la región. Es más, Asturias ha sido una de las primeras comunidades en realizar un plan de promoción de este tipo de turismo, y eso ha ayudado a que este tipo de concursos hayan alcanzado semejante relevancia en la actualidad», señala Bernárdez.

El futuro de los concursos gastronómicos

Los expertos consideran que estos eventos mantendrán el tirón a corto plazo, pero algunos profesionales consideran que «deben proponerse cosas nuevas. La gente sale y quiere experiencias nuevas. El gran número de concursos gastronómicos es insostenible, y los propios asistentes son los que hacen el filtro. Si organizas un evento y no va gente, debes repensarlo. Si siempre haces lo mismo, acabarás teniendo el mismo resultado», considera Fernández-Prada.

Por su parte, Bernárdez sostiene que los propios participantes de dichos eventos serán los que promuevan un filtrado de los mismos. «La gente se apunta a los concursos que más merezcan la pena por la organización, que debe ser seria, y un soporte de premios que motive la participación. Se busca los concursos serios y bien organizados», afirma el hostelero, que coincide con Fernández-Prada en la idea de que «la gente cuando sale quiere alternativas, otras experiencias. 

El turismo gastronómico en Asturias se ha erigido como uno de los principales motivos por los cuáles multitud de personas eligen el Principado como destino para degustar las delicias típicas de la región. El gran crecimiento de concursos gastronómicos sobre el que alertan algunos profesionales del sector parece no repercutir en los números de asistencia a estos certámenes. Y es que, a pesar del empacho de eventos culinarios que tiene Asturias, la cocina del Principado mejoró su salud gracias a ellos.